Redes sociales y mensajería: los venezolanos buscan alternativas a la censura informativa
No es fácil informarse en Venezuela. El Gobierno de Nicolás Maduro ha escalado en su control de la prensa desde el 28 de julio, cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) lo proclamó ganador de las presidenciales en medio de denuncias opositoras de fraude. Esta semana arremetió especialmente contra la red social X, antes Twitter, a la que ordenó bloquear “por 10 días” por, según dijo, promover el odio contra el país. Antes había pedido a los venezolanos que borrasen de sus teléfonos WhatsApp, una aplicación encriptada y difícil de controlar que es hoy una de las principales vías de propagación de noticias no oficiales.
El Gobierno, con todo, no la tiene fácil. Años de restricciones han activado la creatividad de los venezolanos. Prescindir de los medios controlados por el Estado exige esfuerzo. La principal fuente de difusión de noticias hoy es WhatsApp. “Esa plataforma no es un medio en sí mismo, pero es la que la gente señala como su principal fuente de información, por eso la arremetida de Maduro contra ella”, dice Correa, de Espacio Público. Y resalta la importancia de que también sea una red “que promueve el derecho a la asociación y la manifestación, lo que llamamos el espacio cívico”.
Por qué Maduro ha pedido que los venezolanos migren a alternativas como Telegram en lugar de bloquear WhatsApp tiene su explicación. “El costo político es muy alto, porque sus seguidores también usan esa plataforma. También tiene un costo operacional. Muchas de las cosas que hace el Gobierno funcionan a través de WhatsApp. Por eso Maduro está buscando que los que lo apoyan puedan sobrevivir a un eventual bloqueo pasándose a otra plataforma”, dice Azpúrua.
Los venezolanos llevan años aplicando estrategias para saltarse la censura oficial, que en la época de Hugo Chávez avanzó sobre radios y canales de televisión y ahora lo hace sobre medios digitales. Unas 60 páginas de noticias están hoy bloqueadas en Venezuela, una lista que también incluye sitios de chequeo de datos y organizaciones que trabajan por la libertad de prensa.
Más de 400 medios de comunicación cerraron en Venezuela durante los últimos 20 años, según la organización Espacio Público. Las radios se llevaron la peor parte, con 285 estaciones. Hoy, 13 de los 24 Estados del país ya no cuentan con medios de comunicación que no estén controlados por el Gobierno y unas siete millones de personas viven en desiertos informativos. “El ecosistema de medios tradicional se ha restringido muchísimo”, advierte Carlos Correa, director ejecutivo de Espacio Público.
“En Venezuela había unos 100 periódicos regionales, algunos de mucha importancia. Ahora quedan alrededor de 25 y no salen todos los días ni con la misma tirada. La radio y la televisión están regulados. Y la presión oficial reduce los contenidos informativos en los medios que siguen abiertos. La mayor preocupación oficial es por los medios internacionales, porque producen información que circula luego en el país”, explica.
Periodistas procesados
Tras las elecciones, la censura se ha intensificado. Hay cuatro periodistas procesados bajo cargos de terrorismo, que merece penas más altas incluso que para el caso de los homicidios. Y el Gobierno ha ido tapando como pudo los agujeros por donde se le escapaba la información, sobre todo las páginas donde la oposición publica las actas electorales que, asegura, dan el triunfo a su candidato, Edmundo González Urrutia.
El director de VE sin Filtro, un programa de Conexión Segura y Libre, Andrés Azpúrua, destaca los esfuerzos oficiales por evitar que esas actas llegasen a la población. “Claramente, hay una escalada”, dice. “Entramos a la campaña electoral con la gran mayoría de los medios independientes en internet censurados. Después del resultado electoral, cada vez que [la dirigente opositora María] Corina Machado sacaba una página nueva para consultar las actas, el Gobierno la bloqueaba. El jueves se bloquearon Signal [una aplicación de mensajería más segura que WhatsApp] y X. Es una escalada gravísima que va más allá de la libertad de información”, dice Azpúrua.
Correa confía en que las nuevas restricciones a la información serán, de alguna y otra forma, sorteadas por los venezolanos, como ya pasó en el pasado. “Cuando se cerraron los canales de televisión nos pasamos al cable, luego a la radio y luego a las redes. Las elecciones primarias opositoras no tuvieron cobertura en los medios y la gente se volcó a las redes. La gente ha ido aprendiendo”, dice. Cuando el Gobierno cierra una puerta, los venezolanos abren una ventana.
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