El cielo nocturno se encenderá en estos días gracias a la “Estrella Ardiente”
T Coronae Borealis, un sistema binario de estrellas ubicado a 3.000 años luz de la Tierra, está en la cuenta regresiva como una bomba a punto de explotar. Y si la nova recurrente sigue su patrón usual podemos esperar que aparezca — aunque en forma temporaria — una estrella en nuestro cielo nocturno, en cualquier momento.
El moderador de un grupo de ciudadanos científicos al que pertenezco afirmó con énfasis recientemente “T CrB sigue siendo nuestro objetivo de mayor prioridad todas las noches”. Su urgencia es entendible; nuestro grupo “Cataclismos Cósmicos” tiene que estar atento a la esperada nova, recogiendo datos antes, durante, y después de la explosión. Podría aparecer en cualquier momento, ofreciendo a astrónomos aficionados y profesionales la oportunidad de ser testigos de un suceso raro y espectacular, y estudiarlo en tiempo real mientras está en desarrollo.
Los datos recogidos de este suceso por cierto mejorarán nuestro entendimiento de las dinámicas de los sistemas binarios de estrellas y el intrincado ciclo de vida de las estrellas. Todo está muy bien. Pero lo que está mejor es que se espera que la nova sea excepcionalmente brillante. Tan brillante, de hecho, que a simple vista podremos apreciar la aparición de una nueva estrella en el cielo, al menos durante unos pocos días.
Cuando sea visible, y tengamos la oportunidad de verlo, podremos afirmar haber sido testigos de una reacción termonuclear a una distancia de 3.000 años luz. Mi plan es sumar esto a mis más recientes logros de observación a simple vista. El último sucedió durante el eclipse solar total del 8 de abril. Como millones de personas, pude ver prominencias que aparecían como puntos rojos brillantes durante la totalidad del eclipse.
Una nova recurrente
T Coronae Borealis (T CrB), conocida también como la Estrella Ardiente, explotó por última vez en 1946, y lo hace a intervalos de más o menos 79 años. La ventana actual se abrió este último mes de febrero y continuará hasta fines del verano. Es probable que la estrella explote en agosto, pero con tantas incertidumbres en juego, podría suceder en el otoño. Simplemente no lo sabemos. El sistema tuvo su pre-erupción el año pasado, lo que alertó a los astrónomos sobre la inminente explosión.
T CrB, una de las tan solo cinco novas recurrentes que se conocen en la galaxia de la Vía Láctea, es un sistema binario de estrellas que consiste de una pesada enana blanca y una gigante roja. Las separan tan solo 0,54 unidades astronómicas, aproximadamente la distancia que ay entre el sol y Venus, y sus encuentros cercanos han convertido a T CrB en una bomba de tiempo ya pronta a explotar.
Las enanas blancas son las etapas finales de estrellas de tamaño medio pero esta enana blanca en particular, cuya masa es aproximadamente 1,37 veces la del nuestro sol, avanza veloz hacia el límite Chandrasekhar — una frontera astronómica de unas 1,4 masas solares, que convierte en inestables a las enanas blancas cuando la traspasan.
La gigante roja, de unas 1,12 veces la masa de nuestro sol, completa su órbita alrededor de la enana blanca cada 227 días, lo que la ubica en su Lóbulo de Roche, límite en el que su material empieza a derramarse hacia su cercana compañera. Este proceso forma un disco creciente alrededor de la enana blanca, un vórtice giratorio de material estelar.
Cuando se acumula suficiente hidrógeno de la gigante roja sobre la superficie de la enana blanca, el calor llega a temperaturas extremas. Este intenso calor es el disparador de una reacción termonuclear, lo que convierte el hidrógeno acumulado en un despliegue de cósmicos fuegos artificiales, que conocemos como una nova. En el caso de T CrB, este suceso explosivo se repite cada 79 años más o menos. Lo que significa…miremos y observemos…porque podría estar sucediendo en este mismo momento.
Cómo ver a la “Estrella Ardiente”
A una magnitud de +10, T Coronae Borealis es ahora invisible a simple vista. Pero la explosión que vendrá llevará al sistema estelar a una magnitud de +2, con un brillo similar al de Polaris, también llamada Estrella Boreal o del Norte. El sistema visible a los observadores ubicados en el hemisferio norte, está en la constelación de Corona Borealis. Esta constelación dibuja una firma de arco y cuando sea visible T CrB temporalmente aparecerá en esta parte del cielo nocturno.
En los días y semanas previos al estallido anunciado T CrB irá apagando su brillo gradualmente, y volverá a brillar a menor nivel. Seguirá visible a simple vista durante varios días después de la explosión y con telescopios y binoculares durante poco más de una semana. Después de este período, regresará a su fase de quietud. Y se repetirá el ciclo, para que vuelva a explotar probablemente en 2103. En cuanto a la nova que se espera en algún momento de este año seguiré el consejo de nuestro moderador, y será este mi objetivo prioritario como observador.