El ordenador más antiguo del mundo se regía por el calendario lunar griego
Al igual que el manuscrito de Voynich, el mecanismo de Anticitera es uno de los grandes misterios de la ciencia y la tecnología de los siglos pasados. Se trata de un dispositivo del tamaño de una caja de zapatos que se utilizaba para seguir los movimientos del sol, la luna y los planetas. Fue encontrado por buceadores de esponjas frente a la isla griega de Anticitera en 1901 y debido a su apariencia se lo considera el ordenador más antiguo del mundo.
Una pieza del mecanismo, conocida como «anillo de calendario», se utilizaba para seguir los días del año, con un agujero por día. Si bien se conoce el anillo desde hace algún tiempo, solo se ha conservado parcialmente, por lo que no está claro cuántos días se suponía que debía rastrearse.
En 2020, un equipo dirigido por el investigador independiente Chris Budiselic utilizó nuevas imágenes de rayos X del dispositivo, combinadas con mediciones y análisis matemáticos, para determinar que el mecanismo probablemente no cubría un año calendario solar completo, sino más bien 354 días, lo que corresponde a un calendario lunar. Los datos no se volvieron a confirmar y la duda persistió.
Pero ahora otro estudio, publicado en The Horological Journal, ha aportado nueva información. Liderado por un equipo de la Universidad de Glasgow, se utilizaron técnicas estadísticas desarrolladas para el Observatorio de Ondas Gravitacionales con Interferómetro Láser para detectar ondas gravitacionales: ondas en el espacio-tiempo producidas por las colisiones de objetos celestes masivos como los agujeros negros. Estos métodos estadísticos son lo suficientemente sensibles como para detectar señales débiles de un fondo potencialmente muy ruidoso.
Cuando los autores, liderados por Graham Woan, usaron estadística matemática en el mecanismo de Anticitera, pudieron señalar la ubicación de los agujeros conocidos, así como la forma probable en que encajaban los fragmentos del mecanismo, para deducir el número y la ubicación de los agujeros perdidos. Finalmente, determinaron que el mecanismo probablemente tenía 354 o 355 agujeros. Esto significaba que probablemente seguía el calendario lunar de 354 días utilizado en Grecia en ese momento, en lugar del calendario de 365 días, más preciso, utilizado por los antiguos egipcios.
“La precisión del posicionamiento de los agujeros habría requerido técnicas de medición muy precisas y una mano increíblemente firme para perforarlos – explica Woan en un comunicado -. Es una clara simetría que hayamos adaptado las técnicas que utilizamos para estudiar el universo hoy en día para comprender más acerca de un mecanismo que ayudó a la gente a realizar un seguimiento de los cielos hace casi dos milenios”.
El mecanismo de Anticitera es un dispositivo de 20 siglos que, a pesar de su severa corrosión y de muchos elementos faltantes, “la aplicación de tecnologías cada vez más sofisticadas y análisis interdisciplinarios innovadores continúa brindando información impresionante sobre este notable artefacto”, concluye el estudio.