La ‘doble estafa’ en el triple crimen de Morata: El asesino confeso se arruinó tras prestar dinero a las hermanas
Cada vez se conocen más detalles del triple crimen de Morata de Tajuña, y todo gira en torno a un mismo hecho: la estafa amorosa de la que fueron víctimas las hermanas Francisca Amalia y Ángeles Gutiérrez Ayuso.
El pasado jueves 18 enero, la Policía hizo un macabro hallazgo en una vivienda de la localidad madrileña de Morata de Tajuña. Tras el aviso de los vecinos al Ayuntamiento de la localidad de que llevaban un mes sin ver a Francisca Amalia, Ángeles y Pepe -tres hermanos de avanzada edad- finalmente, efectivos del Equipo Territorial de Policía Judicial de la Guardia Civil de Arganda entraron en el domicilio y encontraron los cadáveres de los hermanos.
Los cuerpos se encontraban «parcialmente quemados, apilados y con restos de sangre». Agentes de la Científica y Homicidios de la Guardia Civil recogieron numerosas pruebas en la casa y hablaron con familiares y vecinos de los fallecidos. Las dos mujeres estaban jubiladas y el hermano padecía una discapacidad. Además, la Policía descubrió que la casa en la que hallaron los cadáveres era su segunda residencia.
Tres días más tarde, el pasado domingo por la noche, un hombre paquistaní de 42 años llamado Dilawar Hussain Fazal Chouhdary y apodado ‘El Negro de Morata’, se personó en el cuartel de Arganda del Rey y confesó haber asesinado a los tres hermanos. ¿El motivo? Según reconoció a los agentes, las víctimas «le habían arruinado» y no tenía «ni para comer» tras prestarles una gran cantidad de dinero que no le habían devuelto.
Pero, ¿por qué les prestó tanto dinero? y ¿qué relación tenía con los hermanos? Ambas preguntas conducen al mismo punto: una estafa amorosa de lo más enrevesada.
Víctimas de una ‘estafa del amor’
El detenido confesó a la Policía que mató a los hermanos en diciembre por una deuda relacionada con una estafa amorosa. El entorno de los fallecidos relataron a los agentes que desde hace siete años las hermanas habían contactado con dos supuestos militares con los que iniciaron una relación pseudoamorosa a distancia.
Pasado un tiempo, uno de los presuntos militares les contó que el otro había fallecido y que necesitaba una importante cantidad de dinero para poder cobrar una herencia de 7 millones de euros (que compartiría con las hermanas), pero a cambio les tendrían que enviar unos 400.000 euros «para los trámites administrativos».
Desde ese momento, una de las fallecidas comenzó a mandar dinero a la cuenta de su ‘novio’ estadounidense Edward, quien le exigía, cada vez con más frecuencia, que le enviara más cantidades inventándose diferentes excusas.
A pesar de que amigos, familiares y empleados del banco les alertaron de que estaban siendo víctimas de las conocidas como ‘estafas amorosas’, las hermanas insistían en que el romance era verdadero mientras se endeudaban cada vez más para satisfacer las demandas del supuesto amante, llegando a pedir dinero a varios conocidos. En siete años, las dos mujeres llegaron a enviar hasta 400.000 euros a los falsos militares.
La relación que unía a las hermanas y el asesino confeso
Es en este punto de la historia es donde, Dilawar Hussain, el asesino confeso, entra en escena. El paquistaní de 42 años regentaba un locutorio informático y de transferencias en Arganda del Rey. Es en este lugar donde conoce a las hermanas Francisca Amalia y Ángeles.
Las dos eran clientas habituales del locutorio al que acudían para realizar las transferencias internacionales que le reclamaban sus falsos amantes estadounidenses.
Las hermanas acabaron entablando una relación muy cercana con Chouhdary y, a principios de 2022, éste se enteró de la supuesta herencia que iban a recibir las dos mujeres. El paquistaní decide entonces entrar en el negocio y acuerda con ellas vender el locutorio y prestarles unos 30.000 euros (que enviarían a los falsos militares) a cambio de que le devolvieran el doble de esa cantidad a finales de ese año o principios de 2023. El pacto también incluía que el hombre viviera gratis en la casa de Morata de Tajuña, donde la Policía encontró los cadáveres.
La ‘doble estafa’ en el triple crimen
Pero Dilawar Hussain nunca recibió el dinero y cuando fue consciente de la estafa, a finales de 2022, comenzó a amenazarles, llegando a abofetear en enero de 2023 a Amelia, que no le denunció.
Más tarde, el 23 de febrero, volvió a agredir a Amelia, esta vez con un martillo en la cabeza y, cuando cayó suelo la pateó, lo que le provocó importantes lesiones. Avisaron a la Policía, pero las hermanas no quisieron denunciarle, según fuentes municipales. Pero los agentes actuaron de oficio y el ‘Negro de Morata’ fue detenido y tras un juicio rápido, fue condenado a prisión, de la que salió el mes de septiembre.
A pesar de la condena, la indemnización y una orden de alejamiento de 500 metros sobre los hermanos, Chouhdary intentó contactar por teléfono y mensajes con las hermanas, que no le contestaban o le daban largas.
Los investigadores creen que hace unas semanas el paquistaní no aguantó más, ya que no tenía dinero ni para pagar el alquiler de su piso de Arganda, y acudió al domicilio de las hermanas en Morata para volverles a exigir el dinero. Fue entonces cuando les asesinó. Luego, apiló los cadáveres en el salón, los roció gasolina e intentó quemarlos sin éxito utilizando papeles y cartones.
La Guardia Civil investiga si alguien ayudó al paquistaní
Ahora, los agentes del Grupo de Homicidios de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Madrid investigan si alguien ayudó a Dilawar Hussain el día que supuestamente asesinó a los hermanos.
Los agentes están tomando declaraciones y preguntando en Arganda del Rey para averiguar si algún compatriota o compañero de piso le trasladó en coche desde allí a Morata. Esa persona podría ser cómplice de los asesinatos, pero no habría participado en su autoría, según las mismas fuentes.
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La Guardia Civil también investiga de dónde sacó la garrafa de gasolina con la que supuestamente roció los cadáveres e intentó quemarlos. Y cuándo se cometieron los hechos, si antes o después de la Nochebuena. También, quieren saber si el detenido tenía una copia de la llave de la casa de Morata de Tajuña con la que habría entrado en la vivienda, o si las hermanas le abrieron la puerta.