Bruselas autoriza una ayuda alemana de 5.000 millones de euros para construir una fábrica de chips en Dresde
“Esto es más que una ceremonia de colocación de primera piedra. Es un espaldarazo a Europa como potencia mundial en innovación”, exclamó Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea este martes en Dresde, Alemania, en el acto que inaugura la construcción de una fábrica de chips de TSMC, el gigante de los semiconductores taiwanés. Junto a ella, C. C. Wei, consejero delegado de la empresa, y el canciller alemán, Olaf Scholz, que ha comprometido millones de euros en ayudas para sacar adelante el proyecto, enmarcado en la estrategia europea para producir chips en el continente y reducir la dependencia exterior.
“El mayor fabricante de chips del mundo viene a nuestro continente y une fuerzas con tres campeones europeos. Los beneficios se notarán más allá de Dresde y Sajonia”, señaló Von der Leyen, que acudió al acto con un regalo bajo el brazo. “Esta mañana he tenido la oportunidad de autorizar ayudas estatales para este proyecto por valor de 5.000 millones de euros”, dijo frente a centenares de invitados a la colocación de la primera piedra de la fábrica. La Comisión Europea ha aprobado la subvención, que “reforzará la seguridad del suministro, la resistencia y la soberanía digital de Europa en las tecnologías de semiconductores, en consonancia con los objetivos establecidos en la Comunicación sobre la Ley Europea de Chips”, asegura en una nota de prensa.
La nueva fábrica de la European Semiconductor Manufacturing Company (ESMC), empresa conjunta de TSMC, Bosch, Infineon y NXP, es la joya de la estrategia de semiconductores del Gobierno alemán. La atracción de inversión extranjera y las cuantiosas subvenciones públicas han conseguido que en Alemania se hable ya de Silicon Saxony por la cantidad de compañías que se están estableciendo en este land que antiguamente formó parte de la República Democrática Alemana (RDA).
A la fábrica de TSMC, que generará 2.000 empleos directos, se sumará también el traslado previsto de Intel a Magdeburgo, donde la empresa estadounidense ha anunciado que planea invertir hasta 30.000 millones de euros en los próximos años. En este caso, Bruselas todavía no ha confirmado la ayuda prometida por el Gobierno alemán, que asciende a unos 10.000 millones de euros. La compañía ha afirmado que tiene intención de mantener sus inversiones pese a que está reduciendo costes y ha anunciado la supresión de 15.000 puestos de trabajo en todo el mundo.
Tampoco están confirmadas las subvenciones estatales para la nueva fábrica de la firma alemana de semiconductores Infineon, también en Dresde y relativamente cerca de la de ESMC, que se calculan unos mil millones de euros, pero el proyecto avanza y se prevé que la maquinaria esté instalada en septiembre de 2025 y que empiece a producir al año siguiente. La compañía prevé invertir 5.000 millones en la ampliación y prevé crear más de 1.000 nuevos puestos de trabajo.
El canciller Olaf Scholz prometió durante el acto de colocación de la primera piedra que su Gobierno seguirá apoyando la industria de semiconductores en los próximos años. “Si no lo hacemos nosotros, lo harán otros, y nuestra dependencia aumentará”, aseguró para justificar las subvenciones.
La fábrica de Dresde producirá principalmente microchips para la industria del automóvil, cada vez más necesarios ante la generalización de los vehículos conectados a la red y de los coches eléctricos. El de la capital de Sajonia es el primer centro de producción en Europa de TSMC, el mayor fabricante de microelectrónica de silicio del mundo. El grupo posee el 70% de la empresa conjunta mientras los socios europeos, que operan sus propias instalaciones de producción, tienen cada uno el 10%. Está previsto que la producción comience a finales de 2027.
El canciller alemán aprovechó la ceremonia para enviar un mensaje con contenido político y alertar contra el creciente nacionalismo que se observa en la sociedad alemana. “Uno de cada tres chips fabricados en Europa procede de esta región. Es bueno que este desarrollo continúe con la ceremonia inaugural de hoy, pero quiero dejar algo claro. Para que este desarrollo positivo continúe en el futuro, las condiciones sociales y políticas deben seguir siendo las adecuadas”, advirtió.
El próximo 1 de septiembre se celebran elecciones en los Estados federados de Sajonia y Turinga, ambas en el Este de Alemania, donde el partido más votado será, según las encuestas, la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Esta formación es la única con representación en el Bundestag alemán que aboga por abolir la Unión Europea en su forma actual, a la que considera “un proyecto fracasado”.
“Necesitamos una apertura continua a la inversión y un deseo de futuro en lugar de aislamiento y miedo al futuro. Para lograrlo necesitamos una Alemania proeuropea y cosmopolita en lugar de nacionalismo y resentimiento”, subrayó Scholz durante su discurso. “Apertura al mundo y confianza; si preservamos eso, si lo defendemos, esta gran inversión no será la última que veamos en Silicon Saxony y en el este de Alemania”, añadió.
“Esto es sólo el principio”, dijo von der Leyen en referencia a la decisión de la comisión Europea sobre las subvenciones. La presidenta quiere proponer un nuevo fondo para inversiones en tecnologías de importancia estratégica en el próximo presupuesto de la UE. “La próxima Comisión de la UE debe ser y será una comisión de inversiones”, subrayó.
“Vamos a comprometernos con esta tierra. Vamos a seguir siendo un buen residente y a hacer honor a nuestra responsabilidad, que incluye la responsabilidad social, la protección del medio ambiente y también la gobernanza”, aseguró el CEO de TSMC, C. C. Wei. “Y creo que a partir de hoy ESMC va a ser una empresa muy importante para Dresde y que vamos a crecer”, añadió.
La Comisión subrayó el martes que la planta de Dresde será una instalación de producción abierta, es decir, que los clientes podrán pedir chips según sus necesidades. También se ha comprometido a prestar apoyo específico a las pequeñas y medianas empresas y a las empresas de nueva creación en Europa para reforzar sus conocimientos y capacidades. El programa de financiación de la Ley Europea de Chips constituye la base de la aprobación de las subvenciones de 1.000 millones de euros para la fábrica de Dresde. La Ley pretende contribuir a aumentar la cuota de la UE en la producción mundial de semiconductores del 10% al 20% de aquí a 2030.
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