Científicos se preparan para estudiar uno de los misterios del Sol durante el eclipse total
Por Denise Chow y Chase Cain – NBC News
Para los millones de personas que el 8 de abril presenciarán en Norteamérica un eclipse total de sol será un espectáculo impresionante ver cómo la Luna oculta por completo la cara del Sol.
Pero para los científicos, es una rara oportunidad de estudiar la Tierra, la Luna y el Sol “de formas totalmente distintas a las que solemos hacerlo”, dijo Pam Melroy, administradora adjunta de la NASA.
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Una de las principales prioridades de la agencia es observar la atmósfera exterior del Sol, o corona, que normalmente no puede verse porque la estrella es demasiado brillante. Durante un eclipse total de sol, la corona aparece como tenues volutas alrededor de un halo brillante cuando la Luna bloquea la luz de la superficie solar.
“Están ocurriendo cosas en la corona que no terminamos de entender, y el eclipse nos brinda una oportunidad única para recoger datos que pueden darnos pistas sobre el futuro de nuestra estrella”, dijo Melroy en una rueda de prensa la semana pasada.
Los científicos están interesados en la corona porque desempeña un papel clave en la transferencia de calor y energía al viento solar, la corriente constante de partículas cargadas liberadas por la atmósfera exterior del Sol.
El viento solar retrocede y fluye, lanzando ocasionalmente al espacio llamaradas solares de gran potencia. Éstas pueden alcanzar a la Tierra con radiaciones electromagnéticas que pueden provocar apagones de la señal de radio y desconectar las redes eléctricas.
Amir Caspi, astrofísico solar del Southwest Research Institute de Boulder, en Colorado, tiene un instrumento instalado en la nariz de un avión WB-57 que estudiará la atmósfera solar mientras éste persigue el eclipse.
Es una oportunidad de oro, dijo, ya que incluso los telescopios especiales que pueden bloquear la luz de una estrella, conocidos como coronógrafos, tienen limitaciones.
“Un eclipse total del Sol es como el coronógrafo perfecto de la naturaleza”, explicó. “La Luna se interpone entre nosotros y el Sol, exactamente el tamaño perfecto en el cielo para bloquear el disco del Sol pero no mucho más”.
Caspi se centrará en tratar de comprender el origen del viento solar. También espera obtener pistas sobre un antiguo misterio: por qué la corona es millones de grados más caliente que la superficie del Sol.
Él fue pionero en este método de obtener imágenes de la corona solar en 2017, durante el último eclipse solar total que cruzó el territorio continental de Estados Unidos.
“No sabíamos lo que obtendríamos”, explicó. “Fue un momento para morderse las uñas y luego conseguimos datos asombrosos. Pude verlos llegar en tiempo real desde el satélite”.
El jet WB-57 puede volar a una altitud de 60,000 pies, muy por encima de las nubes y lo suficientemente alto como para que la atmósfera terrestre no interfiera en las observaciones.
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Muchos investigadores planean recopilar datos sobre la atmósfera solar desde otras perspectivas durante el eclipse, incluyendo el espacio.
Varias naves, incluida la Parker Solar Probe de la NASA, tendrán la vista puesta en el Sol durante todo el evento celeste. La sonda se lanzó en 2018, así que no estuvo disponible para estudiar el eclipse solar de 2017.
En 2021, la sonda Parker se convirtió en la primera nave espacial en volar a través de la corona, y desde entonces lo ha hecho en más de una docena de acercamientos para “tocar” el Sol.
Debido al tiempo de su órbita, la sonda no estará en un encuentro cercano el 8 de abril. Sin embargo, se encontrará lo suficientemente cerca del Sol como para medir y obtener imágenes del viento solar a medida que pasen las partículas cargadas, según Nour Raouafi, científico del proyecto Parker Solar Probe y astrofísico del Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins.
Además, una nave espacial de la Agencia Espacial Europea, conocida como Solar Orbiter, estará dando vueltas casi directamente por encima de la Parker Solar Probe cuando ocurra el eclipse. Juntos, los observatorios captarán detalles de la atmósfera y el viento solar.
“Es una de las raras ocasiones en que estas dos naves espaciales se acercan tanto”, declaró Raouafi. “Así que tendremos muchas sinergias entre ellas, entre toda la observación que haremos durante el eclipse desde la Tierra, que es algo completamente sin precedente”.
El Sol ha estado acelerando hacia un pico en su ciclo de actividad de unos 11 años, previsto para 2025. Esto significa que la Parker Solar Probe estará en primera fila en caso de que se produzca alguna erupción solar.
No hay garantías de que dichas erupciones ocurran durante el eclipse, pero Raouafi dijo que las mediciones del viento solar desde el espacio serán cruciales para comprender los efectos de la actividad solar en la Tierra.
“Estos son los conductores de la meteorología espacial, y la sonda es probablemente la mejor herramienta y la mejor misión espacial que tenemos, para ayudarnos a entenderlo”, afirmó. “ Y ¿cómo hacerlo? Esperemos que el Sol nos ofrezca el mayor espectáculo que pueda producir”.
Incluso para quienes no son científicos, la oscuridad que se apoderará temporalmente de los cielos vespertinos a lo largo del llamado camino de la totalidad será una experiencia extraordinaria.
“Recuerdo la primera vez que me enteré de que se trata de algo muy raro, que sucede que nuestra Luna tiene el tamaño y la distancia correctos para causar este efecto aquí en la Tierra”, dijo Melroy. “Es realmente un milagro de nuestro universo”.