«Hoy Amelia vuelve a su casa, a su familia ya su pueblo»
El 6 de junio se realizó en la explanada de la Udelar, un homenaje y despedida bajo la consigna «Hoy Amelia vuelve a su casa, a su familia y a su pueblo», a Amelia Sanjurjo Casal, militante comunista detenida desaparecida durante la dictadura cívico militar en Uruguay. Los restos óseos de la militante fueron hallados en el Batallón 14 de Toledo (Canelones) en junio del 2023, y finalmente identificados el pasado 28 de mayo.
El Portal de la Universidad dialogó durante el homenaje, con Ariel Castro, ex decano de Facultad de Agronomía, con Agustín Cano, docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Udelar e integrante de la Asociación de Docentes de la Universidad de la República, y con Ignacio Errandonea, integrante de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, organización que convocó a realizar esta despedida antes de que los restos de Amalia Sanjurjo sean enterrados en el cementerio de La Teja. Este es el sexto hallazgo de los restos de una persona detenida desaparecida desde que comenzaron las excavaciones en 2005 por parte del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDDHH).
Ariel Castro es nieto del maestro Julio Castro, detenido en 1977 y posteriormente desaparecido, cuyos restos fueron hallados el 21 de octubre de 2011 también en el Batallón Nº 14, por el equipo de antropología forense de la Universidad de la República. «Para la Universidad esto es parte de un compromiso histórico con el tema y una forma de colocar nuestras capacidades en la investigación en torno a esta temática», expresó. «La base del grupo de antropólogos que trabaja en la búsqueda de restos de detenidos desaparecidos proviene de la Udelar», acotó.
«En este caso también significa ofrecer nuestra casa, que es la casa del pueblo uruguayo, al servicio de un merecido homenaje a una víctima de la represión inhumana, cruel, que escapa a la posibilidad de descripción», añadió. Describió el sentir general de la jornada como «una sensación agridulce», por un lado conocer los actos terribles del terrorismo de Estado y por otro «la comprobación que la lucha y la búsqueda vale». «Es importante que la sociedad haga su duelo y la Universidad humildemente pone su casa al servicio de ella», afirmó.
En cuanto a la perspectiva de este momento, desde el lugar de alguien que tuvo un familiar detenido desaparecido hasta el hallazgo de sus restos, aclaró que no hablaba como representante de la Asociación de Familiares, pero percibe «un sentir general de que este es un paso más, una reafirmación, de que el camino es ese, de que los cuerpos están, que la mentira no gana y hay que seguir peleando». Asimismo destacó «la necesidad de recibir a una compañera que vuelve y darle el respeto y la sepultura que todo ser humano merece».
«Cada uno de estos hallazgos demuestra el horror, la crueldad, cuesta encontrar palabras para definirlo, en este caso, una mujer joven, desnuda, enterrada boca abajo, con signos de terrible violencia, ¿qué tipo de ser hace esto?», concluyó Ariel Castro.
Cano, por su parte, expresó que ante este momento «los sentimientos son muchos, se mezcla el horror de conocer qué pasó, qué le pasó a Amelia, qué le pasó a tanta gente, a compañeros, la indignación por eso y por la impunidad, con la fuerza que da que contra toda esa impunidad y contra todos los poderes que la sostienen, se vayan encontrando a las compañeras y los compañeros».
Expresó que «encontrarse en este caso a despedir Amelia es también encontrarse a reforzar esa búsqueda y esa causa que es la de Familiares y a partir de Familiares del conjunto de la sociedad, que es una causa que nos dignifica a todos y todas, que es de un profundo humanismo y que nos tiene que comprometer cada vez más», agregó. También es necesario transmitirlo a las próximas generaciones indicó, indicando que la marcha de 20 de mayo es cada vez es más numerosa, cada vez participan más jóvenes y se organizan diversas actividades que multiplican esa gran movilización. «Encontrarse a sentir es importante también», afirmó.
«Encontrarlos a todos»
Para Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos el día de hoy es especial, afirmó por su parte Errandonea. «Hace un año recibimos la noticia a través de una llamada telefónica, de que se habían encontrado restos en el Batallón Nº14 y hoy sabemos que es Amelia y la estamos despidiendo», expresó. La estamos recibiendo como sociedad porque la mantuvieron desaparecida, «no pudieron soportar que fuera una militante social que peleara por los derechos de los más y infelices y que fuera mujer, que les hiciera frente y no la pudieran doblegar y eso fue un doble castigo para ella»,añadió.
En Madres y Familiares «seguimos convencidos que vamos a encontrarlos a todos, a pesar del silencio cobarde y cómplice de las Fuerzas Armadas», afirmó Errandonea. «La Universidad siempre ha estado al lado nuestro, es un lugar neutral desde el punto de vista político partidario por lo tanto entendimos que como sitio fundamental de la sociedad uruguaya, lo más justo sería hacer el homenaje aquí en la universidad porque nos representa a todos», concluyó.
En el cierre del homenaje una representante de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos leyó una carta de los familiares de Amelia que en la actualidad se encuentran en el exterior del país. «En esta casa de estudios que pertenece a todo su pueblo que aquí la abraza y la acompaña, hacemos llegar las palabras de su familia, que hoy abrazamos a pesar de la distancia», expresó antes de comenzar la lectura del mensaje.
«Hoy la tía Pocha vuelve a nosotras y nosotros, a su familia, a sus compañeros y compañeras de lucha, a sus seres queridos y a las personas que se sumaron a su búsqueda, a todas aquellas personas que la buscaron siempre. No podemos hoy despedirla sin nombrar a quienes fueron parte también de esta lucha, Francisco, su padre y Carmen, su hermana, quienes dieron hasta el último segundo de sus vidas en su búsqueda, golpeando las puertas de cada cuartel preguntando ¿dónde está Amelia? El abuelo Francisco y la tía Carmen, luchadores incansables, se fueron sin poder tener una respuesta, sin poder conocer la verdad, hoy aquí también les recordamos.
Amelia tenía 41 años cuando la detuvieron el 2 de noviembre de 1977 en la vía pública, posteriormente sería trasladada al centro clandestino de detención La Tablada. Hace un año, el 6 de junio de 2023 sus restos óseos fueron hallados en la trinchera número 405 del Batallón N°14 de Paracaidistas en Toledo y el pasado 28 de mayo, luego de un proceso lento y doloroso, finalmente pudimos nombrarla.
Hoy podemos afirmar que el terrorismo de Estado dispuso que su cuerpo fuese enterrado de forma cobarde, cruel y clandestina hasta el día que la encontramos. La dictadura se ensañó con ella como hizo con tantos otros y otras haciéndole pagar muy alto el simple y valiente hecho de soñar con un mundo diferente, más justo y solidario.
Amelia, nuestra Pocha, era una mujer sencilla, cobijada y amada por su querido barrio Colón. Vendedora de libros, siempre ofreciendo historias a los más chiquitos, era una mujer dulce, cálida, distraída pero de gran temple, paciente y tozuda. Con su cabello alborotado y su hablar pausado, con su infaltable sonrisa, dedicó su vida entera a su militancia y fue consecuente con ella hasta el final. Amelia nunca rehuyó a sus responsabilidades, resistió y entregó su vida por lo que ella más quería, su partido. Es a esa Amelia, mujer valiente que murió defendiendo una causa, es a ella a quien hoy recordamos y homenajeamos.
Que este homenaje nos sirva una vez más para reafirmar el compromiso con la búsqueda, con la memoria, la verdad y la justicia, porque nos siguen faltando compañeros y compañeras, porque nuestros familiares siguen secuestrados en todos los silencios cómplices, porque el tiempo pasa inexorable, exigimos respuestas. No estamos dispuestos a que nuestros compañeros se sigan yendo sin saber qué pasó con sus seres queridos. Porque no queremos que esto suceda nunca más, porque nunca más pueda el Estado secuestrar, violar, torturar, asesinar y desaparecer a ninguna persona, para que esto nunca más se materialice, Amelia, hoy y siempre estará presente con nosotros, viva en nuestra memoria.
Amelia Pocha Sanjurjo Casal hoy vuelve a su casa, a su familia y a su pueblo. Amelia Presente».
Luego de este mensaje, el coro de AFUSODRE entonó el himno nacional junto al público presente y finalmente se emprendió el cortejo con los restos de Amelia Sanjurjo hacia el cementerio de La Teja.