Más del 60% de las mujeres asesinadas por violencia machista se concentran en los meses de verano
El 20 de agosto de este año, Juan Fortuny, comisario jubilado de la Policía Nacional, mató con un arma de fuego a Pilar, su exmujer, en su piso de Rubí, en Barcelona, y a María Ángels, su expareja, que le había dejado hacía seis días, en su domicilio de Castellbisbal. Después se suicidó.
El 61% de las mujeres víctimas mortales de la violencia machista registradas durante lo que va de 2024 fueron asesinadas entre los meses de junio, julio y agosto. En lo que va de año, hasta el 31 de agosto, han perdido la vida a manos de sus parejas o exparejas un total de 32 mujeres, según datos de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género.
“Es crucial renovar el Pacto de Estado contra la violencia de género, reforzando las medidas de prevención y protección“
«El verano, lejos de ser un período de descanso y tranquilidad, lamentablemente es un escenario en el que se produce un incremento de las manifestaciones de la violencia machista. Las causas son muchas. El calor puede afectar a la irascibilidad, al estado de ánimo, a la ansiedad», asegura a RTVE Noticias Carmen Martínez Perza, delegada del Gobierno de Violencia de Género. «Ante esta preocupante realidad, es crucial renovar el Pacto de Estado contra la violencia de género, reforzando las medidas de prevención y protección. Esta renovación debe priorizar la violencia vicaria, la creación de estrategias específicas para los periodos de mayor riesgo, como el verano», añade.
Julio, el mes con más mujeres asesinadas
Julio es el mes que registra más mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas desde que existen datos oficiales a partir de 2003. Si se tiene en cuenta el periodo estival, los meses de junio, julio y agosto acumulan, a lo largo de 21 años, más del 30% de los crímenes machistas.
El verano es una época de riesgo extremo para las víctimas de violencia de género: los registros históricos son persistentes y muestran que julio, en primera posición, y junio, en segunda, son los meses más cruentos en la violencia machista, con 136 y 117 víctimas mortales desde 2003, respectivamente. Le sigue agosto, actualmente con 119 mujeres asesinadas.
Diferentes expertas explican este dato relacionando las vacaciones con un momento de mayor autonomía y libertad de las mujeres. Ellas deciden más sobre viajes, actividades de ocio, sobre las personas con las que se relacionan. Los agresores sienten una pérdida de control sobre las mujeres y se agravan los casos de agresiones y también de asesinatos por violencia machista.
Mayor convivencia con el agresor
«Los agresores pasan más tiempo en casa. La violencia hacia la mujer crece porque hay una mayor convivencia», asegura Martina Galfano, abogada de la Fundación Mujeres. «Además, hay hijos, que tampoco tienen colegio, lo que se traduce en un aumento de conflictos familiares», afirma Izaskun Gutiérrez, educadora social de la Asociación Clara Campoamor. Y anota: «Su agravamiento desemboca, en ocasiones, en violencia de género».
“En verano disminuyen las redes de apoyo laborales, educativas habituales de la víctima“
A todo ello se añade que es un periodo en el que también «tienden a disminuir las redes de apoyo habituales para las víctimas, como los entornos laborales, educativos o sanitarios», explica a RTVE Noticias la delegada del Gobierno de Violencia de Género.
Falta de control sobre la víctima
Se debilita la red institucional pero se expanden las relaciones informales, lo que desencadena que el victimario sienta que ha perdido control sobre la víctima, que realiza actividades de ocio y se relaciona más con familia y amigos en verano. «Las mujeres se involucran más en cosas que les gustan, están más fuera de casa», explica la abogada Martina Galfano.
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Transcripción completa
Vivir en un pueblo
o en una ciudad pequeña
es uno de los factores de riesgo
para las víctimas
de violencia machista.
9 de las 19 asesinadas de este año
vivían en pueblos
de menos de 20 000 habitantes.
«No es lo mismo una sociedad rural
que una sociedad urbana
y no es lo mismo tampoco
la orografía»
La orografía, por ejemplo,
hace que en ocasiones fallen
las pulseras telemáticas.
La presión social,
la falta de anonimato
pueden ser otros motivos
para que las víctimas rurales
sean más vulnerables.
«El echo de vivir en un territorio
o en un pueblo pequeño
no signifique una condena,
tenemos que ser todo lo
imaginativos que tengamos
que ser para diseñar esos protocolos
que de verdad actúen»
Buscan conseguir
que esos entornos reducidos
funcionen como red de apoyo.
Piden mejorar la coordinación
y aprovechar también recursos
como la atención primaria:
las mujeres maltratadas
acuden a los centros de salud.
«Porque la violencia
también produce problemas de salud,
por lo tanto,
la solución esta en los recursos
que ya tenemos, solo que tenemos que
incluir dentro de las actividades
de las acciones la detección
de la violencia de género»
Y señala también que otro
factor de riesgo es el negacionismo,
que puede llegar a reforzar
y justificar a los agresores,
«Al disponer de más tiempo libre, la vida social de la mujer es mayor. Quedamos más con amigos, salimos más de casa, hay cambios de rutinas y más reuniones familiares. En definitiva, existe menor poder del agresor sobre la víctima», añade Izaskun Gutiérrez.
Calor y alcohol
Además, factores externos como el calor extremo de los meses de verano o el incremento del consumo de alcohol se convierten en detonantes fatales de la violencia machista en época estival. «Las altas temperaturas pueden agravar el estrés y la irritabilidad, al igual que otros factores, como la frustración por eventos triviales, como, por ejemplo, un mal resultado en un evento deportivo. Sin embargo, el problema radica en la dinámica de poder y control del maltratador sobre la víctima, no en los factores externos», explica Marian Gómez, responsable de la Comisión para la investigación de los malos tratos a mujeres.
Por todo ello, se insiste en que las mujeres que perciban estas señales de alerta, que pueden tener consecuencias irreversibles, pidan ayuda y denuncien. El 016 es el teléfono de atención a las víctimas de violencia machista. Es importante recordar que es gratuito y no deja rastro en la factura.
Sin embargo, al margen de estos condicionantes ambientales, las expertas están convencidas de que las causas de los asesinatos machistas son más profundas: «Considero que la violencia de género es un problema estructural instalado en nuestra sociedad», dice Izaskun Gutiérrez que apunta que, además, puede producirse un posible «efecto llamada por el que los agresores se sienten legitimados al ver reflejadas estas conductas en otros casos».
“El problema radica en la dinámica de poder y control del maltratador sobre la víctima“
Más denuncias, más protección
Las asociaciones feministas reclaman que se incremente la protección a las potenciales víctimas en estos periodos, al igual que se anima a denunciar la violencia de género. «No podemos decir a las mujeres que están sufriendo violencia que tienen que denunciar, si después no vamos a ser capaces de protegerlas de su agresor», afirma Izaskún Gutiérrez. Mientras que Marian Gómez sugiere que «es vital reforzar las medidas cautelares como órdenes de protección y prisión provisional para los agresores. Es esencial suspender el régimen de visitas cuando haya hijos e hijas en común, asegurando así la seguridad de los menores».
Implicación de la sociedad
Según las entrevistadas, es básico lograr que el conjunto de la sociedad se vuelque en la lucha contra la violencia de género en cualquier época del año: observar y actuar. «Es importante una mayor implicación social, ya que la violencia de género es un delito público y cualquier persona que sea testigo de un caso tiene la responsabilidad de denunciarlo», recalca Marian Gómez.
«El entorno y la familia también deben estar alerta ante estos casos, los agresores muchas veces muestran signos de violencia en público y como sociedad debemos saber interpretarlos», asegura Izaskun Gutiérrez. Es crucial «garantizar que las víctimas de cualquier tipo de violencia contra las mujeres cuenten con recursos y apoyo accesibles en todo momento. Solo a través de un compromiso renovado y de una acción conjunta y decidida podremos enfrentar y reducir este inaceptable repunte de la violencia machista», sentencia Martínez Perza.
Si sufres maltrato, pide ayuda
El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo.