Descubren que cerebro ha aumentado drásticamente de tamaño en las últimas décadas
A pesar de que nuestra percepción es que cada vez hay más casos de demencia a nuestro alrededor, la realidad es que su incidencia entre la población puede estar cayendo desde los años 70. Estudiando la razón de este fenómeno, un equipo de investigadores ha encontrado una potencial (y sorprendente) explicación: nuestros cerebros se están haciendo cada vez más grandes, tienen más fibras conectivas y, por tanto, son más resistentes a la degeneración
En las últimas décadas, ha habido varios estudios a gran escala que demuestran que el número de nuevos casos de demencia ha disminuido. Uno de ellos, publicado en 2016 por la neuróloga Sudha Seshadri y su equipo, afina aún más estos resultados y asegura que esto lleva sucediendo desde finales de los 70.
El siguiente paso para Seshadri y su equipo de la UT Health San Antonio, en EEUU, ha sido buscar las consecuencias de esta disminución de la incidencia de enfermedades degenerativas. Los investigadores revisaron los datos de su anterior estudio y vieron que la disminución solamente se observa en personas que habían obtenido el título de bachillerato, lo que, según Seshadri, apuntaba a la posibilidad de que los cambios que se producen en las primeras etapas en la vida fueran los responsables de una mayor resistencia contra el deterioro.
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Teniendo en cuenta que la salud, tanto de los más jóvenes como en general, ha ido mejorando ininterrumpidamente en las últimas décadas, el equipo pensó que sería razonable inferir que un mejor desarrollo puede llevar a un agrandamiento del cerebro. Para demostrar su hipótesis revisaron los datos de las resonancias magnéticas de los sujetos investigados en su estudio de 2916 y comprobaron que varias medidas del tamaño del cerebro habían aumentado entre los más jóvenes. Sus resultados se han detallado en un artículo publicado en la revista JAMA Neurology.
Cómo ha crecido el cerebro
Los investigadores aseguran que el volumen cerebral, que se determinó midiendo el espacio dentro del cráneo (volumen intracraneal), había crecido un 6,6%, entre los nacidos en la década de los 30 y los 1970. El volumen de la sustancia blanca y del hipocampo, la región donde se procesa la memoria, también había aumentado.
El córtex cerebral, la capa externa del cerebro, también aumentó en tamaño, aunque paradójicamente ha reducido su grosor un 20%. Ver una disminución del grosor cortical fue un poco sorprendente al principio, dice Charles DeCarli, neurólogo del Centro Médico Davis de la Universidad de California y uno de los autores del estudio en declaraciones recogidas por Scientific American. El investigador explica que esto se debe a que según el cerebro aumenta de tamaño, también se vuelve más intrincado, un proceso conocido como girificación que amplía su superficie.
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Una posible consecuencia de este cambio, dice DeCarli, podría ser que los cerebros de las nuevas generaciones no sólo son más grandes, sino que también están más interconectados. El aumento de sustancia blanca, que contiene las fibras conectivas de las células cerebrales, también aporta pruebas a favor de esta hipótesis.
Dudas sobre la razón del crecimiento
Una vez demostrado el crecimiento cerebral, el siguiente paso para el equipo de Seshadri será determinar a qué se deben exactamente los cambios en el tamaño del cerebro. Por ahora, solo cuentan con especulaciones.
Desde hace unos 7 millones de años, nuestros cerebros han triplicado su tamaño. El cenit de su madurez llega en la edad adulta y el volumen intracraneal permanece desde ese momento estable a lo largo de la vida. Los investigadores creen que puede haber factores ambientales que provoquen el encogimiento de los cerebros, pero sería necesario replicar estas pruebas en una muestra de gente mayor y con mayor variedad de razas en la muestra.
“Estos resultados deben analizarse en otras poblaciones más diversas desde el punto de vista racial, étnico, geográfico y socioeconómico, para ver si esto es cierto”, afirma Seshadri. Los investigadores creen que sus resultados muestran que es crucial tener en cuenta tanto la infancia como la juventud de una persona a la hora de pensar en cómo prevenir la demencia.
A pesar de que nuestra percepción es que cada vez hay más casos de demencia a nuestro alrededor, la realidad es que su incidencia entre la población puede estar cayendo desde los años 70. Estudiando la razón de este fenómeno, un equipo de investigadores ha encontrado una potencial (y sorprendente) explicación: nuestros cerebros se están haciendo cada vez más grandes, tienen más fibras conectivas y, por tanto, son más resistentes a la degeneración