Día Mundial de la Astronomía: los 5 secretos de la primera ciencia que existió en la historia
Las Astronomía es la ciencia que trata de los astros, de su movimiento y de las leyes que lo rigen. Podríamos quedarnos con la definición de la Real Academia Española sobre qué es la astronomía. Pero en concreto es mucho más que eso.
La astronomía es la ciencia natural más antigua ya que nació al mismo tiempo que el ser humano. Desde ese entonces, esta disciplina ha generado múltiples descubrimientos revolucionarios y grandes avances científicos que lejos pensar que impactan en otros planetas y astros, tienen aplicación directa en la vida diaria del ser humano.
Hoy el mundo celebra el Día Mundial de la Astronomía. Pero no será el único día de festejo, ya que el próximo 12 de octubre también volverá a ser el Día Mundial de la Astronomía. ¿Cómo es esto? ¿Cómo es que hay dos días mundiales de una misma ciencia?
En 1973 la Asociación Astronómica de California del Norte, en Estados Unidos propuso celebrar el Día Mundial de la Astronomía dos veces en el año. Su creador fue Doug Berger, quién para ese momento ocupaba el cargo de presidente de la entidad astronómica.
El objetivo principal era festejar por partida doble en los dos hemisferios terrestres con la llegada de la primavera este día particular día que ocurre en un sábado entre mediados de abril y mediados de mayo, más cercano a la primera Luna Cuarto Creciente, mientras que sucede lo mismo con el sábado más cercano al primer cuarto Luna entre septiembre y octubre.
En concreto, la astronomía es la ciencia que estudia la estructura, composición y leyes que rigen los cuerpos celestes, como por ejemplo las estrellas, planetas, meteoritos, agujeros negros y demás fenómenos que se encuentran en el universo. Son leyes que no sólo nos ayudan a comprender cada vez mejor de dónde venimos, sino también nuestro presente y lo que el futuro nos depara, a nosotros y a nuestra galaxia.
“Podemos reconocer que la astronomía en la actualidad es más que la investigación y la publicación de resultados producto de las observaciones a cuerpos celestes, astros y otros objetos del Universo: es también educación, comunicación, traducción de conceptos, en esencia, una actividad de ida y vuelta, de mejora y crecimiento permanente en la que la sociedad como un todo está involucrada y se beneficia de innumerables productos derivados de las necesidades de las ciencias básicas”, explicó a Infobae Beatriz García, astrofísica y vicedirectora del Instituto de Tecnologías en Detección y Astropartículas (ITeDA).
García comenzó así a deshilachar algunos de los 5 aportes que Infobae eligió de la astronomía al conocimiento científico para beneficio de la humanidad.
1-Avances médicos
“En el campo de la astronomía, los ejemplos son muchos y variados, pero elijo solo uno: las mismas técnicas que se han desarrollado para analizar estructura, densidad, composición química de una nube de material interestelar o una estrella, a las que nunca podremos llegar para tomar una muestra, las usamos a diario en medicina por imágenes”, aseguró García.
Y agregó: “La Astronomía, como la más antigua de las disciplinas a las que se ha dedicado el ser humano a lo largo de los siglos y milenios de manera sistemática, nos une, nos convoca y nos muestra nuestro real lugar en el cosmos; es parte de la cultura, es para todos y todas y su acceso debe ser universal”.
2-Determinación del tiempo
“Puede pensarse que la astronomía, una actividad dedicada al estudio de los cuerpos celestes, sean estos planetas, estrellas, galaxias, es algo externo, ajeno a nuestra vida cotidiana. Nada más alejado de ello. O al menos, en gran parte. Permítanme ofrecerles un ejemplo para visualizar la paradoja a la que me refiero. Vale preguntarnos cuán posible -o imposible- sería la vida en sociedad sin contar, por ejemplo, con una medida del tiempo”, reflexionó a Infobae Diego Bagú, astrónomo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
“¿En qué manera concertaríamos actividades en conjunto? ¿Cuán factible serían las transacciones bancarias y la dinámica de los medios de transporte? Está claro que no hubiésemos logrado el nivel de vida social propio del siglo XXI sin contar con la vital herramienta de la medición y registro del tiempo. Pues bien; este extraordinario resultado se debe pura y exclusivamente a la astronomía”, precisó el experto astrónomo.
Y agregó: “Es la rotación de nuestro planeta y el reflejo de la misma respecto a las estrellas lo que nos ha permitido tomar conciencia del concepto del tiempo y su respectiva medición. Fue la observación del cielo y sus integrantes estelares quienes nos ofrecieron los ingredientes para desarrollar los modelos astronómicos-físicos-matemáticos que explicasen la naturaleza en su conjunto”.
3-Comunicaciones satelitales
Bagú también relacionó los avances en el campo astronómico con el contar con los más extraordinarios navíos satelitales con los cuales las comunicaciones a nivel global se logran en milisegundos son resultados del conocimiento que hemos alcanzado a partir de la observación del cielo a lo largo de milenios. Los satélites de comunicaciones funcionan como un relé, es decir que reciben una señal desde tierra y la retransmiten a otra antena en tierra, por lo que permiten por lo tanto comunicar puntos en la Tierra que están separados.
Así, los satélites de comunicaciones realizan funciones que en principio las ejercían antenas en tierra, pero salvando las problemáticas que existen de poner antenas en puntos de difícil acceso. Existen fundamentalmente tres tipos de servicios de comunicación que este tipo de satélites pueden proporcionar hoy en día: telecomunicaciones, radiodifusión o broadcasting y comunicaciones de datos.
Hoy en día, las técnicas satelitales sirven para estudiar el clima, para las comunicaciones y para los sistemas de posicionamiento o GPS. Para que todo esto fuese posible, fue clave el conocimiento sobre las órbitas desarrollado en el campo de la astronomía.
4-Avances matemáticos
Desde la antigüedad, la astronomía y las matemáticas han estado unidas, efectuando aportes importantes al progreso de la humanidad.
Las primeras civilizaciones utilizaron la matemática para llevar un registro de los ciclos solares y lunares. Siglos más tarde en los antiguos reinos de Mesopotamia y Babilonia se utilizó el movimiento del Sol para predecir los eclipses y la posición de otros cuerpos celestes, en función de su grado de latitud y longitud. Esos resultados se grabaron en tablas de arcilla, lo que permitió que este conocimiento llegara a los antiguos griegos, quienes lo aprovecharon para sus propios desarrollos astronómicos.
Allí Pitágoras, uno de los inventores de las matemáticas, postuló que los planetas estaban conectados entre sí por esferas y Ptolomeo desarrolló un modelo del Sistema Solar con la Tierra al centro. Años más tarde, durante el Renacimiento, Galileo Galilei postuló que nuestro planeta no podía ser el centro del universo, sino que lo era el Sol.
Pero la gran revolución llegó unos años después de la mano de Isaac Newton, quien al estudiar el cometa Halley, ideó el cálculo del movimiento de cualquier cuerpo celeste. Newton también explicó la gravedad, tomando como base las leyes de Kepler, quien estudió matemáticamente las órbitas de los planetas y describió cómo se mueven los astros y sus ecuaciones se usan hoy para calcular las fuerzas gravitacionales.
5-Navegar los mares y descubrir nuevos mundos
Antes de la era de los navegantes, allá por el 1400 y 1500, quienes se subían a un barco ejecutaban travesías cortas, siempre siguiendo la línea costera. Pero los primeros exploradores y descubridores de nuevas tierras debieron arriesgarse más y tomar a las estrellas como guía para navegar.
Así, estos aventureros optaron como brújula las 88 constelaciones reconocidas hoy por la Unión Astronómica Internacional. Concretamente las constelaciones son agrupaciones de estrellas que están unidas mediante lazos imaginarios que forman una silueta singular y reconocible. Sus nombres, en muchos casos, se refieren a los mitos griegos o romanos y han servido como punto de referencia y orientación para navegantes, tanto en el hemisferio norte como en el hemisferio sur. También para caminantes de los desiertos o para elaborar calendarios agrícolas y religiosos.
Las constelaciones más utilizadas eran la Osa Mayor (ya la citaba Homero en la Odisea, casi ocho siglos antes de Jesucristo), la Osa Menor (con su estrella polar que señala el Polo Norte) y Orión, el Cazador, que en el hemisferio norte podemos observarla durante en invierno y en el hemisferio sur en verano. Las estrellas más brillantes que la componen, además de las conocidas Tres Marías, son Betelgeuse y Rigel, la primera asociada a Osiris en la mitología egipcia.
Hoy la astronomía se ha potenciado tanto que no solo nos guía en la Tierra, sino que gracias al avance en esta ciencia, son posibles las distintas misiones espaciales que por ejemplo llevarán en 2026 al ser humano devuelta a la Luna y en la próxima década y por primera vez a otro planeta: Marte.
“En las últimas décadas la astronomía nos ha mostrado que lo que creíamos conocer del universo con gran rigurosidad durante todo el siglo XX, en realidad, no es tan así. Esto nos ha llevado a proponer nuevas hipótesis respecto al origen y evolución del mismo, implicando en dicho proceso la creación y existencia de nuevas entidades, las cuales en alguna manera ponen en jaque el saber actual que poseemos. Por cada observación que realizamos, por cada pregunta que respondemos, cerramos una puerta y, maravillosamente, se abren otras tantas”, precisó el astrónomo Bagú.
“Sabemos cada vez más en términos nominales, y apenas tomamos noción que cada vez es más lo que no sabemos, lo que nos queda por descubrir. Esto, por naif que pueda resultar, conlleva lo más importante y vital del ser humano. A fin de cuentas, esta actitud inquisitoria es lo que nos diferencia del resto de las especies vivientes en este pequeño y frágil planeta azul. La astronomía es dueña de otra preciosa paradoja. Podemos considerarla como la ciencia más antigua y, al mismo tiempo, la más moderna de todas. Quizás la biología pueda asemejarse en tal sentido”, siguió el experto.
Y agregó: “Podríamos hacer referencia temporal como inicio de la astronomía al preciso instante en que los primeros sapiens elevaron su mirada al cielo preguntándose por esas luces tenues y brillantes que los acompañaban noche tras noche en la sabana africana. Fue allí cuando comenzamos a indagar al respecto; un sentimiento y un deseo que no mermó a lo largo de centenares de miles de años. Hoy en día nos seguimos haciendo esas mismas preguntas. Y otras”, reflexionó el experto”.
Bagú concluyó: “Para ello pensamos, diseñamos, construimos, probamos y enviamos al espacio las máquinas más extraordinarias que hemos logrado hasta nuestros días. ¿El fin de ello? Intentar buscar respuestas a los más profundos e inquietantes interrogantes: ¿Cuál es nuestro origen? ¿De dónde venimos y en dónde vivimos? ¿Cuál es nuestro destino? Estos desarrollos científicos-tecnólogicos traccionan a diario, de manera coherente y sistemática, para que todo ese conocimiento sea aplicado en nuestras vidas cotidianas. Nuevos y exóticos materiales que se aplican a las más diversas áreas, medicinas y alimentos de vanguardia desarrollados en ambientes de microgravedad en el interior de las estaciones espaciales, los cuales seguramente posibilitarán dar respuestas a serios problemas actuales y del futuro. Todo ello es resultado de la astronomía, la más maravillosa y conmovedora de las ciencias que hemos construido a fin de responder, ni más ni menos, quiénes somos”.
Gracias a los avances tecnológicos, la astronomía se ha potenciado en los últimos años. “La tecnología es cada vez más sensible y estamos llegando a niveles de detección de estrellas y cuerpos celestes cada vez más lejanos y con un nivel de precisión asombrosa. Particularmente, con los supertelescopios espaciales como el James Webb que está revolucionando la astronomía moderna, pudiendo viajar en el tiempo miles de millones de años atrás. Eso nos permite, por supuesto, no solo conocer mejor el universo. Se ha logrado mucho, pero falta muchísimo más por avanzar”, explicó a Infobae la doctora en Física Estefanía Coluccio Leskow, gerenta Operativa del Planetario Galileo Galilei de la ciudad de Buenos Aires.
Y agregó: “Experimentos astronómicos como por ejemplo Qubic en Salta buscará desentrañar los misterios del Universo bien temprano. Entender si inflación del mismo es la explicación para que sea isótropo y homogéneo”.
Coluccio Leskow precisó que “también hay otros aparatos en desarrollo para avanzar en el conocimiento de la materia oscura. No logramos entender bien qué es la materia oscura, no logramos detectar directamente que es así, que ese es un misterio, particularmente para mí”.
“Incluso en el nuevo campo astronómico está todo el mundo de los exoplanetas, toda una nueva ventana de exploración que comenzó con el telescopio espacial Kepler y ahora se potencia con el James Webb. La próxima generación de telescopios con el Nancy Grace Roman, 200 veces más poderoso que el Hubble y fabricado para estudiar la materia y energía oscuras, también hará un gran aporte cuando sea lanzado próximamente”, concluyó la directora del Planetario.