Los líderes de la UE deciden abrir negociaciones para la adhesión de Ucrania tras superar el bloqueo de Hungría
La Cumbre de líderes de la UE se presenta como una de las más importantes y, a la par, más difíciles de los últimos tiempos. La UE da un paso adelante en su proceso de ampliación y abrirá negociaciones para la adhesión de Ucrania al bloque comunitario. Un anuncio con el que los Veintisiete superan la amenaza de veto que Budapest viene esgrimiendo en las últimas semanas.
La UE iniciará conversaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia, concederá el estatus de país candidato a formar parte del bloque a Georgia. En el caso de Bosnia Herzegovina supedita al cumplimiento de las reformas pendientes la apertura del proceso de negociación para la adhesión, con la vista puesta en marzo, como próximo plazo para tomar esta decisión.
«Queremos apoyar a Ucrania. Es una señal política muy poderosa y una decisión política potente«, ha señalado el presidente del Consejo de la UE, Charles Michel, que considera que es un paso importante «para la credibilidad de la Unión Europea».
La reacción del presidente de Ucrania, Volodimir Zelesnki, no se ha hecho esperar. Ha calificado la decisión de «victoria para Ucrania». También de «victoria para toda Europa». «Una victoria que motiva, inspira y fortalece», ha indicado en una publicación en la red social X, antigua Twitter.
This is a victory for Ukraine. A victory for all of Europe. A victory that motivates, inspires, and strengthens. https://t.co/zk44CeL5Ui
— Volodymyr Zelenskyy / ????????? ?????????? (@ZelenskyyUa) December 14, 2023
La decisión de abrir negociaciones para la adhesión de Ucrania y Moldavia, el siguiente paso en el proceso de ampliación comunitaria, se tomó por el Consejo de la UE y sin que ningún país presentara objeciones a tal decisión. Aunque en este procedimiento el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, se encontraba fuera de la sala de reuniones, en una solución preacordada. Una recomendación auspiciada por el canciller alemán, Olaf Scholz.
Se trata de un paso que guarda un trasfondo más político que práctico. En marzo, la Comisión Europea deberá presentar un análisis de tres de las siete reformas que a Kiev todavía le quedan por cumplir. De recibir una evaluación positiva, se iniciarán de facto las negociaciones de adhesión con Ucrania, pero este es un proceso largo, que de media se extiende unos 10 años. El único político que hasta ahora ha puesto fecha a la integración de Ucrania en la UE ha sido Michel, que ha puesto como horizonte 2030.
Horas antes, en su intervención por videoconferencia en la Cumbre, Zelenski pidió a los líderes de la UE que no cayeran «en la indecisión» pues es algo que beneficiará al presidente ruso, Vladimir Putin. «Hoy es un día para tomar una decisión política en respuesta a lo que hemos logrado. Se trata de abrir las negociaciones de adhesión con Ucrania y en marzo del año que viene, aprobar el marco de negociación para seguir adelante», insistió a los líderes de los Veintisiete.
El primer paso para este beneplácito político vino con el informe, publicado en noviembre, por la Comisión Europea en el que recomendó al Consejo de la UE que iniciará las conversaciones para la adhesión de Ucrania y Moldavia a la UE. Si bien la decisión última está en manos de los Estados miembro, la recomendación del Ejecutivo comunitario abría la puerta a la ampliación, pendiente todavía del análisis que Bruselas tiene que realizar en marzo de 2024 sobre las reformas comprometidas. Hay que tener en cuenta que las negociaciones para la incorporación al club comunitario pueden durar años.
Tras conocerse la noticia, Orbán señaló en la red social X que «empezar las negociaciones de adhesión con Ucrania es una mala decisión» y «puntualizó que Hungría no participó en la decisión». El primer ministro húngaro cede en la negociación sobre Ucrania después de haberse reunido en la noche del miércoles con los líderes de Francia, Alemania e Italia en una cena que tenía como intención persuadirle.
De todas las expectativas generadas para esta Cumbre de líderes, que la ampliación de la UE, con la apertura de negociaciones para la adhesión de Ucrania y Moldavia, fuera una realidad en cuestión de horas se antojaba quimera. Era uno de los debates que se preveían más arduos. Han sido semanas de avisos desde Budapest, con una amenaza de veto tanto a iniciar el proceso con Kiev. Pero a este grupo de Estados miembro reticentes, se fueron sumando otros que consideraban que si se iniciaban negociaciones con Kiev habría que hacerlo también con Bosnia-Herzegovina, un país que cuenta más tiempo en estatus de país candidato, pero al que le queda todavía más camino para cumplir con las reformas comprometidas con Bruselas.
Orbán ,que también amenaza con bloquear que la UE destine más dinero a Ucrania, ponía entre sus impedimentos que Hungría contaba con unos 32.000 millones de euros en fondos congelados desde Bruselas. Ayer mismo, la Comisión Europea desbloqueó 10.200 millones de euros que mantenía bloqueados en fondos de Cohesión a Hungría al considerar que Budapest había cumplido con las reformas requeridas para el poder judicial.
Pese a ello, el dirigente ultraderechista húngaro llegó al encuentro manifestado de facto su rechazo a que Ucrania pasara a formar parte del club comunitario. «La ampliación no es un tema teórico. Es un proceso legal basado en méritos que tiene precondiciones», ha indicado para puntualizar que Kiev debe cumplir todavía 3 de las 7 reformas que ha fijado la Comisión Europea.
El respaldo de los Veintisiete a Ucrania se articulaba como clave en un momento en que Estados Unidos no ofrece garantías de continuar con su apoyo, especialmente en el plano financiero. Esta misma semana, Zelenski, volvía de su visita a Washington con las manos vacías, sin convencer a los Republicanos de continuar proporcionando ayuda a Ucrania.
España pasaría a ser contribuyente neto
La ampliación de la Unión Europea suscita múltiples controversias entre los socios del club comunitario. La económica se articula como una de las partes más sensibles. Y es que tan solo la incorporación de Ucrania le supondría a España un saldo presupuestario neto en su contra de 1.100 millones de euros y se convertiría en el único Estado miembro que pasaría de tener una balanza positiva a una negativa.
Atendiendo a los datos de 2022, España dejaría de beneficiarse de un excedente positivo de 494 millones del presupuesto comunitario y pasaría a aportar a las arcas europeas 1.092 millones, en el saldo final con la incorporación de Ucrania, según un informe elaborado por el Centro de Estudios Políticos Europeos (CEPS) y Centro Internacional para Defensa y Seguridad.