El primer Porsche 911 Turbo de la historia está listo de reaparecer en este inmejorable escenario
Los llamados concursos de elegancia son eventos donde uno tiene siempre la oportunidad de contemplar coches realmente únicos, bien por su cotización, sus prestaciones, su rareza, lo que hubieran podido ser o, sobre todo, lo que fueron o representaron.
En esta ocasión el conocido Concours of Elegance, que celebrará su edición 2024 este próximo verano en el Hampton Court Palace (Reino Unido), contará con un invitado de excepción: nada menos que el prototipo de la primera generación del Porsche 911 Turbo, la variante más salvaje de este mito de la automoción.
Listo para captar todas las miradas, otra vez
Recién entrados en la década de los setenta, Porsche decidió aprovechar las tecnologías de sobrealimentación mediante turbocompresores, que entonces eran una novedad a pie de calle, para llevar las prestaciones de su 911 a un nuevo nivel. El desarrollo de un seis cilindros bóxer con turbo comenzó en 1972 y, tan sólo un año después, el equipo de diseño de Porsche capitaneado por Helmuth Bott ya tenía listo un primer concepto que se exhibió en el Salón del Automóvil de Frankfurt de 1973.
Sobre la base de un 911 S de serie, los ingenieros y técnicos de Porsche crearon aquello que entendieron como un ‘súper 911’, con unos pasos de rueda ostentosamente ensanchados, unas llantas Fuchs sobredimensionadas a juego, un paragolpes frontal inspirado en los 911 Carrera RS de competición y, cómo no, el generoso alerón en forma de solapa sobre el capó trasero.
El conjunto venía vestido en un tono plateado casi marciano, combinado con varios vinilos decorativos en blanco que incluían las siglas Turbo en las esquinas posteriores, dando a entender el corazón tan especial que este nueveonce escondía en sus entrañas. Que, la verdad sea dicha, no era un motor turbo funcional sino un remedo de maqueta a tamaño natural con sus principales elementos simulados en madera.
La historia del Porsche 911 Turbo original
Aun así, este singular concept car acaparó buena parte de las miradas del público, y siguió encadenando éxitos en otros salones como París, Tokio o Melbourne, antes de regresar a Stuttgart para quedar almacenado. De ese retiro lo sacó en 1975 Alan Hamilton, responsable del importador oficial de Porsche para Australia, quien lo adquirió para llevárselo a su país y convertirlo en un coche de carreras funcional.
Tras varios cambios de manos y una estancia en Estados Unidos, en 2016 el prototipo del 911 Turbo regresó a Europa gracias a su actual propietario. Este último ha conseguido restaurarlo a su condición original, añadiendo de paso un motor 2.7 Turbo genuino (el mismo que hubiese montado de fábrica) que permite pasárselo bien conduciéndolo a cualquier parte.
Especializado entusiasta en motor, competición, historia y técnica del automóvil. Eterno aprendiz, también, en el novedoso sector de la movilidad sostenible. Licenciado en Periodismo con varios años de experiencia en esto de hablar sobre las cuatro ruedas.