Falta de alimentos en el hospital de Zihuatanejo, por el control de compras en el IMSS Bienestar
Zihuatanejo, Guerrero, 5 de julio de 2024. Este jueves se cumplieron cuatro días de que los familiares de los pacientes internados en el Hospital IMSS-Bienestar Bernardo Sepúlveda Gutiérrez, en Zihuatanejo, deben llevarles los alimentos, debido a que no se ha terminado de destrabar el trámite administrativo entre el IMSS-Bienestar y la empresa proveedora de los comestibles.
Ayer, fuentes del hospital revelaron que el miércoles de esta semana, el administrador del nosocomio, Ángel Abraham Bracamontes Pérez, había sido notificado de que el IMSS-Bienestar habría resuelto el asunto del contrato con la empresa proveedora de los insumos para la alimentación de los pacientes y de los médicos, sin embargo, se volvió a complicar “porque aquí en el hospital se estaba usando un formato que ya no fue aceptado en este nuevo modelo de salud y se tuvo que volver a hacer otra vez”.
El informante señaló que en el IMSS-Bienestar “han puesto tantos candados para evitar la fuga de recursos, que todo, absolutamente todo lo piden debidamente requisitado, en este caso, en el hospital las requisiciones para la cocina se hacían de manera general, por ejemplo, “cebollas, cinco kilos”, y ellos piden que se sea más específico, siguiendo con el mismo ejemplo, si se piden cebollas, se tiene que poner de qué clase, pues hay cebollas blancas y cebollas moradas, e igual con el jitomate, con la tortilla, por detalles como ese, se tuvo que hacer un nuevo formato para enviarlo a la empresa proveedora”.
El hospital IMSS-Bienestar de Zihuatanejo, tiene una capacidad de 60 camas; ayer jueves, de acuerdo con la fuente, se tenían 30 pacientes hospitalizados, cuyos familiares se han estado encargando de llevarles su desayuno, comida y merienda debido al engorroso trámite administrativo que tanto la empresa proveedora como la administración del nosocomio han tenido que cumplir para poder continuar con el abastecimiento.
La fuente comentó que, “ahorita parece todo muy complicado, pero es parte de la transición al nuevo modelo de salud, en ningún momento nos han dicho que no hay dinero, sí lo hay, pero ahora se trabaja de una manera parecida a como funciona el IMSS ordinario, que es algo a lo que aquí, como trabajadores de la Secretaría de Salud, no estaban acostumbrados”.
“Son cosas que tendrán que cambiar, incluso, en la farmacia, el control poco a poco se ha vuelto más estricto, no se pueden pedir, por ejemplo, 100 cajas de antibióticos cuando en los reportes observan que sólo se han dado a 10 pacientes, entonces, te van a reponer únicamente las que salieron, ni una más; también investigan por qué motivo un médico está dando más medicamento del que necesitan sus pacientes, en todo están poniendo candados y eso está muy bien”.
El lunes de esta semana, trabajadores del hospital denunciaron que de nueva cuenta, se quedaron sin alimentos para los pacientes internados y los médicos residentes, debido a que la empresa que surtía los víveres avisó que no se les renovó el contrato para el mes de julio.
Empresa deja inconclusa la remodelación
Por separado, trabajadores del mismo hospital denunciaron que desde abril de este año, los obreros de la empresa Grupo Hercas, SA de CV, dejaron de trabajar en las obras de rehabilitación que desde agosto del 2023 se llevaban a cabo en ese lugar.
Una de las trabajadoras comentó que “de buenas a primeras, desde abril”, ya no se presentaron los obreros de la mencionada empresa y que dejaron muchos espacios inconclusos, lo que representa incomodidad para los trabajadores del hospital, “pero además, fue una obra chambona, los pisos mal pegados, la verdad es que lo que alcanzaron a hacer deja mucho que desear”.
Según otro de los trabajadores, se esperaba que esta remodelación estuviera terminada desde diciembre del año pasado para que fuera inaugurada por la gobernadora Evelyn Salgado, sin embargo, los quehaceres se han prolongado y desde abril, la mencionada empresa dejó de trabajar y hasta la fecha se desconoce si otra compañía terminará el trabajo.
Texto y foto: Brenda Escobar