El Rimac Nevera acaba de alcanzar los 275 km/h marcha atrás por un sencillo motivo: es un coche eléctrico
El mundo de los récord de velocidad es fascinante. En Xataka, con el tiempo, hemos ido recopilando algunos hitos realmente curiosos e interesantes. Hace solo unos días, por ejemplo, os contamos cómo se está forjando un nuevo intento de romper la barrera de los 1.300 km/h.
Pero este caso sólo es el último. Antes hemos hablado de objetos que vuelan a 630.000 km/h, quien se ha subido a un scooter y lo ha llevado a 200 km/h, o cómo Porsche se propuso que un ciclista alcanzara 240 km/h en bicicleta… y acabó por conseguirlo. Incluso antes, mucho antes, Hitler intentó que un coche, el Mercedes T80, alcanzara la nada desdeñable cifra de 750 km/h.
Pero cualquiera de estos récords de velocidad tenían una parte muy sencilla: los vehículos, objetos y ciclistas se mueven hacia delante. ¿Qué pasa si ponemos a funcionar un coche marcha atrás y tratamos de alcanzar la máxima velocidad posible?
Que se rompe.
Esa es la respuesta corta, sencilla y simple. Que se rompe. Pero eso sólo sucede si hablamos de un coche de combustión. Un eléctrico lo tiene más sencillo.
Así que el Rimac Nevera ha establecido un nuevo récord de velocidad… sí, marcha atrás. Y es de 275, 74 km/h.
Elemental, querido amigo: es eléctrico
El Rimac Nevera es un coche eléctrico limitado a 150 unidades que se presentó oficialmente en 2021 con un evidente aliciente: 1.914 CV de potencia. Sus cifras asustaban:
- Cuatro motores para sumar 1.914 CV de potencia.
- Velocidad punta de 415 km/h.
- Aceleración de 0 a 100 km/h en 1,85 segundos.
- Cuatro de milla desde parado (tiempo que tarda en cubrir los primeros 400 metros) en 8,5 segundos.
Los resultados, no se han hecho esperar desde las primeras entregas. Hace un año se convirtió en el coche eléctrico más rápido del mundo, tras alcanzar 412 km/h en lo que denominaron resumieron como viajar «a un tercio de la velocidad del sonido», desbancando al Tesla Model S Plaid.
Pero, sin duda, ha sido el de conseguir una velocidad de 275,74 km/h marcha atrás lo que ha llamado la atención. Y, evidentemente, lo ha conseguido porque es un coche eléctrico.
Hay que tener en cuenta que los vehículos de calle tienen limitada la velocidad a la que pueden circular marcha atrás. En el caso de los coches eléctricos es una cuestión de seguridad. Un Tesla Model S, por ejemplo, no pasa de 25 km/h marcha atrás.
En un coche de combustión es una cuestión de seguridad para los pasajeros… y para el propio vehículo. Hay que tener en cuenta que un automóvil de combustión cuenta con una caja de cambios donde cada marcha tiene diferentes relaciones. La primera, la más corta, entrega mucho par motor pero el coche no puede alcanzar una gran velocidad con ella. Al contrario, la última marcha entrega poco par motor pero con ella se alcanza la velocidad máxima.
En un coche eléctrico, no existe la transmisión y la inmensa mayoría de ellos sólo cuentan con una relación. Esto es porque el coche entrega el máximo par del que dispone desde el primer momento y como puede funcionar a revoluciones altísimas, no necesita compensaciones entre entrega de potencia (primera marcha) y alta velocidad (última marcha).
Para que el ejemplo sea más práctico. Para alcanzar la máxima velocidad en una bicicleta utilizaremos el plato grande y el piñón más pequeño para contar con el máximo desarrollo posible. Pero para llegar aquí tendremos que haber pedaleado con desarrollos más amables, desde parado no podremos mover la bicicleta.
En un coche de combustión es igual. Si sólo se contara con una relación en la caja de cambios pensando en alcanzar la velocidad más alta posible, el coche sería incapaz de moverse. En cambio, si sólo se pensara en la entrega de potencia, no alcanzaríamos mucha velocidad, igual que sucede si utilizamos el desarrollo más sencillo en una bicicleta. Damos muchísimos pedaladas pero, sin embargo, la velocidad que podemos conseguir está limitada por el tamaño del plato y los piñones.
La gran diferencia es que en una bicicleta, nada se rompe. Como mucho, se rompen nuestras piernas. Sin embargo, si un coche lo llevamos al máximo de revoluciones sin cambiar de marcha, acabaremos por romper el motor. Para entenderlo mejor, nada como echar un vistazo al vídeo de Garaje Hermético.
En un funcionamiento normal, no tendremos problemas, pues para alcanzar más velocidad lo mejor es cambiar a la segunda marcha e ir escalando progresivamente. Pero marcha atrás, podríamos alcanzar más velocidad si los coches no estuvieran limitados. Aquí, no podemos seguir escalando marchas y, por tanto, quemaríamos el motor por completo intentando alcanzar la máxima velocidad posible.
En el coche eléctrico, como decíamos, por su propia tecnología no requieren de marchas, al menos más de una, para hacer ese juego entre potencia y velocidad máxima. Aunque algunos se peleen por mantenerlo.
En Xataka | La caja de cambios manual camina hacia su extinción definitiva. Mercedes ya ha dado el primer paso
Foto | Rimac