La crisis del cacao llegará al súper después del verano con una subida de precio del chocolate y durará varios años más
La subida estratosférica de los precios internacionales del cacao todavía no se ha trasladado a los lineales de los supermercados. El coste para el consumidor del chocolate y el cacao en polvo no ha parado de encarecerse desde finales de 2021, pero nada parecido a lo que les espera a los productos vinculados al cacao después del verano. Hasta ahora la industria ha podido frenar el encarecimiento del chocolate y sus derivados gracias al stock, pero una vez terminado las tabletas de chocolate de las tiendas comenzarán a soportar la presión del precio del cacao, que prácticamente se ha multiplicado por cuatro en un año.
El cacao y su ‘crisis del chocolate’ han sido uno de los eventos financieros del año. El precio del cacao ha sufrido una tormenta perfecta. La producción mundial concentrada en África, en el Golfo de Guinea, totalmente estrangulada por fenómenos meteorológicos como ‘El Niño’ estropeando gran parte de las cosechas. Además, las enfermedades se han cebado con las plantaciones. Y los granos del cacao, que funcionan en los mercados financieros como una materia prima más, no ha quedado libre de la especulación ante el temor de una elevada escasez. La tonelada ha llegado a superar los 11.150 dólares este año, cuando en 2023 valía 2.050 dólares.
Para los consumidores, la crisis del cacao ha pasado un tanto desapercibida para los bolsillos. El chocolate y otros productos relacionados con el cacao llevan más tiempo subiendo, como el resto de la lista de la compra, en el actual contexto inflacionista. Tras la pandemia, el precio de los alimentos comenzó a encarecerse desde 2021. Según los datos de inflación del INE, desde entonces el chocolate se ha apreciado un 25% y el cacao y chocolate en polvo un 35%.
El actual encarecimiento de los productos chocaleteros entra dentro de la normalidad, teniendo en cuenta que de media, en el mismo periodo, el INE calcula que los alimentos han subido alrededor de un 30%. Jaume Martorell conoce muy bien el mundo del cacao y del chocolate. Actualmente, es presidente de la Asociación Chocolate Bean to Bar España, enfocada en la elaboración artesanal del chocolate desde el tueste del grano de cacao, pero antes de apostar por un producto tradicional, estuvo más de diez años trabajando para la gran industria del chocolate, con lo que conoce muy bien el mercado internacional. «La subida fuerte de los precios del chocolate llegará después del verano, cuando a los grandes jugadores del sector se les haya terminado el stock», advierte.
El motivo es, principalmente, que aunque los precios del cacao marquen un valor que cotiza en la bolsa de Londres, la realidad es que los envíos de cacao que han ido llegando a las empresas españolas y europeas hasta ahora respondían a contratos que eran anteriores a la escalada de precios. Es decir, el impacto de los altos precios se dejarán sentir a medida que el stock comience a aligerar y las firmas tengan que reponerlo con unos granos que se han comprado sobre los 10.000 dólares la tonelada. Esta situación va a dar paso a la desaparición de las tabletas de chocolate, por debajo de los dos euros van a esfumarse de los estantes de las tiendas.
El impacto en la tableta va a depender del porcentaje de cacao que contenga. Una tableta de chocolate con leche, la más comercializada, está compuesta por cacao en un 35% de forma directa y 45% en forma indirecta, al utilizarse manteca de cacao. El traslado de los precios dependerá mucho de la composición del producto. A mayor porcentaje de cacao, mayor será el impacto en el producto final.
«La gran industria de la alimentación tiene margen de maniobra para amortiguar el aumento del coste del cacao, cuentan con un gran stock y con alternativas para sustituirlo en muchos productos», comenta Martorell. No es lo misma presión la que soporta chocolate puro, que con leche o el chocolate blanco. «Pero inevitablemente la subida de precios del cacao llegará a los lineales y lo hará con una subida que podrá oscilar entre 50 céntimos y un euro«, advierte.
Dada la composición variable de una tableta, la subida del precio del cacao no tiene una relación tan directa con el producto final, y además, el otro porcentaje de componentes, como azúcar, la lecitina o la leche, puede aumentar. Para otros tipos de chocolates o productos relacionados se buscan alternativas, produciéndose cambios en las recetas, con mayor cantidad de nueces, almendras, avellanas o frutas. En ese sentido, una estrategia que tanto expertos como agentes del sector ven y que puede limitar parcialmente este problema es reducir los porcentajes de cacao que se usan en cada producto, con el fin de hacer que los altos precios tengan un menor impacto. «Es lógico que las empresas harán lo que está en su mano para reducir el impacto en todos los sentidos», comentaban los analistas de Goldman Sachs. Aunque desde Produlce también matizan que para afrontar los altos precios se puede optar por «optimizar procesos de producción y apostar por el I+D».
Señales del mercado
Los mercados financieros ya ofrecieron la primera señal de que los contratos se van renovando. El pasado 30 de abril, el precio del cacao se desmoronó de golpe un 21%, la mayor caída en más de 60 años. El motivo fue el vencimiento de los contratos de futuros, que se había disparado, por la especulación de inversores que compraron en el último minuto para apurar las subidas, ante el miedo de otros inversores que compraron convencidos de que los precios van a seguir subiendo, ante los problemas de demanda y la decisión del ICE de aumentar las garantías para operar por la subida de precio.
Desde el 30 de abril, los precios se ajustaron un 40%. Ben Laidler, analista eToro, explica en un reciente informe que «el aumento en los precios del chocolate comenzará a darse a medida que se reduzcan las existencias que se han ido acumulando con un precio más bajo». Los precios del cacao han vuelto a repuntar y vuelven a acercarse a los 11.000 dólares la tonelada. El experto defiende que tanto los fabricantes como los distribuidores deberán empezar a repercutir poco a poco estos costes más elevados a los consumidores.
Produlce, la patronal española del sector, que representa a empresas como Chocolates Valor, Ferrero, Lindt y Nestlé, deja claro en declaraciones a elEconomista.es que, hasta ahora, «las reservas de las empresas están jugando un papel crucial en la estabilidad y sostenibilidad de la producción«. En ese sentido, la patronal insiste en que «las empresas, conscientes de la importancia de esta materia prima, han mantenido inventarios estratégicos para garantizar la continuidad de suministro y mitigar las fluctuaciones de precios que hemos visto». Es por ello, que de momento la mayor estrategia para evitar el golpe del cacao está siendo utilizar bien esa ‘enorme despensa’ para «minimizar lo posible el impacto».
Tres años más de crisis
Desde Bean to Bar, Martorell lamenta que la producción artesanal apenas tiene margen para evitar que el precio del cacao golpee al cliente final. «Nosotros, los minoritarios, ya lo estamos notando, llegando a pagar el doble por palet», señala, e incide, «estamos hablando de que hemos pasado de pagar 6 euros el kilo de grano a tocar los 18 euros, las grandes firmas tienen alternativas para gestionar estas subidas».
Lo peor de la situación es que hay escasas posibilidades de una relajación de los precios internacionales en los próximos años. El ICCO (Organización Internacional del Cacao, por sus siglas en inglés) calcula en sus últimas previsiones que para esta temporada el déficit de producción de cacao se sitúa en 374.000 toneladas. El organismo funciona parecido a la OPEP, un cartel de los mayores productores de cacao del mundo. De hecho, forman parte de él Costa de Marfil y Ghana, que superan el 60% de la oferta de cacao del mundo.
Lo que viene a decir en sus informes es que no hay cacao para toda la demanda que hay. Y lo que falta es una barbaridad, un 7% de la producción prevista para este año. El gran problema del cacao no solo son las malas cosechas, que dependen del caprichoso clima, cada vez más caprichoso con el campo, sino de la destrucción total de cultivos. Martorell explica que una nueva plantación tarda tres años en producir, con lo que no se espera una mejora del déficit por parte de la oferta en las próximas cosechas. «Nunca volveremos a ver los precios anteriores, cuando se podía comprar una tonelada de cacao entre 2.000 y 3.000 dólares», incide. Para el chocolate del súper solo es cuestión de tiempo que sufra el golpe del precio del cacao.