Qué se sabe de la propuesta de alto el fuego para Gaza aceptada por Hamás que ahora analiza Israel
- Author, Redacción
- Role, BBC News Mundo
Hamás anunció este lunes que acepta una propuesta de alto el fuego en Gaza formulada por Egipto y Qatar, lo que ha alimentado esperanzas sobre una pausa en el conflicto.
El comunicado del grupo islámico llegó después de que Israel ordenara evacuar a unos 100.000 palestinos en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja, para poder llevar a cabo una ofensiva militar que está planeada desde hace meses y la que se opone buena parte de la comunidad internacional.
Hamás especificó que el jefe de su oficina política, Ismail Haniya, comunicó su decisión al primer ministro de Qatar y al ministro de inteligencia egipcio.
El anuncio fue acogido con esperanza tanto en los territorios palestinos como en parte de la comunidad internacional, aunque Israel aún no ha confirmado si aceptará o no la propuesta y continúa con sus operaciones militares en el sur de Gaza.
La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, indicó que la oferta de alto el fuego de Egipto y Qatar “queda lejos de las demandas” de su gobierno, aunque aceptó negociar y anunció el próximo envío de una delegación a los países mediadores.
Aunque se desconoce qué recoge exactamente la propuesta, fuentes palestinas han filtrado algunos detalles de lo que sería su contenido.
Alto el fuego por fases
Un alto funcionario palestino que tuvo acceso al texto indicó que Hamas acepta poner fin a la “actividad hostil para siempre” si se cumplen las condiciones de la tregua.
La frase da a entender que Hamás podría estar contemplando el fin de su lucha armada, aunque no se han aportado más detalles, y esto se produciría tras la firma de un acuerdo de alto el fuego en dos fases.
Cada fase duraría 42 días y la segunda etapa concluiría con un “largo y sostenible período de calma”, así como el levantamiento completo del bloqueo de Gaza.
La primera etapa incluiría la liberación de las mujeres soldado israelíes que permanecen secuestradas en Gaza, a las que se canjearía por 50 prisioneras palestinas cada una, incluidas algunas que cumplen cadena perpetua.
Durante este período las tropas israelíes permanecerán dentro de Gaza pero, en los 11 días posteriores a la entrada en vigor del alto el fuego, Israel comenzaría a desmantelar sus instalaciones militares en el centro de la Franja de Gaza y se retiraría de algunas zonas clave.
Pasados los 11 días, se permitiría a los palestinos regresar al norte de la Franja de Gaza.
El medio Al-Jazeera mencionó una tercera fase del acuerdo, en la que se comenzaría la reconstrucción de Gaza bajo la supervisión de Egipto, Qatar y agencias de las Naciones Unidas.
La cadena de televisión qatarí citó como fuente de esta información a Khalil al-Hayya, miembro del buró político de Hamás.
Este también detalló que en la primera fase se reanudaría el flujo de ayuda, combustible y materiales a Gazay, y en la segunda, según el texto de la propuesta, se produciría un cese total y permanente de la actividad militar en Gaza.
Protestas en Tel Aviv
El visto bueno de Hamás a la propuesta de alto el fuego no solo ha generado esperanzas de paz en los territorios palestinos, sino también entre parte de la población israelí, en especial los familiares de rehenes en manos de Hamás.
Grupos de personas se manifestaron el lunes en Tel Aviv para exigir al gobierno de Netanyahu que acepte la propuesta formulada por Egipto y Qatar y con ello se facilite el regreso de los secuestrados.
El 7 de octubre del año pasado milicianos de Hamás realizaron una incursión militar masiva en territorio de Israel, donde mataron a unas 1.200 personas y secuestraron a 253, a quienes llevaron a Gaza como rehenes.
Parte de ellos fueron liberados y 128 aún permanecen en Gaza, según datos de Israel, aunque se cree que al menos 34 podrían estar muertos.
Como respuesta al ataque de Hamás, Israel ha llevado a cabo una ofensiva militar a gran escala en la franja de Gaza en los últimos siete meses, que ha causado la muerte de más de 34.000 personas.
Pese al anuncio de Hamás, este lunes Israel llevó a cabo una ofensiva militar en Rafah, localidad que considera el último bastión de la organización palestina que perpetró el ataque del 7 de octubre.
Las Fuerzas de Defensa de Israel indicaron que la operación consiste en una serie de “ataques dirigidos” contra Hamás en el este de Rafah.
Por su parte, el brazo armado de la Jihad Islámica Palestina -otra organización que EE.UU. y la UE consideran terrorista- anunció que sus militantes lanzaron cohetes desde Gaza hacia el sur de Israel en respuesta a estos ataques.
Imágenes mostraron cómo el “domo de hierro”, el sistema antimisiles de Israel, interceptaba proyectiles sobre el cielo del país este lunes.
Rechazo internacional a una ofensiva en Rafah
Gran parte de la comunidad internacional ha expresado su oposición a la anunciada ofensiva militar de Israel en Rafah, donde hay más de un millón de desplazados de otras zonas de Gaza destruidas por la guerra.
La agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos afirmó que las consecuencias serían devastadoras para estas personas.
El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su preocupación y pidió al gobierno de Israel y a los líderes de Hamás «hacer un esfuerzo adicional» para llegar a un acuerdo
Por su parte, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, calificó el lunes de “inhumana” la orden de evacuación de Israel en Rafah.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, transmitió este lunes a Netanyahu su preocupación sobre una invasión del sur de Gaza en una conversación telefónica, según anunció la Casa Blanca.
«No podemos apoyar una operación en Rafah como está prevista actualmente», afirmó el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller.
El canciller de la Unión Europea, Josep Borrell, criticó con dureza la operación de Israel, que calificó como “inaceptable” y aseguró que provocará “más guerra y hambre”
El primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, también expresó su “profunda preocupación» por la ofensiva en Rafah debido al “número de civiles que se refugian allí y la importancia de ese cruce para recibir ayuda».
Entre los países de la región, Egipto pidió a Israel “contención” en un momento decisivo en el que se podría producir un importante avance hacia la paz, mientras Jordania y Arabia Saudí condenaron con dureza los ataques de Israel en Rafah de las últimas horas.
Decisiones difíciles para Netanyahu después de que Hamás trastocara sus expectativas
Análisis de Jeremy Bowen, editor internacional de la BBC
El anuncio del alto el fuego aceptado por Hamás sorprendió a la mayoría de los analistas y trastocó las expectativas de Israel sobre lo que podría suceder en las próximas semanas.
La suposición de Israel era que Hamás no aceptaría una propuesta de alto el fuego que los estadounidenses calificaban como «excepcionalmente generosa». Al amanecer, Israel advirtió a los palestinos que huyeran del lado oriental de Rafah debido a una inminente operación militar.
Los estadounidenses se oponen a cualquier operación terrestre en Rafah que pueda poner en riesgo vidas civiles. El Ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, explicó a su homólogo estadounidense que no había otra opción, ya que Hamás había rechazado todas las propuestas para un alto el fuego temporal y la liberación de rehenes.
Los mediadores de Estados Unidos, Egipto y Qatar continuaron presionando para lograr un alto el fuego. El jefe de la CIA, William Burns, pasó gran parte del día en reuniones con el primer ministro de Qatar en Doha, la capital que también funciona como base de la dirección política de Hamás.
Por la noche, cuando Hamás anunció que aceptaría un alto el fuego, fuentes palestinas insinuaron que la organización podría estar lista para una tregua a largo plazo.
La primera respuesta pública del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, fue decir que la aceptación de la propuesta por parte de Hamás estaba «lejos de satisfacer las demandas de Israel». No obstante, ha enviado una delegación para debatirlo.
El primer ministro se encuentra en una complicada posición política. Su gobierno de coalición depende del apoyo de los ultranacionalistas judíos, que exigieron una ocupación total de Rafah y amenazaron con derrocar al ejecutivo si eso no sucede. Un alto el fuego implicaría cancelar la ofensiva en Rafah.
Al mismo tiempo, familiares de los rehenes y otros israelíes se han manifestado, bloqueando las principales carreteras para exigir a Israel queacepte el acuerdo para devolver a casa a los secuestrados.
Los estadounidenses también quieren un acuerdo. El apoyo del presidente Joe Biden a Israel pese al alto número de civiles palestinos muertos le está costando apoyo político en un año electoral.
Hamás ha puesto la pelota en el tejado de Netanyahu. Y si Biden lo presiona para que acepte un alto el fuego, tendrá que elegir entre la supervivencia de su gobierno y el apoyo vital que el presidente estadounidense le ha brindado desde los ataques del 7 de octubre.
Un alto el fuego también significaría que Israel no habría logrado la «victoria total» que el primer ministro Netanyahu prometió alcanzar.
Lo que viene ahora son más negociaciones y decisiones difíciles.
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