Uruguay regularizará la residencia de 20.000 solicitantes de refugio
Miles de cubanos que se encuentran en Uruguay en una suerte de “limbo migratorio” han celebrado la decisión del Gobierno de regularizar su situación mediante un programa de residencia por arraigo. Este permitirá que más de 20.000 extranjeros que hayan ingresado regularmente al país como solicitantes de refugio puedan acceder a una “residencia especial” por motivos de arraigo laboral, familiar o de formación. La medida fue adoptada días atrás mediante un decreto y estará vigente durante un año. Junto a las organizaciones de migrantes, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, también saludó la iniciativa: “Reconoce la realidad de miles de personas que buscan una oportunidad para reconstruir sus vidas en un entorno seguro y acogedor, y que contribuyen positivamente al país”, dice un comunicado de la Agencia.
Con esta medida, el Ejecutivo uruguayo busca dar respuesta a la situación jurídica de los miles de inmigrantes, la mayoría cubanos y en menor medida dominicanos, que entraron a Uruguay como solicitantes de refugio pero no alcanzaron el estatus de refugiado ni tampoco pudieron tramitar la residencia legal como ciudadanos extranjeros. “Es un decreto que apunta a más de 20.000 personas que están en situación irregular, que son migrantes y que de alguna manera no son elegibles para el refugio”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Omar Paganini. Además de allanar el camino hacia la residencia permanente y más adelante a la ciudadanía legal, el programa permitirá resolver la reunificación familiar, una de las principales aspiraciones de estos migrantes, que hasta ahora les estaba vedada.
Según informan las autoridades, el programa será desarrollado por la Dirección Nacional de Migración en coordinación con la Comisión de Refugiados, dentro de los 90 días desde la publicación del decreto, el 15 de mayo. Concretamente, podrán acceder a una “residencia especial” por razones de arraigo laboral, familiar o de formación, aquellos extranjeros solicitantes de refugio que hayan ingresado regularmente y tuvieran una permanencia en el país superior a 180 días al momento de la emisión del decreto. Por otro lado, indican que este programa contemplará excepcionalmente ciertas facilidades y exenciones de documentación, “atendiendo a consideraciones humanitarias y a la situación de las personas que no cuentan con la visa consular de ingreso al país”.
En condiciones ideales, los cubanos que se encuentran en Uruguay pueden solicitar y obtener la residencia si cumplen con determinados requisitos, entre los que figura el visado consular. Eso en condiciones ideales, que no son las de los cubanos que ingresan a este país sudamericano por la frontera con Brasil sin ese visado, como solicitantes de refugio. Sumado a esto, las posibilidades de obtener el estatus de refugiado político son muy improbables, según aseguró el propio ministro Paganini, dado que no reúnen las condiciones para serlo. Y en caso de que así fuese, el tiempo que demandaría el trámite no parece ayudar: Uruguay cerró el año 2023 con más 24.000 solicitudes de refugio acumuladas y el promedio de espera para la entrevista con el solicitante era de dos años, de acuerdo con datos oficiales publicados por el periódico El Observador.
Apremiados por estas circunstancias, los cubanos solicitantes de refugio solían viajar hasta uno de los consulados uruguayos en Brasil, para tramitar el visado requerido y seguir adelante con el trámite de residencia en Uruguay. Pero esa posibilidad comenzó a complicarse a partir de enero de 2023 y se bloqueó definitivamente cuando, en diciembre de ese año, Cancillería envió instrucciones a sus consulados explicitando que las personas residentes en Uruguay como solicitantes de refugio no podían aspirar al visado en cuestión. En esa suerte de “limbo migratorio”, sin estatus de refugiado ni residencia legal, se encuentran los cubanos que podrán acogerse al programa de residencia por arraigo que se pondrá en marcha en estos días. De los más de 9.000 solicitantes de refugio que hubo solamente el año pasado, informó El Observador, casi 7.300 eran cubanos.
“Esta medida, que lleva la firma del presidente de la República, Luis Lacalle Pou, reconoce la realidad de miles de personas que buscan una oportunidad para reconstruir sus vidas en un entorno seguro y acogedor, y que contribuyen positivamente al país”, dice un comunicado de la Agencia de la ONU para los Refugiados. Agrega que este programa de residencia por arraigo implementa el compromiso de Uruguay presentado en 2023 durante el Foro Mundial sobre los Refugiados. “Allí, el Gobierno uruguayo se comprometió a avanzar en generar vías regulares de permanencia y una respuesta fortalecida y armónica entre el sistema de determinación de la condición de personas refugiadas y la normativa migratoria”, detalla ACNUR.
Según los datos preliminares del Censo de 2023, en Uruguay hay cerca de 62.000 personas nacidas en el exterior, de las cuales 12.400 son cubanas. Sin embargo, las organizaciones de cubanos que viven en este país aseguran que ese número aumentó significativamente en el último tiempo, algo que la medida del Gobierno uruguayo reconoce implícitamente. “Debe haber fácilmente 30.000 cubanos en Uruguay, y siguen entrando”, dijo Luis Estrada, presidente de la asociación Cubanos Libres, a la emisora radial Carve. De ese total, estimó Estrada, aproximadamente 10.000 ya contaban con residencia permanente o ciudadanía antes de este nuevo programa de residencia por arraigo. “Les agradecemos enormemente al Gobierno y a las instituciones que se pusieron de parte de los migrantes que hoy pueden dormir tranquilamente”, señaló.
Esta iniciativa es un paso importante para regularizar el estatus jurídico de miles de personas, “pero es una solución transitoria, no de fondo”, matiza Rinche Roodenburg, integrante de la Red de Apoyo al Migrante en Uruguay. Consultada por este periódico, esta activista por los derechos de los migrantes considera injusto que el programa deje fuera a quienes llevan menos de 6 meses en el país, como lo establece el decreto. “El problema va a seguir existiendo”, añade. Para Roondenburg, la solución pasa por la eliminación definitiva del visado consular como requisito para tramitar la residencia en Uruguay. “Además, evitaría que estos migrantes se expongan al tráfico de personas, como lo hacen ahora viniendo desde Cuba, a través de Guyana y Brasil”, subraya.
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