Los mexicanos que viven en el extranjero podrán inscribirse al RFC del SAT
El jefe del SAT, Antonio Martínez Dagnino, resaltó que el RFC es una herramienta de identidad, que permitirá a nuestros paisanos acceder a una serie de beneficios como la apertura de cuentas bancarias, créditos, programas sociales, entre otros. El jefe del fisco invitó a los connacionales a efectuar su registro en la oficina virtual del SAT o bien acudir al consulado más cercano, donde recibirán una atención de calidad y oportuna, apegada a las directrices del SAT de simplificar los trámites y apoyar a las y los contribuyentes.
En tanto, la canciller Alicia Bárcena compartió que, a través de las representaciones de México en el exterior, se difundirá el trámite y se brindará asesoría a la comunidad mexicana que lo requiera.
“Nos toca a nosotros difundir esto a lo largo y ancho de nuestros consulados, 53 en Estados Unidos, cinco en Canadá, y realmente en las 80 embajadas que tenemos en todo el mundo”, remarcó.
La nueva ventana virtual para la atención a contribuyentes surge a raíz de la la firma del «Convenio de Colaboración entre la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y el SAT con el objetivo de establecer las bases, mecanismos de difusión y actividades de colaboración para promover y difundir el procedimiento para que las y los mexicanos que viven en el extranjero, sin obligaciones fiscales en México, se inscriban en el RFC.»
El convenio de colaboración responde a la demanda constante de la comunidad mexicana en el exterior de acceder a servicios del Gobierno de México y promueve la equidad fiscal, el cumplimiento de las obligaciones tributarias y el ejercicio pleno de sus derechos como contribuyentes.
¿Para quién es el trámite?
Las personas físicas sin obligaciones fiscales en México.
En 2022 entró en vigor la obligación de inscribirse en el RFC al cumplir los 18 años, incluso si la persona no realiza una actividad económica.
La autoridad fiscal destacó como objetivos introducir a los jóvenes a la cultura contributiva y protegerlos del robo de identidad, ya que las empresas fantasma los utilizan como prestanombres.