Magyar Vagon y los accionistas de Talgo irán a los tribunales por el veto de Moncloa a la opa
El Consejo de Ministros acordó este martes no autorizar la operación de compra del fabricante de trenes español Talgo por parte del consorcio magiar Ganz-MaVag, después de recibir informe negativo de la Junta de Inversiones Exteriores, órgano que depende del Ministerio de Economía y encargado de analizar la entrada de capital extranjero en empresas españolas.
Ganz-MaVag ofreció 5 euros por acción, hasta un total de 619 millones, para hacerse por el 100% de la industria ferroviaria. Pero la operación requería del visto bueno del Gobierno al superar los 500 millones, una aprobación que nunca fue del agrado de Moncloa dados los vínculos existentes entre el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y el mandatario ruso Vladimir Putin.
El Gobierno adujo razones de «seguridad nacional» y «protección de los intereses estratégicos» para tumbar la opa lanzada conjuntamente por la empresa ferroviaria Magyar Vagon -dirigida por empresarios próximos a Orbán- y el Estado de Hungría a través de su brazo inversor Corvinus.
En concreto, el análisis realizado por varios ministerios y organismos concluyó que «la autorización de esta operación conllevaría riesgos insalvables para la seguridad nacional y el orden público». Además, Moncloa catalogó el expediente como «información clasificada», con lo que evitará hacerlo público.
El intento de empresarios y políticos húngaros por hacerse con el fabricante de trenes español ha acabado en agua de borrajas después de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez apelara a un supuesto inédito, aunque amparado por la legislación. Moncloa ha optado por tener en cuenta la relación actual entre la Unión Europea y Rusia para evitar el desembarco de los magiares en Talgo tras la buena sintonía mostrada entre el Primer Ministro húngaro y Putin.
Se abre la guerra judicial
Pero nada más lejos de la realidad. La decisión de Moncloa irá irremediablemente acompañada de un sinfín de denuncias en los juzgados. La primera de ellas ha sido ya anunciada por el propio consorcio magiar, que anticipó semanas atrás su intención de acudir a los tribunales si no lograba el visto bueno a su oferta, al considerar que una negativa como esta no tiene cabida en el espacio económico europeo.
«Ganz-MaVag Europe va a iniciar todas las acciones legales a su alcance, tanto en España como la Unión Europea, para defender la legitimidad de su oferta voluntaria por Talgo», expresan desde el entorno de la compañía, que también explicita que «la oferta cumple con todos los requisitos legales vigentes». Para ejecutar su entrada en el fabricante, Ganz-MaVag contrató los servicios jurídicos de Garrigues y la asesoría financiera de Lazard, amplios conocedores de la jurisdicción española.
El portavoz del consorcio húngaro, András Tombor, reconoció que, en caso de que el Gobierno tumbase la operación, existían «oportunidades o medios disponibles por la vía jurídica», esgrimió en una rueda de prensa celebrada en julio en Madrid.
Quienes también se sumarán a estas acciones son los accionistas minoritarios, más de 8.000 en el caso de Talgo, que a través de la Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec) ha anunciado un recurso judicial al veto gubernamental.
Aseguran que la decisión priva a los titulares de acciones de poder vender sus acciones libremente, por lo que también recurrirá la decisión del Gobierno. La semana pasada, esta entidad denunció la injerencia de Skoda en el proceso ante el regulador bursátil europeo ESMA, que negó que fuera a abrir una investigación al respecto.
Queda por conocer la posición de los accionistas mayoritarios, que por el momento no se han pronunciado públicamente, y que continúan teniendo que hacer frente al futuro del actor ferroviario con sede en Madrid. Fuentes próximas al fondo Trilantic han descartado hacer comentarios a preguntas de este periódico.
Junto a ellos, las familias Abelló y Oriol, que conforman el vehículo jurídico Pegaso Transportation, titular de más del 40% de las acciones del fabricante, se han posicionado en sucesivas ocasiones a favor de la oferta de Ganz-MaVag. La última de ellas, el pasado julio, cuando rechazaron la oferta de fusión de Skoda apelando a «los intereses de los accionistas, empleados y otras partes interesadas de Talgo».
Estratégica para el Gobierno
El Ejecutivo, previsor de que estas reclamaciones podrían llegar, defiende que «Talgo es una empresa estratégica dentro de un sector clave para la seguridad económica, la cohesión territorial y el desarrollo industrial de España». También justifican la negativa a la autorización » en aplicación de la normativa vigente en nuestro país en materia de control de inversiones exteriores y con pleno respeto al Derecho comunitario y las competencias de la UE sobre inversiones extranjeras directas, protección del mercado interior y la libre circulación de capitales».
El acceso a información sensible de la red ferroviaria española por parte de Talgo en su condición de mantenedor de buena parte de la flota de Renfe, así como su tecnología de cambio de ancho de vía eran algunos de los motivos que se habían comentado desde el entorno del ministro de Transportes, Óscar Puente, como contrarios a la posibilidad de que la inversión magiar saliera adelante.
Talgo cede un 8,3% en su peor día desde la covid
Talgo cayó un 8,3% en su peor sesión desde marzo de 2020, cuando tuvo lugar la pandemia por Covid, situándose en los 3,9 euros. El desplome de la acción acerca a la compañía al soporte clave de los 3,85 euros que según el asesor técnico de Ecotrader, Joan Cabrero, es el ajuste del 38,20% de Fibonacci de toda la anterior subida desde los mínimos de 2022 en los 2,33 euros hasta los máximos de este año 2024 en los 4,80 euros.
«Llegados a este punto si tienen acciones en cartera de Talgo la recomendación es mantenerlas mientras no pierda los 3,85 euros, preferiblemente a cierre semanal. Si eso sucede mejor vender para evitar un contexto correctivo que podría ser más profundo y llevar a Talgo a los 3,25 euros», apunta el experto.