Nuevas órdenes de evacuación afectan la labor humanitaria de la ONU en Gaza
La ONU indicó el lunes que su capacidad para llevar ayuda humanitaria a la Franja de Gaza sufrió un duro golpe tras una nueva orden de evacuación israelí, que hace temer un empeoramiento de la situación en el territorio palestino devastado por la guerra entre Israel y Hamás.
Entre tanto, los mediadores Estados Unidos, Egipto y Catar siguen tratando de alcanzar un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás, junto con la liberación de rehenes a cambio de prisioneros palestinos.
Estados Unidos anunció “avances” en las negociaciones, incluso después de los ataques a gran escala la víspera entre Israel y el grupo libanés Hezbolá.
Tras más de diez meses de guerra, desencadenada por el ataque sin precedentes de Hamás en suelo israelí el 7 de octubre, el ejército israelí exhortó el domingo a los habitantes a evacuar varias zonas de la ciudad de Deir al Balah, en el centro.
El ejército indicó que sus tropas iban actuar allí “con fuerza contra Hamás y los otros grupos terroristas”.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) se dijo el lunes “particularmente preocupada” por esta orden que afecta sobre todo a sectores donde había trabajadores humanitarios de Naciones Unidas y de oenegés.
“Esta decisión […] afecta gravemente a nuestra capacidad para proporcionar apoyo y servicios esenciales”, lamentó la OCHA.
El personal de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) “implantado” entre la población local sigue trabajando en la medida de sus posibilidades, dijo Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la organización.
Pero esta ayuda representa “media gota de agua en un océano”, agregó.
El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró que los establecimientos sanitarios cercanos podrían “dejar de funcionar”, incluido el hospital Mártires de Al Aqsa.
– “¿Adónde vamos ahora?” –
Sentada en una camilla, rodeada de sus enseres, Tamam Al Rai se prepara para salir de este hospital sin saber adónde ir.
“Me amputaron. Nos dijeron que teníamos que evacuar pero […] ¿Dónde vamos a recibir tratamiento?”, declaró.
La guerra provocó un crisis humanitaria y sanitaria en la Franja de Gaza, donde la mayoría de los 2,4 millones de habitantes han sido desplazados.
El conflicto estalló el 7 de octubre, cuando combatientes del movimiento islamista palestino atacaron el sur de Israel y mataron a 1.199 personas, en su mayoría civiles, según un balance basado en cifras oficiales.
También tomaron 251 rehenes, de los cuales 105 continúan en Gaza, incluidos 34 que los militares israelíes declararon muertos.
En respuesta, Israel prometió destruir Hamás, que gobierna Gaza desde 2007 y está considerado una organización terrorista por Estados Unidos, Israel y la Unión Europea.
El ejército lanzó una vasta ofensiva de represalia que ya ha dejado 40.435 muertos en Gaza, según el Ministerio de Salud del territorio, que no detalla cuántos son civiles y cuántos combatientes.
El lunes, al menos cinco personas murieron en un bombardeo que alcanzó una casa de un barrio de Al Rimal, en Ciudad de Gaza, en el norte, según fuentes médicas.
Otras cinco personas murieron en un ataque aéreo israelí contra un campo de refugiados en el norte de Cisjordania ocupada, según la Autoridad Palestina que administra parcialmente este territorio ocupado por Israel desde 1967.
– “Amenaza” de ataque –
Una nueva ronda de negociaciones comenzó el jueves en El Cairo con los israelíes. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, John Kirby, habló el lunes de “avances”.
“Esperamos que estas negociaciones […] continúen al menos estos próximos días”, indicó y aseguró que el ataque a gran escala de Hezbolá el domingo contra Israel “no tuvo consecuencias” en las conversaciones.
Israel y Hamás se acusan mutuamente de hacer fracasar las negociaciones para una tregua.
Hamás no participa en estas conversaciones, pero una delegación del movimiento islamista palestino se reunió con mediadores egipcios y cataríes en El Cairo el domingo, según uno de sus responsables.
Uno de los principales escollos en las negociaciones gira entorno al “corredor Filadelfia”, una franja de tierra a lo largo de la frontera entre Gaza y Egipto, que las tropas israelíes han ocupado desde mayo.
La guerra provocó además tensiones en la región.
En la frontera norte de Israel, el ejército anunció el domingo que había frustrado “buena parte” de un ataque a gran escala de grupo proiraní Hezbolá.
Irán celebró el lunes el ataque y estimó que Israel “perdió su poder ofensivo y disuasivo”.
Hezbolá, que al principio de la guerra abrió un frente contra Israel en “apoyo” a su aliado Hamás, había amenazado a Israel con un ataque tras la muerte de uno de sus jefes militares, Fuad Shukr, en un bombardeo israelí cerca de Beirut el 30 de julio.
El grupo dijo el domingo que se trata de la “primera fase” de represalia, pero su jefe, Hasan Nasralá, dio a entender después que las acciones podrían haber acabado.
El Pentágono afirmó no obstante que todavía pesa la “amenaza” de un ataque contra Israel de Irán y sus aliados regionales, en respuesta al asesinato, atribuido a Israel, del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán el 31 de julio.
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