Dar a luz en medio de una guerra: “En la sala de partos se escuchan bombas de fondo”
Gaza, Ucrania o Sudán son ahora mismo lugares azotados por la guerra y la violencia en los que, no solo es difícil vivir, sino también nacer.
Muchos hospitales en estas zonas han tenido que dejar de funcionar por falta de medios y muchas mujeres tienen que dar a luz en condiciones que ponen en peligro sus vidas y la de sus bebés.
«No puedo lograr dar una idea real de lo que está pasando, de lo que es estar en sala de partos y escuchar bombas de fondo», nos cuenta Flor Francisconi, gestora de actividades relacionadas con los servicios de matronería y salud sexual y reproductiva para Médicos Sin Fronteras en Gaza.
«Las mujeres embarazadas llegan agotadas. Lo veo en sus caras, en cómo se mueven, es un estado de miedo e incertidumbre, de alerta y estrés», explica Francisconi, que brinda servicios en tres centros de atención primaria de salud y en el departamento de maternidad y pediatría del complejo hospitalario Nasser, uno de los más grandes de la Franja, donde también se realizan alrededor de 160 cirugías ginecológicas mensuales.
“Ellas raramente aceptan quedarse más tiempo del necesario y estar separadas del resto de su familia“
Si todo sale bien en el parto, la mayoría de las mujeres quieren salir del hospital cuanto antes por un motivo tan desgarrador como real en una guerra. «Si es de día, ellas raramente aceptan quedarse más tiempo del necesario y estar separadas del resto de su familia. Una de mis colegas matronas que estuvo de guardia la semana pasada en el hospital toda la noche llegó a la casa y se encontró con que una bomba había caído en su casa y había matado a su marido y dos de sus tres hijos. La realidad es que prefieren estar juntos».
Las condiciones penosas de los campos de refugiados en Gaza
Cuando salen del hospital siguen estando en un lugar en guerra donde, si sobrevivir es difícil para los adultos, para los recién nacidos todo se complica debido a las condiciones de vida.
“ Las condiciones de vida en los campos son una emergencia sanitaria“
«Puede ser un tremendo desafío dormir en una cama o poder ducharse, tener baño, jabón, lavar la ropa o disponer de productos de higiene menstrual», afirma.
Francisconi denuncia también las condiciones en los campos donde esas madres tienen que ir a vivir con sus hijos. Las condiciones de vida en los campos son una emergencia sanitaria. Son plásticos o telas formando una carpa diminuta que alberga muchísimas personas dentro que van montando y desmontando con cada desplazamiento. La letrina se comparte entre muchísimas personas, rara vez vi duchas, obviamente no hay electricidad… Son condiciones tremendas para cualquier persona, imaginemos esto en una puérpera y un bebé recién nacidos».
Cada mujer tiene una historia detrás. “Hay una paciente que me impactó mucho y que la tengo siempre un poco presente. Estuvo un tratamiento de fertilidad cuatro años para lograr su embarazo y cuando llegó el momento de parir nos hablaba de lo injusto que le parecía tener que dar a luz en medio de una guerra con todo lo que había esperado este momento». Mariam, a la que le practicaron una cesárea, y Rana, que gracias a MSF controló un sangrado durante su embarazo, dieron a luz en el Hospital Emiratí de Rafah el pasado mes de enero. Hoy ese hospital, como tantos otros en Gaza, ya no existe.
Sudán, sin centros de atención neonatal
Sudán lleva en una situación extrema desde que empezó la guerra hace casi dos años. Este conflicto ha provocado la mayor crisis de desplazados del mundo, sumado a una alarmante desnutrición infantil y aumento de enfermedades. «Las mujeres en Sudán se enfrentan a muchos problemas cuando tienen que dar a luz. La falta de material sanitario es el mayor de ellos y el motivo por el que no pueden acceder a estos servicios es porque no pueden pagarlo o no pueden conseguirlo», explica Eva Hinds, directora de comunicación de UNICEF Sudán.
Muchas de estas mujeres que viven en zonas donde el conflicto es muy violento terminan dando a luz en casa. «Lo hacen en manos de parteras comunitarias que a veces no tienen todos los equipos necesarios para poder ayudar a las mujeres adecuadamente y hacer que los niños nazcan de manera segura». Actualmente, en Sudán no hay un solo centro de atención neonatal en funcionamiento «y esto significa en términos prácticos que miles de recién nacidos están en una etapa crítica nada más nacer», subraya Hinds.
Ucrania y los «niños de la guerra»
Ahora en Ucrania apenas nacen niños, pero durante los primeros meses de la guerra que comenzó en febrero de 2022, sí ocurría porque se habían gestado antes de la invasión. A esos niños se les acabó llamando bebés de la guerra. Jaime Nadal, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas en Ucrania, nos cuenta que durante la primera semana 84 mujeres dieron a luz en estaciones de metro. Explica también qué consecuencias tienen las guerras en las embarazadas. «Se dan más partos prematuros, más problemas de hipertensión durante el embarazo, se pone en riesgo la vida de las mujeres y es fundamental que consigan recibir atención adecuada».
A esta situación se suma que, por la edad, muchos de los padres de esos bebés tienen que estar en el frente. Es el caso de Inna y su marido. «Estábamos deseando tener este bebé, pero nos daba miedo. No supe que estaba embarazada hasta dos meses después de empezada la guerra y ya habían empezado a bombardear hospitales. ¿Cómo iba a dar a luz así?».
Aunque evidentemente baje el número de nacimientos, las mujeres no dejan de dar a luz porque haya una guerra, pero sí hay que garantizar que puedan hacerlo en las mejores condiciones. Si no se dan, la vida de los bebés y las madres están en peligro.