El desafío inmobiliario en San Juan: construir una torre para la minería
Los proyectos de cobre, por años detenidos en fases de exploración; se inclinan ahora a subir un escalón hacia la explotación con la ayuda que significa el RIGI; y un desafío del mercado inmobiliario será satisfacer la demanda de oficinas para el negocio minero que se espera a mediano plazo en la provincia.
“Hace falta que se construya una torre de oficinas en San Juan”, dijo contundente esta semana un alto ejecutivo minero, advirtiendo por la falta de oferta que ya padece el sector y palpitando el efecto tsunami en relación a empleos, proveedores y negocios inmobiliarios, si despega la industria minera en los próximos años.
¿Es posible que prospere en esta provincia este negocio de bienes raíces tan especifico, como es el de construir una torre de oficinas para las mineras y todos los proveedores que nacerán alrededor de la minería del cobre? Cuatro referentes del “Real State” sanjuanino, entre desarrolladores inmobiliarios e inversores eventuales en este negocio comercial dieron su veredicto: ven difícil en San Juan la apuesta que prospera en grandes urbes como Buenos Aires, Córdoba o incluso aquí cerca; en Mendoza. Al menos por el momento.
Sabino Pignatari, Osvaldo Lucero, Julián Rins y Roberto Basualdo coincidieron en mirar de reojo la posibilidad de construir oficinas comerciales en torres en esta provincia. En cambio, ven más asequible y seguro, el negocio de edificios familiares.
Los motivos
El principal es la falta de seguridad de que los contratos de alquiler se mantengan en el tiempo lo suficiente como para amortizar las enormes inversiones que requiere este nicho. Las mineras no compran oficinas, las alquilan y nadie quiere arriesgar si no tiene antes el negocio cerrado.
Además, mencionan que no hay bancos de inversión para ese tipo de desarrollos, la escasísima oferta de inversores locales; y las demoras en las aprobaciones que persisten en oficinas gubernamentales como Planeamiento y Ambiente.
Interesante, pero no por ahora
“Construí el edificio frente a la plaza para la minería, nunca lo pensé para otra cosa. Hoy solo tengo una oficina alquilada a una minera. Una calera, en los seis pisos”, dijo Basualdo. El ex senador tiene espaldas para encarar este tipo de inversiones y cree que, si explota la minería, van a faltar oficinas. “No tanto para las mineras, sino para los satélites que son las empresas que giran alrededor”.
¿Volvería a hacer otra inversión similar en San Juan?, se le preguntó. “Sí, si mejoran las condiciones del país. Pero por ahora vamos a frenar un poco. Hoy, no”, contestó.
“Yo ni loco me largo hacer una torre de oficinas si no me la contratan”, dijo Osvaldo Lucero, socio fundador de Estudio 3, una de las empresas líderes en la construcción de edificios. Añadió que cuando vuelva a despertar la industria minera a gran escala también harán falta muchos departamentos para vivir. “Y yo con ese nicho me siento mucho más seguro porque si no los alquilan los mineros, se los alquilo a otras personas”.
Contrato de alquiler específico
Lucero opinó las mineras necesitan “hablar seriamente con las constructoras y suscitar este tipo de emprendimientos”. Incluso especificó la manera en que arriesgaría una inversión en una torre de oficinas: cerrar un contrato con una clausula donde la empresa minera se comprometa a alquilar las oficinas por 10 años, y que garantice el pago sí o sí de al menos 5 años, aunque abandone el negocio. “De esa forma sí puedo arriesgar salir a buscar inversores para encarar esa inversión”, indicó. Hablo también de las demoras en tramitación y proyectos y que actualmente no hay bancos que financien desarrollos inmobiliarios a las empresas .
La desarrolladora inmobiliaria Pignatari es una de las que tiene experiencia en torres de oficinas en San Juan desde el año 2004: los siete pisos y 56 oficinas del edificio Andino, en Ignacio de la Roza y España; y el Vanguardia, en 25 de Mayo, entre Salta y Santiago del Estero; con 76 departamentos alquilados a la minera Josemaría; son prueba de ello.
Sin embargo, su dueño, Sabino Pignatari es reacio a invertir en ese rubro, pese a que lo considera un buen negocio. “Está faltando el crédito bancario e inversores. Hacer un edificio de oficinas sería genial, terrenos donde hacerlo tengo de sobra, pero el inversor nuestro no compra oficinas, y las empresas mineras tampoco van a comprar, van a alquilar», opinó. Para el empresario, una salida seria que exista “algún tipo de compromiso de alquiler a largo plazo de parte de algunas mineras”.
Julián Rins, el CEO de la constructora Sigma tampoco es propenso a estas inversiones. “Definitivamente no invertiría para una potencial demanda de la minería. Los edificios de oficina no han andado bien en San Juan. A los únicos que les ha ido bien es a los que lo han podido cerrar con el Gobierno o con el Poder Judicial”, dijo el también vicepresidente de la Cámara Argentina de la Construcción de San Juan.
El empresario agregó que en Mendoza sí están andando bien los desarrolladores inmobiliarios que hacen edificios de oficinas en las afueras de la ciudad, en Chacras de Coria. “Porque la gente que trabaja ahí, vive en esos lugares que son residenciales. Pero yo no veo un producto así en San Juan. No veo clientes, ni volumen de empresas que vengan de afuera que justifiquen esa inversión”, dijo Rins.
El impacto del RIGI
La construcción y luego entrada en producción de la mina de oro Veladero en el 2002 /2003 fue un gran impacto en la vida de San Juan, su economía local, el empleo y el sector inmobiliario. En los años siguientes se erigieron otras minas de oro, como Gualcamayo, en Jáchal y Casposo, en Calingasta. Así, la provincia comenzó a vivir un boom en materia minera a partir de las inversiones de empresas de primer nivel mundial.
Tras la aprobación del RIGI se espera otro despegue, esta vez por el cobre y los enormes yacimientos que hay en la provincia. La noticia de la megafusión de la gigante mundial BHP con Lundin la semana pasada, para explotar Josemaría junto con Filo del sol, es un envión que contagia entusiasmo a otras grandes mineras que están en la gatera como Los Azules y Pachón, entre otras.
Además de un salto en la economía provincial se viene otro boom inmobiliario con megamineras y escalas de negocios grandes. Un reto para el que San Juan tendrá que prepararse.