Una activista latina recibe el Premio Goldman de Medio Ambiente por su lucha contra la …
Por Nicole Acevedo – NBC News
Andrea Vidaurre, una organizadora peruano-estadounidense de 29 años del sur de California, ganó el prestigioso Premio Goldman de Medio Ambiente por su labor de protección de su comunidad, predominantemente latina, frente a la rampante contaminación atmosférica.
Vidaurre es una de los seis activistas de base galardonados este lunes por la noche con este premio de 200,000 dólares, que reconoce a personas de los seis continentes que llevan a cabo acciones extraordinarias para proteger el planeta. Vidaurre fue reconocida por su liderazgo popular, que persuadió a las autoridades estatales para que adoptaran normativas que mejoraran sustancialmente la calidad del aire para millones de personas en California y redujeran las emisiones tóxicas de la industria local del transporte de mercancías.
El premio fue concedido por primera vez en 1990 y sigue siendo entregado anualmente por la Fundación Medioambiental Goldman, fundada por el difunto empresario y filántropo Richard Goldman y su esposa, Rhoda Haas Goldman.
“Me siento increíblemente honrada y privilegiada por ser la encargada de hablar del trabajo de nuestro movimiento”, declaró Vidaurre en una entrevista. “Siento una gran responsabilidad por simplemente subrayar el hecho de que han sido décadas de trabajo de las comunidades afectadas por el transporte de mercancías en Estados Unidos”.
Vidaurre nació y creció en el Inland Empire, de California, una región a una hora al este de Los Ángeles que hoy es conocida por tener una de las peores calidades del aire del país. Pero muchos de sus recuerdos de infancia de la región del valle son idílicos: subiendo y bajando las colinas de los alrededores con su padre y su perro, y disfrutando del extenso paisaje montañoso.
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Según Vidaurre, eso empezó a cambiar en los últimos años, cuando comenzó a ver cómo las casas y las escuelas de la zona eran sustituidas por almacenes, y comenzó a oler el humo expelido por los camiones de diésel, que se sumaban a una creciente crisis de contaminación atmosférica en la comunidad.
“Un día, estás viendo un hermoso campo verde. Al año siguiente, ves gigantescos muros de hormigón con camiones que entran y salen todo el día, todos los días, escupiendo diésel tóxico”, relató Vidaurre.
El sector del transporte de mercancías, que durante mucho tiempo ha sido considerado una parte esencial de la economía del país, ha enfrentado la presión de las crecientes expectativas de los consumidores que esperan envíos al día siguiente. También es responsable de una parte importante de la contaminación atmosférica de muchas comunidades estadounidenses, especialmente las que viven y trabajan cerca de autopistas, puertos, estaciones de ferrocarril, almacenes y otras rutas de transporte de mercancías.
“Estas emisiones del transporte también contribuyen al cambio climático”, afirmó Vidaurre. “Estamos respirando estos productos químicos tóxicos todos los días […] y más personas están expuestas a ello porque ha habido mucha invasión y expansión del almacenamiento”.
En 2018, Vidaurre comenzó a hablar con sus vecinos sobre sus preocupaciones sobre los daños ambientales y los riesgos para la salud que la cambiante industria del transporte de mercancías ha acumulado en Inland Empire. Muchos de ellos, incluidos sus parientes peruano-estadounidenses, trabajaban en la industria: desde la cargar y descargade camiones y aviones hasta el trabajo en almacenes.
“En los días realmente malos, lo vemos. Vemos la niebla tóxica que cubre las montañas, sentimos su espesor, a veces la olemos, sobre todo en los calurosos días de verano”, explicó Vidaurre. Pero la mayor parte del tiempo, relató, es “difícil ver la contaminación atmosférica” y sus riesgos para la salud.
Hay distintos tipos de humos de gasóleo, unos más nocivos que otros, pero todos son sustancias tóxicas reconocidas. La exposición a corto plazo suele causar irritación ocular y nasal, así como dolores de cabeza y náuseas. Una exposición más prolongada puede provocar graves enfermedades respiratorias y cardíacas, así como cáncer de pulmón.
“No existe un nivel seguro de diésel que se pueda respirar”, afirmó Vidaurre.
Esas conversaciones con los miembros de la comunidad impulsaron los esfuerzos organizativos de Vidaurre junto con grupos ecologistas y sindicatos de trabajadores de almacenes y camiones, con el objetivo de presionar para buscar soluciones al tema. En 2020, cofundó el Colectivo Popular por la Justicia Medioambiental, una organización sin ánimo de lucro que aboga, entre otras cosas, por mejorar la calidad del aire en Inland Empire. También ha llevado a cabo visitas a la comunidad para que los funcionarios estatales pudieran ver de primera mano el impacto de la industria.
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Las autoridades estatales de California adoptaron en 2023 dos normativas de transporte para limitar significativamente las emisiones del transporte por camión y ferrocarril, y crear un camino hacia un 100% de cero emisiones en los camiones de carga a la venta para 2036.
“Esto va a transformar el sector del transporte”, afirmó Vidaurre. “No lo veremos en un día, pero en 20 años tendremos un sistema completamente distinto. Vamos a tener barrios completamente distintos”.
Al reflexionar sobre esa victoria, Vidaurre indicó que el mayor reto al que se enfrentaron ella y los miembros de su comunidad para aprobar la normativa fue ir en contra de una industria que está “muy bien financiada”, y que puede persuadir a los responsables de tomar decisiones.
A pesar de enfrentarse a años de obstáculos, como retrasos y desinformación sobre sus esfuerzos, subrayó Vidaurre, superaron tales obstáculos “construyendo una gran coalición comunitaria”.
“Estas cosas podrían reproducirse en otras ciudades, en otros estados”, afirmó.
Vidaurre afirmó que está deseando seguir de cerca el desarrollo de la nueva normativa y encontrar soluciones para seguir mejorando los sistemas de transporte.
“También tenemos la responsabilidad de pensar y dar prioridad a la transformación del sistema de transporte, para que sea más eficiente y menos dañino para nuestras comunidades, tanto para su salud como para la del resto del planeta”, afirmó.