Medio Ambiente busca la fórmula para combatir al jabalí en entornos urbanos
La Conselleria de Medio Ambiente prepara una nueva normativa para tratar de frenar la expansión del jabalí (Sus scrofa), que alcanza ya a casi el 60 % del territorio valenciano. De hecho, 377 municipios están considerados como Zonas de Actuación Prioritaria, con la provincia de Valencia como la más afectada. Uno de los principales objetivos de la revisión es definir las técnicas de control de la especie en los entornos urbanos, así como las competencias para su aplicación.
Esta futura regulación trata de poner coto a las incursiones de ejemplares en urbanizaciones, núcleos de población e incluso en las playas. Así se especifica en la apertura de la consulta previa por parte del departamento de Salomé Pradas con la que se pretende modificar la última orden de 2021. Según la Conselleria, ha transcurrido ya el tiempo suficiente para que la aplicación de aquella norma haya dejado patentes «sus defectos y carencia». «Dada la situación de la especie en continúa expansión demográfica y espacial, así como las consecuencias sobre las actividades humanas y la biodiversidad que conlleva esta situación, se considera inaplazable su revisión», se argumenta.
En estos dos años se ha puesto de manifiesto, según el gobierno autonómico, aspectos de índole administrativo que se deben mejorar con el objetivo de facilitar el control por parte de los cazadores. «Hay que agilizar la aplicación de la normativa, evitando exigencias de documentación que a la postre resulten prescindibles por no aportar una mejora», se justifica desde la Conselleria.
En la Federación de Caza de la Comunitat Valenciana inciden en que todas las modificaciones que han planteado pasan «por desatascar la excesiva burocracia en la acción colectiva, mejora de coordinaciones, notificaciones telemáticas a Guardia Civil (que hasta ahora era todo presencial) o facilitar calendarios a principio de temporada». Otro de los objetivos que se persiguen es «una nueva regulación del cebado que permita su uso en primavera exclusivamente para mejorar la eficacia de las cacerías y una menor gestión administrativa».