La roca que mató a los dinosaurios, un viajero que llegó desde Júpiter
Hubo un día en que la Tierra se convirtió en un lienzo en blanco. Un instante de caos cósmico borró a los titanes que dominaron el planeta durante más de 150 millones de años, dejando espacio para que otras formas de vida se alzaran.
Este golpe, que reescribió la historia de la vida en la Tierra, ha sido objeto de un estudio que ofrece nuevas revelaciones. Según una investigación publicada en la revista Science, el asteroide que acabó con los dinosaurios no solo atravesó el espacio desde el propio Sistema Solar, sino que provino de más allá de Júpiter y tenía huellas de estrellas más antiguas que el Sol.
La roca, responsable del enorme cráter conocido como Chicxulub en la península de Yucatán, ha intrigado a los científicos. Aunque la mayoría coincidía en que provenía de nuestro Sistema Solar, su origen exacto siempre había sido incierto, pues las pruebas químicas recolectadas en la Tierra suelen estar contaminadas por los propios materiales del planeta, dificultando la identificación precisa de su procedencia.
El estudio en cuestión fue liderado por Mario Fischer-Gödde, científico del Instituto de Geología y Mineralogía de la Universidad de Colonia en Alemania. Fischer-Gödde y su equipo desarrollaron una técnica innovadora para analizar el rutenio, un elemento raro encontrado en los restos del asteroide de Chicxulub.
La técnica consiste en romper todos los enlaces químicos que refuerzan una muestra de roca mientras está almacenada en un tubo sellado. Esta metodología ha permitido medir los niveles específicos de rutenio con una precisión sin precedentes. “El rutenio actúa como una huella genética de los asteroides que se formaron en las regiones exteriores del sistema solar”, explicó Fischer-Gödde al portal Inverse.
La relevancia de este hallazgo radica en la singularidad del rutenio en el asteroide. El elemento se encuentra en mayores concentraciones en asteroides que se formaron en las regiones más alejadas del Sol, entre Marte y Júpiter, conocido como el cinturón de asteroides principal.
Al comparar las muestras de Chicxulub con muestras de otros sitios de impacto, así como con meteoritos carbonáceos provenientes de la región exterior del cinturón de asteroides, los investigadores confirmaron una coincidencia en las firmas químicas, la cual apunta a que el asteroide que impactó la Tierra provino efectivamente de esa región lejana del sistema solar.
La composición del asteroide sugiere que, antes de su colisión con la Tierra, había acumulado rastros de estrellas que existieron antes de la formación del Sol. “Las firmas químicas encontradas en el rutenio en las muestras han resistido bien la erosión geológica y el impacto del asteroide”, añadió el especialista.
Esto se debe a que el rutenio es un elemento robusto que se forjó en el interior de estrellas antiguas y, por lo tanto, ha mantenido su integridad a lo largo de miles de millones de años.
Los efectos del impacto
El golpe de ese asteroide, que tenía un diámetro estimado de entre 10 y 15 kilómetros, liberó una cantidad colosal de energía cinética. “Cuando un cuerpo de este tamaño choca contra la Tierra a una velocidad aproximada de 20 kilómetros por segundo, se vaporiza de inmediato, junto con toneladas de roca terrestre en el lugar del impacto”, dijo Fischer-Gödde.
La explosión resultante creó el cráter Chicxulub, de aproximadamente 145 kilómetros de ancho, y liberó una inmensa cantidad de polvo y escombros en la atmósfera.
Este polvo se dispersó por todo el planeta, desde Europa hasta Asia, e incluso en el fondo del océano. La columna de polvo y escombros bloqueó la luz solar, interrumpiendo la fotosíntesis y alterando la cadena alimentaria global.
La interrupción provocó la extinción de entre el 60 y el 70 por ciento de todas las especies de la Tierra, incluidos todos los dinosaurios no aviares. La extinción fue un evento catastrófico que marcó el final de la era de los dinosaurios y abrió el camino para el surgimiento de nuevas formas de vida, incluyendo los mamíferos, que eventualmente dominarían el planeta.
Aunque otras teorías, como el vulcanismo en las Traps del Decán en la India, también podrían haber contribuido a la extinción, la hipótesis del asteroide sigue siendo la más convincente. La coincidencia entre las huellas químicas del rutenio y los meteoritos carbonáceos refuerza la idea de que el impacto de un asteroide proveniente de más allá de Júpiter fue el principal catalizador del evento de extinción.
“La coincidencia es demasiado grande como para negarla. La desaparición de los dinosaurios permitió el surgimiento de nuevas formas de vida, incluidas las nuestras”.