El lanzamiento inaugural del cohete europeo Ariane 6 se realizará entre el 15 de junio y el 31 de julio de 2024
El lanzamiento inaugural del cohete europeo Ariane 6 se realizará entre el 15 de junio y el 31 de julio de 2024, según ha anunciado este jueves la Agencia Espacial Europea (ESA), aunque la fecha definitiva se anunciará probablemente en marzo o abril de 2024.
«Es un buen día para Europa en el espacio», ha declarado en rueda de prensa el director de la ESA, Josef Aschbacher, al anunciar la fecha del vuelo inaugural del futuro lanzador pesado europeo, prevista inicialmente para 2020.
La decisión se produce tras el «éxito total», según Aschbacher, de una prueba crítica realizada el 23 de noviembre en Kourou. La prueba consistió en encender el motor Vulcain 2.1, que alimenta la etapa principal del lanzador, durante toda la duración de una misión.
El Presidente del Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia (CNES), Philippe Baptiste, ha declarado que una «revisión general de cualificación» del lanzador ayudará a concretar una fecha de lanzamiento precisa. Esta revisión está actualmente en curso y debería concluir hacia el próximo mes de abril, o incluso un poco antes.
El lanzamiento inaugural es el resultado de una decisión conjunta de la ESA, Ariane Group -fabricante del lanzador- y la agencia espacial francesa CNES, que proporciona la infraestructura en el puerto espacial de Kurú, en la Guayana Francesa.
Inicialmente previsto para 2020, el primer vuelo de Ariane 6, diseñado para competir con los lanzadores estadounidenses de SpaceX, ha sido aplazado varias veces debido a la pandemia de COVID-19 y a dificultades de desarrollo. Este retraso ha sumido la política espacial europea en una crisis inédita que ha obligado incluso a recurrir a lanzaderas del estadounidense SpaceX.
El lanzador aún debe someterse a dos pruebas antes de su lanzamiento. El próximo 7 de diciembre está programado un nuevo test en el centro de Lampoldhausen, en Alemania, en la que se comprobará el comportamiento de la etapa superior del cohete y se evaluarán los límites de funcionamiento en condiciones adversas. El 15 de diciembre en Kurú se hará otra vez un ensayo representativo de una cronología de lanzamiento para anticipar situaciones inesperadas.
Primer vuelo comercial, a finales de 2024
El primer vuelo de este modelo de cohete que ha sido concebido parta poner en órbita cargas de hasta 20 toneladas (con el tiempo esa capacidad debería aumentar a 23 toneladas), llevará una serie de satélites menores, en espera del segundo lanzamiento, que en realidad será el primero de carácter comercial.
Stéphane Israel, consejero delegado del consorcio Arianespace responsable de la comercialización de las lanzaderas europeas, ha indicado que se espera que eso ocurra «a finales» de 2024 y que luego la intención es organizar «el mayor número de vuelos posibles en 2025». El programa industrial es realizar entre 9 y 10 vuelos del Ariane 6 cada año, ha señalado Israel, que ha recordado que Arianespace tiene ya en cartera pedidos para 28 lanzamientos del Ariane 6, lo que a su parecer muestra la «competitividad» de este cohete que tanto se ha hecho esperar.
De acuerdo con los cronogramas iniciales, su primer vuelo debería haberse realizado en 2020 y eso habría permitido una transición suave con el cohete al que viene a suceder, el Ariane 5 del que se lanzó el último ejemplar en julio pasado. Pero diversos problemas técnicos, industriales y políticos fueron acumulando retrasos, y a eso se vinieron a sumar el fin de la cooperación con Rusia por la invasión de Ucrania, que ha privado a los europeos del cohete Soyuz, y el fracaso en diciembre de 2022 de Vega C, la nueva versión de esta lanzadera para pequeñas cargas.
La falta de acceso al espacio ha conducido a la pérdida para los europeos de varios contratos, tanto institucionales como comerciales. Pero además, la Comisión Europea ha tenido que tragarse sapos y contratar los servicios del estadounidense SpaceX, el grupo espacial de Elon Musk, para el lanzamiento con cohetes Falcon 9 de cuatro de sus satélites de la constelación Galileo que tendrían que haber sido puestos en órbita por cohetes europeos si hubieran estado disponibles.