Historias de Baja California (XXIV) – El Universal
Queridas Amigas, Apreciados Amigos, Admirados Lectores y particularmente Distinguidos Paisanos, a los que invariablemente les rogamos sus comentarios con aportaciones. Hace algunos días tuve el enorme privilegio de compartir una mesa llena de mística, con una de las mujeres que más he admirado a lo largo de mi vida, me refiero a la Licenciada en Comunicación por la Universidad Iberoamericana, Campus CDMX, mi fosforescente amiga doña Carolina Aubanel Riedel, a quien nunca terminare de agradecerle la espléndida generosidad para con el escribiente. Llegó del brazo de su fino y elegante marido, don Salomón Cohen Achmi, decano de los hombres de negocios más exitosos de la región, al que igualmente admiro y reconozco desde mi niñez. La comida resultó incomparable, les narró a continuación el porqué, regresando de inmediato a las deliciosas “HISTORIAS DE BAJA CALIFONIA”, donde nos quedamos en la anterior con el nombre de doña María Luisa Riedel Betancourt, madre de doña Carolina, por cierto, fue “PRIMERA DAMA” de Tijuana en 1956, pero igualmente también lo fue del Estado en 1964, no sería la última en tener ese honor, tanto municipal como estatal, ya les platicaré al respecto, pero antes, les comparto parte de su fascinante alumbramiento. Resulta, resaltó y relató que nació en las costas de Santa Rosalía, Baja California, en un yate con bandera norteamericana, pero sus padres, insistieron fehacientemente, que aunque pudiendo registrarla como integrante de la Nación vecina, prefirieron hacer el registro, en las oficinas que para tal efecto se encontraban, entonces, (Como dice mi amada GEMY) en esa población, Sur Californiana, que para efectos prácticos todavía era el Territorio de la Baja California, desde Mexicali hasta los Cabos, por lo que por nacimiento puede considerársele de origen Peninsular, si se me permite el término.
Vayamos pues al listado que dejamos pendiente en la entrega anterior, no sin antes destacar un nombre que omitimos, con la excusa de llamar su atención, como bien nos lo enseñó el genial e inmortal Nobel don Gabriel García Márquez, la omisión lleva por firma el de la Sra. Carolina Bustamante Aubanel, ya adivinaran de quién es efectivamente nieta e hija, y que se hizo cargo, del encargo muy eficientemente en el DIF, como bien le inculcaron la abuela y especialmente la madre. Después de la Señora Riedel, se fueron sucediendo los siguientes títulos de “PRIMERA DAMA”, en las figuras femeninas hoy legendarias, que citare, como explique previamente con nombre y apellido, sin el “DE”, esperando no afectar susceptibilidades, van con el más amplio respeto en seguida, con las Señoras: doña María Luisa Moreno, doña Socorro Montero, doña Isabel Ruíz, doña Alejandrina Gerardo, doña Esther Tejeda, doña Amparo Ortiz, doña María de la Luz Rodríguez, doña Norma Esquivel y la querida amiga de toda la Familia, puesto que estudio con mi Santa Madre, desde la primaria, con las idolatradas Monjitas del Colegio La Paz, en la calle segunda, doña María Elena Borja, que por cierto al igual que la Sra Riedel, doña María Elena repetirá el título de “PRIMERA DAMA” del estado, además de los siguientes ejemplos: con las Señoras doña Rosa Carmina Capuccino y doña María Elena Blackaller. Algunos casos de excepción en los que no ahondaré para no afectar intencionadamente a alguna persona, fueron los de Gobernadores que tuvieron por separación, una pareja a nivel municipal durante sus gestiones y al llegar a la silla estatal, los acompañó en el cargo una nueva Señora. Para terminar esta entrega deseo resaltar, que nuestro único propósito e intención es realizar un sentido homenaje a las grandes mujeres o “Mujeres de ojos grandes”, como bien diría la gran escritora de talla universal, doña Angeles Maestreta, que tanto bien hicieron por la comunidad y particularmente con la niñez, que sin la menor duda, las recuerda con una gran admiración y desbordado afecto con incomparable cariño.
Hasta siempre, buen fin.