¿Es posible heredar traumas emocionales de nuestros padres o ancestros?
Nuevos estudios médicos han señalado que los efectos de los traumas, causados por guerras, genocidios, abusos y hasta factores ambientales, podrían transmitirse genéticamente de una generación a otra.
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Un artículo de National Geographic explica que la epigenética es el estudio de cómo se activan y se desactivan los genes. De acuerdo con las investigaciones, este proceso molecular, también conocido como expresión génica, potencia la actividad de algunos genes y deja de lado a otros, al tiempo que elimina etiquetas químicas a los genes, llamadas grupos metilo.
Los reportes apuntan que éste puede ser un mecanismo por medio del cual el trauma de un progenitor podría imprimirse en los genes de la descendencia, evidenciando que los efectos epigenéticos podrían ser multigeneracionales. Ahora bien, para entender cómo un trauma emocional puede trascender de generación a generación se debe considerar la distinción entre el genoma, que es el complemento de ADN, y el epigenoma.
Un estudio realizado en 2015 descubrió una marca epigenética en los supervivientes del Holocausto y en su descendencia. La investigación, que evaluó a 32 supervivientes y a sus hijos, se enfocó en examinar el gen FKBP5, un gen relacionado con la ansiedad y con otros problemas de salud mental.
Al evaluarse el ADN, el equipo de especialista identificó cambios epigenéticos en la misma región del gen en los supervivientes y sus hijos, pero no encontró alteraciones en el ADN de un grupo de padres judíos y sus descendientes que no vivieron el Holocausto.
En otro estudio publicado en 2020, que examinó a un grupo más amplio de pacientes y que tuvo en cuenta variables como el sexo y la edad del progenitor durante el Holocausto, se analizó la metilación del ADN, uno de los métodos que utiliza el epigenoma para activar o silenciar genes. Es de destacar que la metilación del ADN suele añadir una marca química: la desmetilación la elimina.
Es así como se descubrió niveles más bajos de metilación del ADN, en el gen FKBP5, en pacientes cuyas madres sobrevivieron al Holocausto que en personas de control judío cuyos padres no vivieron el Holocausto.
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Los resultados sugirieron que el trauma de una madre, incluso si había experimentado un tipo de sucesos durante la infancia, podría conducir a cambios epigenéticos dentro del ADN en sus óvulos y, por lo tanto, tener un impacto en la salud mental de sus hijos.
Algunos reportes científicos han relacionado la metilación reducida del ADN en el gen FKBP5 con un mayor riesgo de padecer trastorno de estrés postraumático (TEPT) en edad adulta. Un estudio realizado en 2019 en hombres australianos veteranos de la guerra de Vietnam proporciona luces para entender cómo el trauma trasciende generaciones.
Los investigadores encontraron diferencias de metilación en el ADN encapsulado en el esperma de veteranos que sufrían TEPT y lo compararon con el ADN de aquellos sin la afección.
Una decena de regiones del ADN mostraron patrones de metilación diferentes en los veteranos con TEPT en comparación con los que no lo padecían. Los cambios estaban presentes en nueve asociadas a trastornos psiquiátricos como el TEPT.
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Según el estudio, los patrones de metilación en los veteranos australianos con TEPT estaban relacionados con trastornos mentales diagnosticados en los hijos de los veteranos.
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