«Es un oasis en el desierto», el sorprendente hallazgo de la Nasa en Marte
Es, sin duda, el planeta más estudiado fuera de la Tierra. Y más tarde que pronto ese convertirá en el primero en el que los humanos pondrán pie. Lo hemos estudiado con satélites, con sondas y con rovers. Y es precisamente con uno de estos, que responde al nombre de Curiosity con el que nos hemos topado con una sorpresa, o mejor dicho la provocó: al pasar por encima de una roca la rompió y su interior reveló algo que los científicos no esperaban en absoluto, azufre puro.
El rover Curiosity, pese a su agilidad para transitar por un planeta desconocido y sin sendas claras, es un “monstruo 6×6” de 900 kilos, no es extraño que a su paso pueda romper accidentalmente muestras geológicas. Lo sorprendente es que en este caso se trata de azufre (el décimo elemento más abundante en el universo) en su forma elemental pura.
“Encontrar un campo de piedras hechas de azufre puro es como encontrar un oasis en el desierto – señala en un comunicado, Ashwin Vasavada, miembro del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA y uno de los responsables de analizar el hallazgo – . No debería estar ahí, así que ahora tenemos que explicarlo. Descubrir cosas extrañas e inesperadas es lo que hace que la exploración planetaria sea tan emocionante”.
El lugar donde se ha encontrado también contribuye a la sorpresa de los científicos. Se trata del canal Gediz Vallis, una región llena de rocas sospechosamente similares a la de azufre, lo que sugiere que este elemento puede ser abundante en la zona.
De acuerdo con el equipo de Vasavada, la región es rica en sulfatos, unas sales que se forman cuando el agua se evapora. De este modo, los sulfatos se transforman en unas “huellas” que deja la geología, la química y el paso del tiempo con información sobre la presencia de agua y su composición.
Mientras que generalmente asociamos el azufre con el olor de los huevos podridos (resultado del gas sulfuro de hidrógeno), el azufre en su forma química elemental es inodoro y se forma solo en una estrecha gama de condiciones que los científicos no habían asociado con la historia de la región. Pero Curiosity encontró mucho: un campo completo de rocas brillantes que se parecen a la que aplastó en su viaje.
Toda esta evidencia de agua es el relato de un pasado más complejo que las expectativas iniciales del equipo y por ello estaban ansiosos por analizar la composición de las rocas de la zona. El problema inicial fue que las rocas de azufre eran demasiado pequeñas y frágiles para tomar muestras con el taladro, hasta que el rover se cruzó con una roca apodada «Lagos Mammoth». Los ingenieros que controlan a Curiosity tuvieron que buscar una parte de la roca que permitiera perforar con seguridad y poder analizarla. Y no fue fácil.
Después de perforar su agujero número 41 utilizando el potente taladro situado en el extremo del brazo robótico de 2 metros, el rover introdujo la roca en polvo en instrumentos dentro de su “vientre” para realizar más análisis y así los científicos puedan determinar de qué materiales estaba compuesta la roca. En breve seguramente tendremos aún más información sobre la misma. Y probablemente más sorpresas.