El fenómeno natural que provocó auroras en España sigue activo y ahora es más peligroso
Hace unos días, las auroras boreales recorrían todo el planeta y brillaban hasta en el cielo de nuestro país. La parte negativa es que interfirió con el funcionamiento de varios satélites y causó, entre otras cosas, problemas el sistema de navegación GPS. El culpable de estos fenómenos es una enorme mancha en la superficie de nuestra estrella que creó una tormenta solar que impactó contra la Tierra. Esa mancha no solo no ha desaparecido —de hecho es la más activa del ciclo solar actual—, sino que acaba de provocar una nueva erupción mucho más potente, y se espera que lo siga haciendo según se vuelva a alinear con la Tierra a finales de semana.
Las erupciones solares son erupciones energéticas de radiación electromagnética que se producen cuando se libera la energía magnética acumulada en la atmósfera solar. Las de clase X son las más potentes que existen y dentro de ellas hay una numeración del 1 al 10 con la que los científicos definen su potencia, siendo la 10 la más potente. Cada vez que se aumenta un número, el pico de flujo de rayos X que emite la erupción es diez veces mayor.
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Jesús Díaz
El Centro de Predicción de Meteorología Espacial de la NOAA (la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU) detectó ayer una erupción solar de magnitud X2.8 que venía de la mancha solar AR3664, la causante las históricas auroras que vivimos semanas atrás. Y ahora la mancha solar está completando su rotación y volverá a apuntar hacia nuestro planeta en los próximos días.
¿Se van a freír todos los satélites?
Que la erupción solar sea más intensa no significa necesariamente que vaya a haber graves daños en los satélites y apagones en nuestros sistemas de comunicación. Este tipo de incidencias, al igual que lo que ocurre con las auroras, suelen estar provocadas por las eyecciones de masa coronal (CME).
Sin embargo, la gran erupción solar de ayer también vino acompañada de una gran CME y el plasma y el campo magnético salieron expulsados de la superficie del Sol de forma explosiva, Afortunadamente, en ese momento no estaba apuntando a la Tierra, según los modelos realizados por la NASA. Aunque, como es de imaginar, esto no será siempre así y la mancha sigue moviéndose con nuestra estrella tras su rotación de 27 días y pronto la tendremos de nuevo enfrente.
Por si esto no fuera poco, hay otra mancha solar, llamada AR3691, que está creciendo y tendrá capacidad crear erupciones solares tan potentes como las que está produciendo la AR3664. Lo que hace que aumente el riesgo de sufrir el impacto de sus CME entre la próxima semana y la siguiente.
El peligro de las tormentas solares
Que se hayan podido ver auroras boreales en lugares poco habituales como España se debe a que el Sol se aproxima al máximo del ciclo solar previsto para 2025. Los científicos piensan que cabe esperar que las auroras sigan apareciendo en lugares inesperados y que el número de grandes tormentas solares vaya aumentando en los próximos años.
La Tierra ya ha sufrido el impacto de tormentas tan grandes como el evento Carrington, la tormenta solar que impactó la Tierra en 1859 destruyendo redes telegráficas de todo el planeta, o el evento Miyake, una tormenta 10 veces mayor que tuvo lugar en los años 774 o 775.
Si un evento similar al Carrington alcanzara la TIerra hoy en día sería devastador. Todas las infraestructuras críticas de la sociedad —desde la sanidad y la banca a la distribución de agua potable o la logística— caerían con la destrucción de los satélites y los transformadores de energía. Sin electricidad ni internet para mantener en pie el sistema volveríamos de un plumazo a la Edad Media. Si lo que nos llega es un evento tan potente como el Miyake, las consecuencias pueden ser aún peores.
Nuestra serie documental Control Z en el capítulo La Gran Tormenta (que pueden ver sobre estas líneas) analiza en profundidad las desastrosas consecuencias que pueden tener estos eventos solares extremos para nuestra civilización y qué podemos hacer para solucionarlo.
En la actualidad, los científicos piensan que cada pocos cientos de años vamos a tener un evento de nivel Carrington —el último fue en julio de 2012, pero afortunadamente ocurrió hacia el lado opuesto a la Tierra—. Y cada mil años podemos tener un evento que sea 10 o 20 veces más fuerte. La cuestión no es si va a pasar, dicen los investigadores, sino cuándo y si estaremos preparados para evitarlo.
Hace unos días, las auroras boreales recorrían todo el planeta y brillaban hasta en el cielo de nuestro país. La parte negativa es que interfirió con el funcionamiento de varios satélites y causó, entre otras cosas, problemas el sistema de navegación GPS. El culpable de estos fenómenos es una enorme mancha en la superficie de nuestra estrella que creó una tormenta solar que impactó contra la Tierra. Esa mancha no solo no ha desaparecido —de hecho es la más activa del ciclo solar actual—, sino que acaba de provocar una nueva erupción mucho más potente, y se espera que lo siga haciendo según se vuelva a alinear con la Tierra a finales de semana.