Buscan reactivar la Declaratoria de Protección Presidencial de Teotihuacan
Javier Salinas Cesáreo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de septiembre de 2024, p. 3
Teotihuacan, Méx., Con el establecimiento de un vínculo entre artistas, artesanos, activistas, guías turísticos, profesores, dirigentes comunitarios, arqueólogos y autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que trabajan para un plan de manejo participativo de la región, se busca la reactivación de la declaratoria de Teotihuacan como Zona de Monumentos Arqueológicos, que data de 1988.
El arqueólogo de Teotihuacan y consultor del Fondo Mundial de Monumentos (WMF, por sus siglas en inglés) Jaime Delgado Rubio afirmó que en la declaratoria hay un instrumento legal de orden presidencial muy poderoso que durante 36 años ha estado empolvado y en la que cinco secretarios de Estado se comprometieron con su firma al desarrollo regional del valle de Teotihuacan, en el cual no se ha llevado a cabo un trabajo permanente.
Al reunirse en el Museo de Murales Teotihuacanos Beatriz de la Fuente para conmemorar el 36 aniversario de la promulgación de la Declaratoria de Protección Presidencial para Teotihuacan, actores sociales y autoridades realizaron una jornada cultural y de enlace comunitario.
Delgado Rubio destacó que el encuentro permitió que diversos líderes comunitarios entablaran un diálogo directo con el titular de la Zona Arqueológica de Teotihuacan (ZAT), Rogelio Rivero Chong, con el objetivo de iniciar las gestiones necesarias para la formación, de cara al inicio de la próxima administración sexenal, de mesas intersecretariales a nivel estatal y federal, las cuales se contemplan en la declaratoria de Teotihuacan como Zona de Monumentos Arqueológicos.
Sólo el INAH ha realizado un trabajo de vinculación frente a la conurbación y a los problemas de la periferia, cuando las secretarías podrían ayudar con sus recursos.
Recordó que a partir del ingreso de Teotihuacan al WMF se hizo una consulta con 69 grupos sociales y se encontraron con 36 proyectos con incidencia o impacto comunitario con diferentes alcances que persiguen el beneficio general de la región y que los han elaborado sin apoyo municipal, estatal, federal o del INAH.
▲ A partir del ingreso de Teotihuacan al Fondo Mundial de Monumentos se hizo una consulta con 69 grupos sociales y se encontraron con 36 proyectos con impacto comunitario.Foto Alejandro Pavón Hernández
Puntualizó que estos proyectos viajan a distintas velocidades y tienen diferentes niveles de alcance, pero con algo en común: que emanaron de las propias comunidades para el aprovechamiento de sus pares comunitarios.
Manifestó que, luego de año y medio de trabajo, “creemos que ya están listas las condiciones sociales, técnicas, académicas y políticas para conectar a estos actores sociales y sus propuestas con las autoridades firmantes de este decreto.
Hay proyectos de reforestación en el Cerro Gordo, una clase escolar para niños sobre la importancia de Teotihuacan, de apoyos a grupos de ciudadanos que cuidan y dan albergue a perros ferales que habitan en la ZAT y sus áreas vecinas, así como un grupo de divulgación artística que busca recursos para los talleres artesanales de obsidiana en pro del cuidado de la salud de quienes laboran en ellos, ya que se han registrado problemas de fibrosis pulmonar.
El proyecto Teotihuacan 2023-2025 también hizo un amplio estudio etnográfico de los municipios contiguos. Además, se enviaron cartas del WMF a fin de gestionar con la gobernadora del estado de México una comisión intersecretarial y que cada una de las secretarías firmantes de la declaratoria se empiecen a sentar con los actores sociales.
Proponemos que las secretarías de Cultura, Educación, Turismo, Desarrollo Urbano y Ecología, y de Comunicaciones y Transportes se pongan en contacto con cada grupo social en el ámbito de su competencia, que participen los municipios de San Juan Teotihuacán y San Martín de las Pirámides, así como las instituciones concurrentes.
Jaime Delgado apuntó que a principios de 2025 se trabajará en la creación de una estrategia de base social para establecer las mesas que ayuden a reactivar la declaratoria.