Recta final para que el tratado de pandemias supere la “hipocresía” de los países ricos
Cinco meses después del desastre nuclear de Chernóbil de 1986 los Estados negociaron, firmaron e hicieron entrar en vigor un tratado para la pronta notificación de este tipo de accidentes. Un par de años tras el hundimiento del Titanic se estableció un organismo para la vigilancia de los icebergs y se firmó el más importante convenio sobre seguridad marítima. Aprovechando la covid-19, a finales de 2021 los gobiernos y la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidieron sentarse a negociar un acuerdo para la prevención, preparación y respuesta ante inevitables futuras pandemias. Más de dos años después, la ambiciosa fecha límite de mayo de 2024 se aproxima sin que las negociaciones avancen, mientras la pandemia de coronavirus va cayendo en el olvido.
elDiario.es ha hablado con cinco expertos en salud global y acceso a medicamentos para intentar desentrañar las claves de este “tratado pandémico” y las dificultades de su negociación, que ha entrado en su fase final y cuya penúltima reunión arranca este lunes en Ginebra (Suiza). Los principales obstáculos son la complejidad inherente a un acuerdo de estas características, sumada a la brecha existente entre los intereses de los países ricos y pobres. Como aderezo, las teorías de la conspiración alrededor del acuerdo que rodean a todo lo que tenga relación con la OMS y la covid-19.