Así se ve la “chiva” que no es rumbera: se trata de una escuela ambiental que recorre toda Colombia
Hace poco más de un año, el proyecto de la “RanaChiva” inició su travesía desde el departamento de Santander, para impartir educación ambiental en Colombia. Se trata de una típica chiva turística convertida en aula ambulante que ya ha completado un recorrido de 7.000 kilómetros por diferentes departamentos del país, llevando consigo un mensaje sobre la conservación de especies amenazadas.
Decorada con los tres colores de la bandera de Colombia y adornada con figuras representativas de la fauna y flora nacional, la RanaChiva ha llegado a los lugares más remotos de la escarpada geografía de Santander.
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De acuerdo con la directora creativa de este proyecto, Isabella Cortés Lara, escogieron la chiva porque “es un método de transporte tradicional representa la fuerza campesina de salir adelante”.
Entonces, menciona Cortés, las personas se sienten cómodas recibiendo clase en este tipo de transporte porque representa la cotidianidad y la cultura colombiana en muchas zonas del país. Además, es la única iniciativa de este tipo en el país.
En un inicio, la chiva visitó 50 instituciones educativas en 14 municipios. La singular aula ambulante ha compartido un mensaje sobre la conservación de tres especies endémicas en peligro de extinción: la Rana de Lynch, el ave Chango de Montaña y el Roble Colombiano.
Más de 18.000 personas han vivido la experiencia de abordar la RanaChiva, casi la mitad de los participantes han sido menores en edad escolar.
Las tres especies mencionadas desempeñan un papel clave en la supervivencia del bosque alto andino y subpáramo. En particular, el ave Chango de Montaña y la Rana de Lynch requieren hábitats saludables donde habiten diversas especies de árboles y arbustos, entre ellos el Roble Colombiano.
Cabe resaltar que la Rana de Lynch fue recientemente redescubierta en Colombia por investigadores de la Fundación Proaves, pues hace más de tres décadas había sido declarada una especie extinta. Según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza(UICN), las razones del final de esta especie habían sido la deforestación y la pérdida de su hábitat.
“En la RanaChiva nos explicaron sobre el Chango de montaña, sobre la ranita (que fue redescubierta) que está en peligro de extinción y que se encuentra en las lagunas de Santander para que la podamos proteger”, explica uno de los niños que recibió clases de educación ambiental en zona rural del departamento mencionado.
El impacto de este vehículo educativo no se limita a Santander, ya que también ha recorrido municipios ubicados en los departamentos de Antioquia y Caldas, llevando su mensaje de conservación a nuevas audiencias.
Este proyecto de conservación se ha convertido en un componente clave para la conservación. Tanto así que una fundación dedicada a la conservación ambiental de Emiratos Árabes Unidos se interesó desde un inicio por vincularse a este tipo de proyectos en Colombia.
El pasado 4 de noviembre, la Institución Educativa Municipal Montessori sede San Francisco, ubicada en Pitalito, Huila, fue proclamada como la mejor escuela del mundo en la categoría de acción medioambiental al obtener el premio World’s Best School.
La escuela Montessori recibió 50.000 dólares, un estímulo económico que permitirá ampliar y fortalecer aún más los proyectos medioambientales que han puesto a esta institución en el centro de atención a nivel global.
El proyecto con el que lograron dicho reconocimiento, CafeLab, consiste en hacer diferentes objetos con los residuos que quedan del proceso de producción del café. Estos desechos corresponden a más del 90% de toda la materia que se obtiene en dicha forma de procesar el fruto.
Entonces, la apuesta de la chiva que educa sobre la conservación ambiental se suma como otra iniciativa, además del proyecto Cafelab, se presentan como dos iniciativas pioneras en el país que pretenden involucrar el cuidado del medio ambiente en la educación utilizando formas no tradicionales de enseñanza.