[Reportaje] Minería, energía y derechos indígenas: retos de la relación Chile-Canadá
«Nos ha permitido tener puntos en común, desde los mismos productos que desarrollamos, minería, forestal, agricultura, que es común a ambos países», señaló, enfatizando que estos lazos se refuerzan con la colaboración económica y comercial.
Socios en minería y energías limpias, pero con desafíos sociales
La minería es uno de los sectores clave donde Chile y Canadá mantienen una colaboración fructífera, aunque criticada por organizaciones de defensa del medioambiente en ambos países.
El representante de Santiago enfatizó la positiva relación entre las mineras canadienses y las comunidades chilenas, indicando que Canadá es el principal inversionista extranjero en Chile.
Según García, las mineras canadienses no solo han llevado inversión extranjera directa a Chile, sino que han sido pioneras en la introducción de tecnologías avanzadas y prácticas sostenibles, impulsando a Chile a adaptarse a estándares internacionales más rigurosos.
Sin embargo, reconoció que este desarrollo no ha estado exento de tensiones y desafíos, especialmente en torno a la gestión del impacto medioambiental y los derechos de las comunidades locales e indígenas.
El desafío está en encontrar un equilibrio entre la explotación de los vastos recursos naturales de Chile, particularmente el cobre y el litio, y la responsabilidad social y ecológica que estas actividades conllevan.
El diplomático chileno señaló que muchas de estas compañías ya están adoptando políticas que integran energías renovables y prácticas más limpias. En este contexto, la cooperación entre ambos países adquiere una dimensión estratégica, ya que Chile busca diversificar su matriz energética y avanzar hacia un modelo de desarrollo más verde y respetuoso con el medio ambiente.
El embajador García expresó su esperanza de que, a través del diálogo y el trabajo conjunto, se logren avances significativos en el bienestar de las comunidades afectadas por la minería, reafirmando la necesidad de mantener un enfoque transparente y ético en estas relaciones comerciales.
Además de los lazos económicos, el representante de la diplomacia chilena en Canadá habló de la cooperación en áreas como la transición energética, con especial énfasis en la cadena de valor del litio.
No nos basta a nosotros como país con la extracción de litio; tiene que ser con cuidado medioambiental y de las comunidades, y desarrollar parte de esa cadena de valor en nuestro país.
Cabe destacar que en 2022, el organismo Alerta Minera Canadá (Mining Watch Canada) publicó un informe que concluía que la minería canadiense en Chile ha estado marcada por conflictos debido a su impacto socioambiental y a varios casos de corrupción.
Muchos de los casos más emblemáticos que involucran a mineras canadienses han ocurrido en zonas altamente sensibles donde junto a comunidades se han visto afectados complejos y frágiles ecosistemas compuestos de glaciares, ríos y humedales andinos.
Según esta organización ecologista canadiense, los proyectos de extracción de litio en salares chilenos repiten patrones ya conocidos desde la época colonial, y a menudo se superponen con otros proyectos de litio o de minerales, generando escenarios complejos para las comunidades locales y quienes defienden sus territorios.
Intercambio de experiencias y conocimientos
Juan Carlos García también resaltó la importancia de compartir conocimientos en investigación y desarrollo académico entre universidades de Chile y Canadá.
«Compartir conocimientos también es un modo de generar diplomacia y vínculos entre nuestros países», comentó, destacando el interés en áreas comunes como los océanos, minerales críticos y energías renovables.
Respecto a la relación con las comunidades indígenas, el embajador elogió la experiencia canadiense en políticas de reconciliación, y señaló que Chile está avanzando en esa dirección.
«Esperamos seguir reconociendo experiencias que nos permitan avanzar en una relación sana con las comunidades indígenas», afirmó, señalando que ambos países pueden aprender el uno del otro en este ámbito.
Una de las críticas en Chile es que los distintos gobiernos han seguido utilizando las leyes establecidas por la dictadura de Pinochet contra los movimientos de reivindicación de derechos de los indígenas, una legislación que hasta la fecha no ha sido repudiada.
Esa ley antiterrorista promulgada en 1984 y modificada en 1991, fue cuestionada en 2003, 2009 y 2013 por los relatores especiales de derechos indígenas Rodolfo Stavenhagen, James Anaya y Ben Emmerson.
Según Juan Carlos García un aspecto clave tanto en la agenda interna de Chile como en el contexto de la relación bilateral con Canadá es el tema de los pueblos originarios.
Estamos en un momento clave de diálogo en el país, en el cual el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas juega un papel fundamental, sobre todo en el marco del nuevo proceso constituyente.
Al respecto, García destacó que este enfoque no solo responde a una cuestión de justicia histórica, sino que también tiene implicaciones directas para la gobernanza territorial y la gestión de los recursos naturales.
Las comunidades mapuche y aymara han sido defensoras de sus territorios frente a proyectos extractivos que amenazan sus tradiciones, sus recursos y el equilibrio ambiental.
Según el diplomático chileno, en Canadá la relación entre la minería y los territorios indígenas cobra especial relevancia, ya que muchos de los proyectos de explotación de recursos naturales, incluyendo los de empresas canadienses, afectan directamente a estas comunidades.
Canadá, con su experiencia en el trato con las naciones originarias, puede ofrecer lecciones importantes para Chile, aunque ambos países aún enfrentan muchos desafíos en este ámbito.
Además, el representante diplomático subrayó la importancia de incorporar la voz de los pueblos indígenas en la toma de decisiones políticas y económicas, particularmente en lo que se refiere a proyectos de desarrollo que impactan directamente en sus territorios.
Según el embajador, cualquier esfuerzo de cooperación entre Chile y Canadá debe incluir un enfoque en la participación activa de las comunidades indígenas, respetando su autonomía y sus derechos ancestrales.
En este sentido, el embajador reconoció que las tensiones generadas por el extractivismo minero en Chile han evidenciado la necesidad de replantear las dinámicas de explotación de recursos, tomando en cuenta no solo los impactos ambientales, sino también el respeto a las culturas y los derechos de los pueblos indígenas.
Compromiso con la comunidad chilena en Canadá
García también valoró la integración de la comunidad chilena en Canadá, destacando su participación en sectores públicos y privados. La comunidad chilena es orgullosamente canadiense y orgullosamente chilena a la vez
, expresó con satisfacción.
El embajador enfatizó que la embajada de Chile y los consulados están comprometidos en mantener un diálogo continuo con estas comunidades, quienes, según él, han logrado integrarse plenamente en la sociedad canadiense sin perder sus raíces.
La comunidad chilena en Canadá, compuesta por varias generaciones, sigue desempeñando un papel fundamental en fortalecer los lazos entre ambos países.
Según García, la Embajada de Chile en Canadá se esfuerza en acompañar a esta comunidad, ofreciendo apoyo y manteniendo un vínculo constante con las organizaciones que han formado a lo largo del tiempo.
Desafíos y oportunidades futuras
Con una agenda cargada y ambiciosa, el embajador resaltó los esfuerzos conjuntos de Chile y Canadá para enfrentar desafíos globales, como la protección medioambiental y la transición hacia energías renovables.
A través de eventos como el Chile Day
en Toronto, se ha buscado no solo atraer inversión extranjera, sino también conectar a inversionistas chilenos y canadienses en áreas estratégicas para el desarrollo futuro de ambos países.
En resumen, según el embajador García, la relación entre Chile y Canadá es sólida y se proyecta hacia el futuro con la intención de fortalecer sus lazos en áreas económicas, sociales y medioambientales.
Como concluye el representante diplomático, esta colaboración no solo es una oportunidad de crecimiento, sino una forma de construir puentes
entre personas, instituciones y países.