Emilio Payán / II: Gabriel Orozco: El arte activo
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otado de conciencia ecológica y en contacto con la naturaleza de manera activa, directa y espontánea, Gabriel Orozco comprende los ciclos y células, sus organismos y su funcionamiento. A partir de su visión del mundo, comenzó a desarrollar una mentalidad político ambiental. Ha creado obra en relación con el paisaje y planea espacios posibles. Sobre todo, plantea una interconexión orgánica entre lo público, la naturaleza y la plástica . Para el artista, la arquitectura es una carrera paralela, sabe armar equipos para concretar proyectos, como su Casa Observatorio en la costa de Oaxaca , que diseñó con base en sus dibujos y un sentido geométrico estrechamente vinculados con los ecosistemas. Bajo estos principios, desarrolló el plan maestro para el Bosque de Chapultepec, el proyecto de restauración y recuperación biocultural más importante de los últimos años. Fue un proyecto difícil por su magnitud, que se logró gracias al compromiso y colaboración por parte de todos los sectores que lo entendieron y asumieron.
Gabriel Orozco fue invitado por Alejandra Frausto Guerrero, secretaria de Cultura federal, a presentar una propuesta para el proyecto Chapultepec: Naturaleza y Cultura; prioridad para el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Un acto de justicia social llevado al desarrollo urbano para convertirse en un importante centro cultural. Este plan se realizó cabalmente en tres ejes: ecológico, social y cultural. Fue una colaboración entre la Secretaría de Cultura federal, la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México, la Secretaría de la Defensa Nacional, el Gobierno de la Ciudad de México, la Presidencia de la República y la conceptualización del artista.
Con implicaciones políticas y culturales para todo el país, fue un proyecto complejo por la visibilidad y transparencia con la que se trabajó. Se hizo público desde el primer día. Se generó el arte de la comunicación entre ecólogos, biólogos, ingenieros, arquitectos, urbanistas, políticos y militares. Orozco es un articulador y una vez más constató que el arte no está separado de la vida cotidiana y se nutre de la experiencia humana.
El artista conjunta elementos y establece puentes entre cosas aparentemente inconexas. En el eje ecológico se revitalizaron y se ampliaron las áreas verdes, se aumentó la fertilidad del suelo, se aseguró la sostenibilidad hídrica del bosque con base en filtros naturales, se restauraron barrancas y se plantaron más de 24 mil árboles, 12 mil arbustos y 2 hectáreas de herbáceas .
En los ejes social y cultural se interconectaron las cuatro secciones del bosque a través de dos puentes peatonales, esculturas horizontales de 436 metros de longitud en un espacio público, cubiertas de árboles que atraviesan el Periférico a una altura poco común, la cual brinda la sensación de estar flotando entre las copas de los árboles. Un tránsito habitable que incluye acceso a sillas de ruedas y carriolas, un paseo vivible que promueve el intercambio social, un reposo mental, un juego con el tiempo. Se desarrollaron los nodos culturales, 12 nuevos recintos sobre espacios ya impactados, entre los que destacan la Cineteca y Bodega Nacional de Arte, un Jardín y Pabellón Escénico, el Museo Casa Lázaro Cárdenas, Cencalli: Casa del Maíz y la Cultura Alimentaria en el Complejo Cultural Los Pinos, el Pabellón de Cultura Ambiental y Comunitaria, el Panteón de Dolores y el Parque Cultura Urbana, que se integraron ecológicamente a la actividad del bosque urbano.
▲ Mapa del proyecto Chapultepec: Naturaleza y Cultura.Foto Imagen cortesía de Gabriel Orozco
Orozco afirma que se logró fomentar la circularidad de una visión de cultura amplia y de una política ambiental para el espacio público, con el fin de lograr la sensibilización ecológica, cultural, histórica y social, y que no sea un deber en solitario de un gobierno y su siempre insuficiente presupuesto destinado a la cultura, sino que motive el civismo ecológico y económico de la sociedad incluyendo a los artistas que son los que sostienen, impulsan y enriquecen el paisaje cultural tanto público como privado, desde un compromiso social con la cultura que naturalmente crece de abajo hacia arriba, como las plantas, con lo que se busca fomentar lo que requiere todo bosque sano: sombra, humedad y silencio.
En últimos años, el neoliberalismo erosionó gravemente la sostenibilidad y el desarrollo de los espacios públicos para la cultura y las áreas verdes. El artista comenta que los museos y espacios culturales y públicos han sido disminuidos y empobrecidos no sólo en México, sino en todo el mundo, incluyendo países como Francia y Estados Unidos; sin embargo, en los últimos años, a pesar de la pandemia de covid-19, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador apostó por una inversión de 10 mil millones de pesos en infraestructura ambiental y cultural para el proyecto Chapultepec: Naturaleza y Cultura, que representa el inicio de un sueño hecho realidad. El mandatario mexicano tiene un liderazgo natural, es un buen jugador porque sabe jugar en equipo, sabe quién pichea, quién batea y quién corre bien las bases.
No se puede juzgar el proyecto hasta que pasen dos o tres años, como en el caso de una obra de arte, no sabes que tan buena es hasta que el tiempo lo determina
. Orozco considera que logró cerrar el círculo del proceso de trabajo después de seis años; 5 mil páginas con planos, estudios, conceptos y resultados concretos. Considera que Chapultepec: Naturaleza y Cultura se puede convertir en un relevante campus cultural, con escuela de arte y restauración, estudios de grabación, de cinematografía y técnicas visuales. Es un proyecto horizontal, de conservación, una plataforma de acción cultural, social y de restauración ambiental, un jardín vivo que habrá que cuidar para su sobrevivencia y éxito. Orozco convirtió la cuarta sección de Chapultepec en una ciudad que no existía, combinó sensaciones como la naturaleza con el tiempo y el espacio en aras de la dignidad y el bienestar del ser humano.