Congreso: Batalla campal en Presupuesto y mal humor por la reforma de Milei
Después de mucho runrún, el Congreso comenzó su período de sesiones extraordinarias para aprobar el paquete de reformas que Javier Milei envió para tratar -esta vez sí- por la vía legislativa. De los proyectos que deberán tratarse, sin embargo, todavía no hay ni noticias. Se conocen los temas, como la restitución del pago del impuesto a las Ganancias para los trabajadores y la reforma del Estado, pero no la letra chica. Ni siquiera los diputados y senadores oficialistas saben qué les enviará el Ejecutivo para trabajar durante el verano –«Nadie nos dice nada», se quejan en La Libertad Avanza hace días. Aún así esperan llegar preparados para cuando los textos ingresen: la negociación por la conformación de las comisiones es ardua, pero en Diputados esperan tener todo listo para arrancar a trabajar el jueves. En paralelo, el peronismo se prepara para dar su propia batalla contra el DNU, coordinando estrategias con la CGT para buscar la mejor manera de rechazar el decretazo desregulador lo antes posible.
«Los diputados y senadores deberán elegir entre acompañar lo que ha votado la gente, la Argentina que queremos para la gente de bien y sin el peso del Estado, o seguir obstruyendo este cambio y poner palos en la rueda a esto que la mayoría queremos». La advertencia del vocero presidencial, Manuel Adorni, durante la conferencia de prensa no cayó bien en el Congreso, en donde apenas se conoce el título de los proyectos que deberían haber comenzado a discutirse el martes. «El Congreso no puede obstruir leyes que todavía no entraron. Dejen de inventarse enemigos y busquemos, entre todos, la manera de salir adelante», le respondió, enojada, la diputada de la Coalición Cívica, Paula Oliveto, ejemplificando el mal humor que circula en varios despachos opositores y aliados. Comenzó con la negativa de Javier Milei de hablarle a la Asamblea Legislativa durante su asunción, explotó con la presentación del mega DNU y, finalmente, se acrecentó en los últimos días con las apuradas para tratar, en extraordinarias, un temario de proyectos aún inexistentes y, a su vez, considerablemente más «light» que las reformas que incluye el DNU.
El proyecto de Ganancias, que promete restituir el gravamen para la cuarta categoría, es, sin embargo, el que está generando mayores discusiones internas. La iniciativa cuenta con el respaldo de los gobernadores de Juntos por el Cambio y, por lo tanto, de los legisladores que le responden en el Congreso. «Nosotros siempre dijimos que era una irresponsabilidad la reforma. El problema lo tendrá Milei en todo caso», advierten en el PRO y radicalismo, desde donde, en efecto, votaron en contra de la reforma que había impulsado Sergio Massa durante la campaña presidencial (a diferencia de Milei que votó a favor y que ahora pugna por restituirla).
Para avanzar con esta iniciativa LLA requiere del acompañamiento de 129 diputados y 37 senadores, es decir una mayoría absoluta. Con el respaldo del PRO, la bancada radical, Cambia Federal -que lidera Miguel Ángel Pichetto- y la Coalición Cívica, LLA podría aprobar la reforma. Quedarían muy justos, sin embargo, por lo que el presidente de la Cámara, Martín Menem, y el titular de la bancada oficialista, Oscar Zago, apuestan a acercar posiciones con las dos bancadas provinciales: Hacemos por un País e Innovación Federal. En LLA saben que los gobernadores necesitan incrementar su recaudación y que, dado que Ganancias es coparticipable, son los principales interesados en que se vuelva atrás en la reforma de septiembre. Varios, sin embargo, ya han salido a desmarcarse, como el Partido Socialista o el rionegrino Alberto Weretilneck.
Antes de llegar a esa instancia, sin embargo, la iniciativa tiene que debatirse en la comisión de Presupuesto, cuya conformación es un verdadero campo de batalla. La presidencia quedó, por decisión personal del mismo Javier Milei, en manos de José Luis Espert. Es decir que, por primera vez en mucho tiempo, la presidencia de la comisión de Presupuesto estará en manos de un aliado y no de un oficialista. «La prioridad del gobierno es el déficit cero, es muy diferente al aumento impuesto que está haciendo el demente de Kicillof. Si Javier Milei aumenta impuestos es para lograr déficit cero y después bajarlos», se apuró en defender la iniciativa Espert, mientras ingresaba al Anexo de la Cámara de Diputados para mantener diversas reuniones.
La realidad es que, más allá de la designación del Presidente, todavía falta mucho para definir. Menem había llegado a un acuerdo con Germán Martínez (Unión por la Patria) y Cristian Ritondo (PRO) para conformar las comisiones de acuerdo al mecanismo del D’Hondt por bloques: un acuerdo que no tardó en mostrarse contrario a los intereses del propio oficialismo. Por ahora, el mecanismo se sostiene, lo que significa que el peronismo contaría con el 40 por ciento de la composición de cada comisión. Por ejemplo, en Presupuesto, tendría 20 de los 49 diputados que la componen. Es decir que, de aliarse con algunos de los bloques provinciales que entran en el reparto, podría bloquear algunos de los proyectos libertarios. Se definirá, sin embargo, el jueves: LLA tiene planeado convocar, para ese día, las cuatro comisiones que trabajarán durante enero. Es decir Presupuesto, Legislación General, Asuntos Constitucionales y Relaciones Exteriores.
La agenda del peronismo
Unión por la Patria, mientras tanto, sostiene su propia agenda: la batalla contra el DNU. «La convocatoria a extraordinarias es una maniobra de distracción, porque el tema central es el DNU», sostuvo el titular de la bancada en el Senado, José Mayans, luego de un encuentro con referentes de la CGT, la CTA y la madre de Plaza de Mayo, Taty Almeida. Para el peronismo, el temario de extraordinarias son luces de artificio: es el DNU el que resume el plan de ajuste de Milei y es el DNU lo que se tiene que intentar rechazar en el recinto apenas se logre el número (ver aparte).