Así ha pasado Tesla de la euforia a la crisis: podría perder todo lo ganado en 2023
2023 fue un camino de rosas para Tesla. Con un avance de más del 101% era una de las siete magníficas y volaba por el parqué a medida que su liderazgo en el mercado de coches eléctricos a nivel mundial ilusionó por completo a los mercados. Sin embargo, mientras otros grandes ganadores de aquel año siguen subiendo o mantienen lo ganado, la firma fundada por Elon Musk se ha convertido, oficialmente, en el peor valor de todo el S&P 500 al ceder un 33% en 2024 y reducir esas tres cifras de avances el año pasado a apenas un 35% si se le suma este primer trimestre.
La firma solo compite en números negativos con Boeing, la gran aeronáutica norteamericana, que se deja un 25% después de numerosos problemas de producción en sus modelos 737 MAX, que han vuelto al foco con la necesidad de un aterrizaje de emergencia de un vuelo de Alaska Airlines por un desprendimiento de una compuerta. Las autoridades de EEUU han encontrado fallos en el control de calidad en una investigación que ha arrastrado por el parqué al fabricante.
Volviendo a Tesla, diferentes problemas han cercado por completo a la compañía, desatando las dudas de los analistas y marcando una nueva era tanto bursátil como empresarial para la firma norteamericana. De hecho, tal es la diferencia, que muchas de estas firmas creen que perderá todo lo ganado cuando estaba en la élite de Wall Street y que volverá a la casilla de salida.
Durante el año 2023, a pesar de que los márgenes de Tesla estaban cayendo, unos mayores ingresos justificaban el optimismo. Durante el año 2023, la firma disparó sus ingresos un 18,8% hasta los 96.774 millones de dólares, después de haberlo aumentado un 51,3% en 2022. En ese sentido, los mercados entendieron que la decisión de recortar precios en sus principales modelos le permitiría seguir creciendo, algo que permitiría mantener o incluso aumentar la cuota de mercado al tiempo que sus cifras mejoraban.
Sin embargo, la recta final del año se saldó con uno beneficios peores de esperado, con unas ganancias ajustadas netas de 10.800 millones de dólares netos frente a los 14.120 millones logrados en 2022 y con la perspectiva de los mercados de que estos se seguirán contrayendo en 2024 hasta los 9.950 millones. Esto responde en parte a una tendencia mundial pues, según Adam Jonas, analista de Morgan Stanley «el impulso global de la demanda de coches eléctricos se está estancando».
Empresas como Ford y General Motors han ajustado sus planes de producción de coches eléctricos por una menor demanda. Mary Barra, ceo de GM explicaba en la presentación de resultados que «es cierto que el ritmo de crecimiento de este sector se ha desacelerado, por lo que nos adaptaremos«. Los expertos de Morgan Stanley señalaban en su último informe que «los altos tipos de interés están obligando a los consumidores a reconsiderar sus compras más caras.
Clément Inbona, gestor de fondos de La Financière de l’Echiquier (LFDE), defiende que «para los consumidores cambiar su coche térmico por uno eléctrico se está convirtiendo en un verdadero quebradero de cabeza pues, aunque el consumo de energía es más barato, las primas de seguro más elevadas» y los mayores tipos de interés, estarían marcando la diferencia.
Tesla no solo no había ganado más sino que tampoco había reforzado su cuota de mercado, de hecho, el fabricante Chino BYD le robó el liderazgo en ventas el último trimestre de 2023. Frente a los 464.500 vehículos entregados por Tesla, su rival asiático logró 526.000. Esto responde a una auténtica guerra de precios que se ha generado en el sector debido al asalto de las empresas chinas al resto del mundo.
Estas firmas se han encontrado con un menor mercado del esperado en China y, en consecuencia, una capacidad de oferta sobredimensionada y, para mantener su crecimiento, se han encomendado a exportar al exterior con grandes descuentos. El propio Elon Musk advertía en enero, durante la presentación de sus resultados, del peligro de esta ‘invasión de coches chinos’, alegando que «estas firmas son las más competitivas del mundo y, sin aranceles o barreras comerciales tendrán un éxito clave fuera de China, prácticamente demolerán a la mayoría del resto de empresas en el mundo».
«El mercado chino de vehículos eléctricos está sobreabastecido y se está produciendo una avalancha de recortes de precios»
Además, la propia paralización del mercado Chino ha sido un gran fiasco para Tesla, que había puesto sus ojos en el país como una de las grandes esperanzas de crecimiento.. Esta situación, según Bloomberg, habría obligado a Tesla a recortar su producción en la giga factoría de Pekín tanto de sus modelos Y como los del 3. Además de la menor demanda, desde Morgan Stanley señalan que «el mercado chino de vehículos eléctricos está sobreabastecido y se está produciendo una avalancha de recortes de precios». Una tendencia que está sacudiendo los planes de Tesla en el país.
Clément Inbona, explica que además, todas estas perspectivas están dañadas por la geopolítica. «el coche eléctrico está en el centro de las tensiones geopolítica con China, EEUU y Europa multiplicando sus acusaciones recíprocas de dumping en el sector». Las tres regiones emprendieron ambiciosos programas de subvenciones que están sirviendo a la región para sustentar las diferentes acusaciones que se suman a las de los datos. La Casa Blanca también ha afirmado que los sistemas de software de los coches chinos «suponen un problema para la seguridad nacional», aunque se han abierto a dejar su entrada con controles a estos sistemas.
El último síntoma de los problemas que aquejan a Tesla ha venido de las ventas anuales publicadas este martes. La firma norteamericana, que se encontraba siempre en una espiral de crecimiento que justificaba la euforia, ha informado del primer descenso en entregas en cuatro años con 386.000 vehículos entregados, un 20% menos respecto al trimestre anterior y un 8,5% menos interanual. Además, estas menores ventas podrían suponer incluso un impacto mayor en sus cuentas debido a los menores precios y anticipan un verdadero cambio de épica para la compañía que se saldó con una caída del 4,9% en un solo día.
Seguirá cayendo… por debajo de 2023
Sin embargo esta senda por desierto de la firma de Elon Musk aún no ha terminado, según opinan diversos analistas. Fue especialmente duro el informe de Wells Fargo titulado «Tesla, una empresa en crecimiento sin crecimiento«. Antes de conocerse el último dato de entregas, la empresa norteamericana proclamó que sus títulos caerán un 30% más en los próximos 12 meses, pasando de los 200 dólares a 125 dólares. En resumen, Tesla borraría de golpe todo lo ganado durante ese mágico 2023, que arrancó en los 123 dólares. hasta un pico de 281.
«El crecimiento de Tesla en los mercados principales se ha moderado: la UE y China se han estancado en los EEUU» explicaba Colin Langan, analista de la firma . «Lo más preocupante es que el efecto de los recortes de precios se está moderando, ya que el volumen del segundo semestre aumentó sólo un 3 % a pesar de que los precios han bajado un 5″, añadió el experto. En ese sentido, Langan sentencia que «esperamos que los volúmenes se mantengan estables en 2024 y bajen en 2025». Por este motivo y «a raíz de los recortes de precios», prevé unos menores beneficios de cara al futuro, pues la compañía habría entrado en una nueva fase.
«Incluso después de las caídas actuales, nos parece que las acciones aún tienen un gran potencial bajista»
UBS, que ha rebajado su precio objetivo hasta los 165 dólares desde los 225 señalaba que «los márgenes de Tesla podrían quedar afectados de manera significativa debido a varios factores clave». Al margen de la dura competencia en precios con las firmas chinas y con el resto de empresas, creen que «el retraso del Model 2 (su coche más asequible, con un precio de 25.000 dólares), supondrá un lastre significativo». Además, la firma suiza señala la decepción que ha supuesto el sistema de conducción autónoma (FSD, por su siglas en inglés). Este sistema era una de las grandes esperanzas del mercado para que Tesla pudiera mejorar sus rentabilidad, pero la realidad es que UBS ahora espera que «tendrá que bajar los precios de este sistema».
Ryan Brinkman, analista de JP Morgan, defendía por su parte que «incluso después de las caídas actuales, nos parece que las acciones aún tienen un gran potencial bajista». El estratega señala que el consenso de beneficios se ha reducido ya un 60% desde 2022, cuando llegó a situarse en los 28.500 millones de dólares. Ahora, apenas se sitúa en los 11.400 millones. En ese sentido, Brinkman señala que la actual corrección responde en buena medida a la aceptación poco a poco por parte del mercado de que las perspectivas de esta compañía cada vez son peores, algo que no se había manifestado en su ánimo bursátil hasta ahora.
En cualquier caso el consenso de los analistas recogido por Bloomberg aun apuesta por un potencial de revalorización del 17,5%, aunque esta opinión cada vez se matiza más con nuevos recortes mientras que la polarización y división es absoluta. El ya mencionado Wells Fargo apuesta por las caídas, algo que han compartido otros expertos como BNP Paribas o Bernstein que creen que caerá hasta los 120 dólares, o JP Morgan, que apuesta por los 130 dólares. Algunos como Goldman Sachs y Morgan Stanley se mantienen con dudas dejando su precio en el rango actual y mostrándose neutrales. Entre los grandes bancos destaca Morgan Stanley, que es el único que apuesta por un potente repunte hasta los 320 dólares.