La creación de empleo se acelera en Estados Unidos y desborda todas las previsiones
Estados Unidos continúa creando empleo a toda máquina. Tras el frenazo del mes de abril, en que se crearon 165.000 empleos, según la cifra revisada, la primera economía del mundo generó 272.000 nuevos puestos de trabajo no agrícolas en mayo, según las cifras difundidas este viernes por la Oficina de Estadísticas Laborales, dependiente del Departamento de Comercio. El dato desborda todas las previsiones y aleja más si cabe las perspectivas de rebajas de tipos de interés, aunque la tasa de paro ha repuntado al 4,0%, su nivel más alto desde enero de 2022, cuando también se situó en esa cota.
Cierta ralentización de la creación de empleo en los últimos meses parecía un síntoma de que los elevados tipos de interés estaban frenando algo la actividad económica, pero no tanto como para provocar una recesión. Ahora, sin embargo, el dato muestra una aceleración del mercado laboral a menos de cinco meses de las elecciones presidenciales. Por ahora, el escenario sigue pareciendo el de aterrizaje suave, aunque lo que se resiste a volver a su nivel son los precios.
La cifra de 272.000 empleos no agrícolas creados en mayo supera en casi 100.000 a las previsiones de los analistas y se sitúa por encima de la media de 232.000 empleos mensuales de los últimos 12 meses. En mayo, el sector sanitario, el empleo público, el ocio y la hostelería fueron los sectores más dinámicos, pero se creó empleo en la gran mayoría de la economía. La fortaleza del consumo sigue siendo el motor de una economía y los inmigrantes, la fuente de mano de obra que permite una creación de empleo sostenida en el tiempo.
En Estados Unidos, la situación del mercado laboral se mide a través de dos encuestas. Una, realizada a empresas, permite estimar la creación de empleo no agrícola de cada mes y es la que más siguen los inversores y los mercados. Otra, hecha a los hogares, sirve para calcular la tasa de paro. En ocasiones, los resultados de ambas son un poco contradictorios. De hecho, eso viene ocurriendo de forma sistemática a lo largo del último año.
Mientras que la encuesta a empresas arroja esos 272.000 nuevos empleos no agrícolas, la realizada a los hogares muestra 408.000 ocupados menos en mayo. Eso, con un incremento mayor de la población activa, explica que la tasa de paro haya aumentado una décima hasta el 4,0%. El contraste es mayor cuando lo que se miran son los últimos 12 meses. En ese periodo, la encuesta a empleadores señala que se han creado unos tres millones de empleos. En cambio, según la encuesta a hogares, la población ocupada cerró abril en 161.083.000 personas, 376.000 empleos más que hace un año.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, venía presumiendo de la mayor racha en décadas con la tasa de paro por debajo del 4%. Tras 27 meses consecutivos, ha igualado la serie de finales de la década de 1960, en plena bonanza económica, pero se queda sin superarla a solo unos meses de las elecciones. Aun así, el mercado laboral estadounidense roza el pleno empleo y sigue habiendo más ofertas de trabajo disponibles que trabajadores en paro. Las cifras de creación de empleo del mandato del actual presidente han batido récords, en parte gracias a la recuperación desde la pandemia.
Inversores y analistas esperan las pistas que den los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal tras la reunión del próximo 12 de junio. En ella deben actualizar sus pronósticos sobre cuál será la política monetaria adecuada a seguir. Las previsiones de marzo, que aún apuntaban a tres recortes de 0,25 puntos hasta fin de año, son ya papel mojado y los inversores creen que habrá una o como máximo dos rebajas de tipos hasta diciembre. Especialmente en esta ocasión tendrá interés conocer no solo la mediana, sino también la distribución de las previsiones.
El mismo día 12 se publica, además, el índice de precios de consumo de mayo. Después de unos datos decepcionantes en el primer trimestre, la cifra de abril ha mostrado cierta moderación de las subidas de precios. La Reserva Federal ha dejado claro que no empezará a bajar los tipos hasta que tenga una mayor confianza en que la inflación se dirige de una forma sostenible hacia el objetivo de estabilidad de precios, fijado convencionalmente en el 2%.
[Noticia de última hora. Habrá actualización en breve]
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