ACNUR pide una respuesta global a la crisis olvidada en el Sahel
GINEBRA– ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está profundamente preocupada por la crisis que crece rápidamente en la región del Sahel.
Según datos de abril de 2024, en Burkina Faso, Mali y Níger, en el Sahel Central, más de 3,3 millones de personas están desplazadas forzosamente debido a conflictos persistentes, agravados por los efectos cada vez peores de la crisis climática. Esta abrumadora cifra de desplazamiento forzado de civiles exige una acción internacional inmediata para evitar que la situación empeore.
La situación de seguridad en el Sahel Central es volátil, lo que obliga a las personas a huir de sus hogares en busca de seguridad y protección. Los riesgos de protección son generalizados. Los resultados de sondeos llevados a cabo en el primer trimestre de 2024 muestran que las personas desplazadas forzosamente y las comunidades que las acogen perciben los robos, los ataques a civiles y la violencia de género como los principales riesgos. Las mujeres y los niños son particularmente vulnerables a la explotación, el abuso y la trata.
Asimismo, la falta de alojamiento adecuado, agua potable y saneamiento agrava las condiciones precarias que afrontan los desplazados, mientras que la persistente inseguridad impide que muchos regresen a casa, lo que a menudo conduce a desplazamientos sucesivos dentro de los países y, cada vez más, a través de las fronteras.
Mientras que 2,8 millones de personas han sido desplazadas internamente en Burkina Faso, Mali y Níger en los últimos cuatro años, el número de refugiados procedentes de estos tres países ha aumentado a 550 000 durante el mismo período.
En Burkina Faso, la doble amenaza de la violencia y las condiciones de vida inadecuadas está perpetuando un ciclo de fragilidad. En el último año, la salida de refugiados burkineses ha sido significativa, con una estimación de 117 600 llegadas a países costeros cercanos hasta abril de 2024.
Actualmente hay más de 200 000 personas refugiadas malienses en Mauritania, 130 000 en Níger y casi 40 000 en Burkina Faso, además de 50 000 que huyeron a Argelia pero no tienen acceso a procedimientos de asilo. Al mismo tiempo, Mali alberga a unos 94 000 refugiados, principalmente de Burkina Faso, Níger y Mauritania, mientras que más de 354 000 personas malienses están desplazadas internamente.
A pesar de la inseguridad y la creciente presión sobre las comunidades locales, los países vecinos de la región del Sahel merecen reconocimiento por mantener sus fronteras abiertas a los refugiados.
El aumento en los movimientos transfronterizos pone de manifiesto el agravamiento de la crisis y la necesidad continuada de responder a las necesidades en el Sahel mediante inversiones en protección, asistencia y soluciones duraderas. Se están realizando esfuerzos enormes, pero aún queda mucho por hacer. ACNUR aboga ante la comunidad internacional por:
- Mantener la ayuda durante la inestabilidad política en la región del Sahel para evitar que empeoren los problemas existentes y que aumente la probabilidad de futuras crisis. ACNUR insta a invertir en sistemas básicos de protección y apoyo social, así como a apoyar a las comunidades antes de que se vean obligadas a desplazarse.
- Contemplar un enfoque conjunto entre actores humanitarios, de desarrollo y de paz, redirigiendo fondos a organizaciones locales que trabajan activamente en el terreno para una respuesta más efectiva a las necesidades.
- Planificar soluciones a largo plazo para proporcionar ayuda humanitaria vital al tiempo que se fortalece la resiliencia de las personas desplazadas y las comunidades que las acogen.
ACNUR solicita 443,5 millones de dólares (USD) para cubrir las necesidades humanitarias urgentes en Burkina Faso, Mali, Níger, Mauritania y los países del Golfo de Guinea.