El universo sagrado y el orden cósmico, apreciados desde su punto más alto
▲ Denominamos a estos edificios palacios, porque son residencias de la nobleza
, explicó el director del INAH Tabasco.Foto Marco Peláez
Reyes Martínez Torrijos
Enviado
Periódico La Jornada
Martes 21 de noviembre de 2023, p. 3
Balancán, Tab., Desde la cima del edificio más alto de la zona arqueológica de Moral Reforma se ve la plaza central, los importantes edificios aledaños y todo el universo
, dijo en tono poético Carlos Giordano Sánchez, director del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Tabasco.
El funcionario imaginó cómo en la parte alta de esa pequeña plataforma, donde no cabe mucha gente, había una imagen divina y desde abajo los pobladores la veían y escuchaban al sacerdote hablarles del orden cósmico.
El edificio erigido sobre dos colinas que dominan los alrededores permite atisbar el resto del espacio ceremonial de la antigua ciudad maya como una suerte de jardín japonés con las ondulaciones del pasto alrededor de los edificios de roca. Se ven montículos en los alrededores que resguardan en su interior otras estructuras de la urbe importante durante mil 300 años.
Giordano se coloca en el centro del espacio sagrado en algún momento de la vida de esta ciudad. Hace calor pese a las nubes que cruzan. Señalando al poniente, explicó que el basamento ubicado ahí, posiblemente del año 100 antes de nuestra época, aparentemente fue dedicado a la muerte por sus características.
En sus cercanías se halló, refirió, gran cantidad de enterramientos de cuerpos humanos ofrendados de dos etapas, una desde el Preclásico, es decir, desde alrededor de los años 200 y 100 aC, y otra posterior. Todo indica que fueron decapitados y ofrendados al edificio
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La posición cimera de la pirámide ofrece una visión privilegiada y, junto con Janeth Lagunes, responsable de esta zona arqueológica, Carlos Giordano explicó algunos elementos importantes en los alrededores, como los palacios, el juego de pelota y el cercano río, vital para la existencia de la ciudad que en su momento tuvo unos 10 mil habitantes.
Relató que se trata de un sitio cuya fuerza estuvo basada en el comercio por su ubicación a tres kilómetros del río San Pedro Mártir y las cascadas de Reforma: “Los estudios indican que llegaban las embarcaciones de mercancías por el río, en el que los mayas hicieron obras hidráulicas para evitar que fuera rápido con represas.
En las cascadas, el afluente se vuelve subterráneo y todo lo que llegaba de comercio se bajaba, se traía la ciudad, que debió haber funcionado como una gran aduana, se registraba y después se llevaba nuevamente al río. Llegas, le das la vuelta y vuelves a embarcarte en otra parte donde el agua vuelve a correr. Seguramente, eran grupos de más de 20 personas.
Giordano Sánchez explicó que llevaban objetos suntuarios, plumas, piedras preciosas, cerámica, pieles, comida, productos de otras regiones que no hay en esta zona, seguramente sal, que es muy apreciada. A lo mejor de unas 20 canoas, vendes acá tres y hay que llenarlas para seguir tu ruta y e ir vendiendo en otras partes
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Pidió imaginar cómo era el control económico que tuvo la urbe, aunque estuvo sometida a ciudades más importantes, como Palenque e incluso Calakmul; fue un bastión muy importante que se consolidó a través del comercio, que siempre conlleva a intercambio cultural. Todo lo que podía llegar desde la costa del Golfo hasta Guatemala.
Hacia el norte se halla la obra del próximo centro de atención a visitantes. El salvamento que se realizó en ese espacio, señaló Giordano, encontró unidades habitacionales y cuerpos humanos, que a diferencia del edificio dedicado a la muerte, fueron enterrados en el hogar, como era la costumbre funeraria de la cultura maya.
Se refirió a la riqueza arqueológica aún inexplorada: los montículos que se ven desde la altura “son estructuras y aquí enfrente tienes una pirámide. Más allá, hay otras estructuras. Todo eso son otras plazas. Un poco más allá se encuentra un palacio enorme con patios interiores, del tipo que tenemos enfrente. Allá hay una plataforma que debe ser similar a la que tenemos aquí delante.
Denominamos a estos edificios palacios, porque son residencias de la nobleza. Cada uno mide en promedio 100 metros por lado, es una hectárea de casa, con patios interiores, habitaciones, con todos los servicios que se requerían, baños de vapor y una serie de cosas sumamente interesantes que nos permiten entender más sobre la vida cotidiana de los mayas.