El Guadalmedina y la 'lasaña' de toallitas de su cauce – La Opinión de Málaga
Con el Gobierno central a merced de la ‘sección catalana’ de la Liga Norte; Rafa Nadal promocionando la boyante dictadura medieval saudí y nuestro Ayuntamiento con tics de agencia inmobiliaria de alto ‘standing’, no todo está perdido.
El sábado, una vez más, los voluntarios de la asociación malagueña Andalimpia pusieron su tiempo y su dinero para limpiar durante dos horas el río Guadalmedina en uno de los puntos donde más se concentra la suciedad y a la postre, el incivismo: el puente de la Rosaleda y sus alrededores.
En este entorno confluyen, por un lado, las obras en marcha de las Torres de Martiricos, unos edificios que además de pésimamente emplazados, su construcción provoca que una cantidad relevante de basura, sobre todo de plásticos de gran tamaño, campe a sus anchas por el cauce del Guadalmedina.
Por otro lado, en todo el lateral del estadio de La Rosaleda se repite, cada vez que hay partido, un comportamiento lamentable, pues para evitar el gasto de consumir dentro, algunos aficionados prefieren consumir fuera y los más incívicos del lugar, una pertinaz minoría, se limitan a tirar al suelo o directamente a volear al río las latas, bolsas y botellas de vidrio.
De esta forma, el Guadalmedina luce una ristra de porquería perpetua pegada a La Rosaleda y, en ocasiones, con varios estratos de desperdicios. Si los kilos de basura producidos por estos maleducados se pudieran trocar por acciones, alguno podría tratar de tú a tú al polémico Al Thani.
Pero si las obras de los siniestros mazacotes de Martiricos y la insolidaridad de algunos generan sendos focos de basura, quizás lo mas preocupante sea hollar su cauce y comprobar que en algunos tramos el río de la ciudad, como comentaba una voluntaria, es una mera ‘lasaña’ formada por capas sucesivas de toallitas de baño y tierra.
Entronca este problema con el que esta sección contó la semana pasada, cuando varios colectivos medioambientales que acudieron a limpiar el espigón de la playa de San Andrés, en Huelin, se toparon con cientos de toallitas de baño invadiendo la playa, consecuencia directa de tantas almas de cántaro que en esta ciudad siguen confundiendo el váter con el cubo de la basura.
El Guadalmedina, esperanzadoramente realzado por la Junta de Andalucía en una histórica actuación, está ‘impermeabilizado’ en algunos tramos por una gran costra textil. Los responsables de mantener el río limpio somos todos. También nuestros políticos. Ánimo.