Nicolás Maduro pide el voto de los indecisos y Edmundo González el de los chavistas en el cierre de campaña
Veinte días de vertiginosa campaña electoral han concluido este jueves en Caracas. Nicolás Maduro, el candidato-presidente, cerró con lo que su equipo anunció como “una toma de la capital”, una movilización que terminó concentrándose en el centro histórico de la ciudad tras un acto previo en Zulia, el segundo estado más importante a nivel electoral. El opositor Edmundo González Urrutia, por su parte, concluyó con un acto en una avenida en el este de Caracas, en el barrio de Las Mercedes, y atrajo a curiosos que se estacionaron en los hombrillos de las autopistas a mirar la movilización desde lejos. Ambos candidatos dedicaron sus últimas palabras a potenciales convencidos de última hora.
Los dos hombres se medirán en las presidenciales de este domingo 28 de julio en un tarjetón en el que la cara del presidente se repite trece veces y figuran otros siete hombres que no han logrado despegar del 1% de la intención de voto y una campaña casi invisible. González, un diplomático desconocido hasta hace tres meses, ahora encabeza las encuestas con alrededor de 25 puntos de diferencia sobre el mandatario, según la media de sondeos.
Maduro les habló a los decepcionados del chavismo, que están indecisos sobre votar, en el que ha sido el mensaje más conciliador en toda la campaña. “Aquí lo que se trata es de unir. Por la independencia, por el amor, por la armonía y la inclusión. Unir a todos los venezolanos y todas las venezolanas”, dijo desde la avenida Bolívar de Caracas. Entre las palabras de concordia, una vez más regañó en vivo a los militantes en el público que tapaban con pancartas las cámaras que lo enfocaban. “A todos aquellos que fueron opositores: bienvenidos, vengan con nosotros a construir patria. Unión nacional”, continuó. Al mediodía, ya había transmitido en televisión, en cadena nacional de televisoras y radios, un video en el que Maduro explicó los detalles de Las 7T, su plan de Gobierno para los próximos años, y pidió a los venezolanos votar por él.
El comando oficialista instaló tarimas con sonido a lo largo de la ciudad en las que sonaron sin parar canciones de la campaña. Una parte de ellas estuvo desolada, pues la mayor parte de los seguidores se concentró en cuatro puntos en el centro de Caracas. Una caravana de miles de motorizados detuvo el tránsito por varios minutos por la principal autopista en camino al acto con Maduro. En autobuses, el chavismo movilizó simpatizantes desde el interior del país, como suele hacer para las concentraciones en Caracas. El acto terminó, como todos los de la campaña, con coreografía y la insistencia del candidato en que solo su permanencia en el poder garantiza la paz en el país. “Del domingo dependen los próximos 50 años de paz para Venezuela”, dijo. Asimismo, aseguró que al día siguiente de las elecciones firmará un decreto para iniciar un nuevo diálogo nacional en el país.
El candidato Edmundo González y María Corina Machado, la líder que ha aglutinado el deseo de cambio en el país, se reunieron con representantes de los partidos de la Plataforma Unitaria para firmar un acuerdo con las premisas de lo que llamaron un “gobierno de transformación democrática”. ¿Cuáles son los lineamientos para el Gobierno que aspira a formar González? Libertad, unidad política, consenso sobre temas sensibles, civilidad, estado de derecho, reencuentro y sentido de urgencia.
El diplomático, que asumió la candidatura tras la inhabilitación de Machado, publicó un mensaje en el que se dirigió a la base del chavismo que se le resiste. “No venimos a perseguir a nadie, ni vamos a botar a nadie de sus trabajos”, dijo. “El voto es secreto, nadie sabrá por quién lo hiciste”, agregó en referencia a las reiteradas denuncias de maniobras de la maquinaria chavista para coaccionar a los electores bajo amenazas de quitar beneficios. “El lunes 29 podremos decir que llegó la reconciliación de los venezolanos”.
Las encuestas han marcado en la última recta una ventaja amplia para González, quien podría poner fin a la revolución bolivariana tras luego de 25 años en el poder. El heredero del chavismo llega a esta contienda con sus peores niveles de aprobación, aunque el comando de campaña oficialista asegura tener sus propios números que dicen lo contrario. En tres días se celebrarán unos comicios que ya han marcado un hito en la prolongada crisis política de Venezuela y definirán el futuro de una nación que en menos de una década perdió a un cuarto de su población por la migración y encogió su economía basada en el petróleo a un tercio de lo que alguna vez fue.
Este viernes comienza la instalación de las mesas en los centros de votación, donde los militares ya están desplegados. La elección en el segundo semestre que establecía el Acuerdo de Barbados está a horas de ocurrir en condiciones diferentes a las firmadas y con varias fisuras en las garantías de transparencia, como la reducida observación internacional, la ventaja en el uso de los recursos públicos para la campaña oficialista, un antecedente de detenciones a dirigentes políticos, persecución de activistas y ataques y bloqueos a medios de comunicación. Aun así, una masiva disposición de ir a votar es lo más claro que hay en el panorama. Corren desde mañana las 72 horas de mayor incertidumbre en Venezuela en los últimos años.
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