Qué ha pasado en un año de guerra entre Israel y Hamas, cuántos muertos ha dejado y cuál es la situación en Gaza
(CNN Español) – Con miles de palestinos e israelíes muertos, la guerra entre Israel y Hamas cumple un año este lunes sin que haya perspectivas sobre el fin de este enfrentamiento. Todo lo contrario, el conflicto se intensifica y expande cada vez más en Medio Oriente. Han sido meses de crisis, caos y furia.
Estos son los momentos clave de la guerra en Gaza desencadenada por el mortal ataque de Hamas en Israel.
El sábado 7 de octubre, a las 6:30 a.m., hora local, comenzaron a caer en Israel los primeros cohetes disparados desde Gaza. Minutos después, miembros de Hamas atravesaron el límite que divide al país y la Franja de Gaza y atacaron y dispararon contra los asistentes al festival musical Nova.
Las autoridades reportaron más de 1.400 personas muertas y 250 israelíes y extranjeros tomados como rehenes.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, prometió aniquilar a Hamas, una organización considerada “terrorista” por su país, Estados Unidos y la Unión Europea. Desde ese momento, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) movilizaron soldados y declararon el “estado de alerta de guerra”. El presidente de Israel, Isaac Herzog, aseguró que el país se enfrentaba a un momento muy difícil, pero que podían vencer a quienes les deseaban el mal.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció su apoyo a Israel. “Nos aseguraremos de que tengan la ayuda que sus ciudadanos necesitan y que puedan seguir defendiéndose”, afirmó. El apoyo se ha mantenido 365 días después.
Por su parte, el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, dijo que su país “apoya la legítima defensa de la nación palestina”, según la agencia semioficial de noticias iraní Mehr.
Israel ordenó el “asedio completo” de Gaza que dejó a los palestinos sin electricidad, comida ni combustible.
Israel amplió sus operaciones terrestres en Gaza el 27 de octubre de 2023 tras una serie de intensos ataques aéreos. El portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, el contraalmirante Daniel Hagari, dijo que las tropas operaban con fuerza en todos los frentes para cumplir los objetivos de la guerra y que, a su vez, continuarían atacando la ciudad de Gaza y pidiendo la evacuación al sur de los residentes.
Desde entonces, Israel comenzó a acumular miles de soldados en la frontera y ha bombardeado y bloqueado Gaza, causando lo que agencias de ayuda humanitaria llamaron una “crisis humanitaria”.
Grupos de derechos humanos han descrito condiciones de vida “indescriptibles” para los palestinos en medio de la campaña de Israel que ha pulverizado barrios, dañado la infraestructura de salud y agotado los suministros de alimentos, agua y combustible.
Hasta julio pasado, casi 2 millones de personas habían sido desplazadas en Gaza, lo que representaba cerca del 90% de la población en el enclave, estimada por la ONU en unos 2,1 millones de personas.
Parte de las operaciones israelíes en el asesiado enclave incluyeron dos incursiones (noviembre de 2023 y marzo de 2024) en el hospital Al-Shifa, el más grande de Gaza, afirmando que Hamas lo ocupaba como una base de mando y control, algo que el grupo extremista y funcionarios del hospital negaron.
El edificio principal del hospital dejó de funcionar, los médicos trabajaban a la luz de las velas y envolvieron a los bebés prematuros en papel de aluminio para mantenerlos con vida; algunos advirtieron que la situación en el interior era “catastrófica”.
El 24 de noviembre de 2023 comenzó una tregua de siete días entre Israel y Hamas que incluía una pausa en los combates y la liberación de rehenes retenidos en Gaza y también por parte de Israel. La tregua resultó en el regreso de 70 israelíes en virtud del acuerdo. Otros tres ciudadanos israelíes con doble nacionalidad y 24 ciudadanos extranjeros fueron liberados fuera del acuerdo.
Mientras que 30 palestinos fueron liberados de cárceles israelíes de Damon, Megiddo, Ofer, Nafha, Ktzi’ot y Ramon, informó el servicio penitenciario de Israel.
El acuerdo entre Israel y Hamas expiró el 1 de diciembre. Las tropas israelíes reanudaron los combates contra Hamas en Gaza después de que el grupo extremista violara el esquema de la tregua, dijo el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
Hamas “no respetó su obligación de liberar hoy a todas las mujeres secuestradas y lanzó cohetes contra los ciudadanos de Israel”, dijo Netanyahu.
Hamas, culpó a Estados Unidos y a la comunidad internacional de la reanudación de combates señalándolos como responsables de los crímenes de la ocupación ‘israelí’ y de la continuación de la brutal guerra contra civiles, niños y mujeres en Gaza.
En marzo, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó un proyecto de resolución que pedía un alto el fuego inmediato en Gaza, aunque para entonces el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Israel Katz, afirmó que Israel no cesaría el fuego a pesar de la resolución y que seguiría luchando hasta que el último de los rehenes regresara a casa.
Los intentos de poner fin a la guerra en Gaza no han sido pocos y las conversaciones para un acuerdo han durado meses. Hamas declaró en mayo pasado que había “aceptado” un acuerdo de alto el fuego mediado por Egipto y Qatar. El anuncio fue recibido con júbilo en Gaza, pero Israel señaló que la postura del grupo extremista estaba “lejos” de satisfacer sus demandas y no hubo acuerdo.
Desde entonces hay una oscilación entre ambas posiciones, en la que uno u otro actor rechaza las condiciones del otro y sin que haya una mediación que permita el final de conflicto.
La propuesta inicial de alto el fuego y un acuerdo sobre los rehenes en Gaza, incluía la retirada completa de los soldados israelíes de Gaza, un intercambio de cautivos, la reconstrucción del territorio y el levantamiento del bloqueo israelí del enclave.
La oferta de Hamas comenzaría con la liberación de 33 rehenes de Israel a cambio de cientos de prisioneros palestinos durante un periodo de 42 días, y terminaría con la reconstrucción de Gaza durante “un periodo de calma sostenible”, según un documento compartido con CNN por una fuente regional familiarizada con las negociaciones.
A finales de mayo, Estados Unidos presentó un amplio acuerdo de paz en tres fases que establecía condiciones para la liberación de todos los rehenes restantes a cambio de un alto el fuego permanente y la retirada de las fuerzas israelíes.
Las conversaciones para un acuerdo continuaron en junio a través de los mediadores de Qatar y Egipto en coordinación con Estados Unidos, sin embargo, Hamas propuso enmiendas a un acuerdo de Israel que proponía un calendario para un alto el fuego permanente y la retirada completa de Israel de Gaza, algo que funcionarios israelíes tomaron como un rechazo.
Una vez más, las conversaciones continuaron y en julio, funcionarios israelíes y estadounidenses se mostraron optimistas respecto a un acuerdo ya que el grupo extremista palestino se mostró dispuesto a reconsiderar su exigencia de que Israel se comprometa a un alto el fuego permanente en Gaza antes de firmar un acuerdo que permita una tregua temporal y el inicio de un proceso para liberar a los rehenes que siguen retenidos en Gaza.
Pero Israel puso en duda el progreso del acuerdo, al establecer varios “principios” que no estaba dispuesto a abandonar, entre ellos la reanudación de los combates en Gaza hasta haber alcanzado sus objetivos de guerra.
Finalmente, las diferencias no resueltas entre Israel y Hamas dejaron poco claro el camino a seguir ya que Hamas dijo que no aceptaría un acuerdo que no incluyera una retirada completa de las tropas israelíes de Gaza.
A mediados de agosto, las negociaciones continuaron en medio de las preocupaciones de un posible ataque iraní contra Israel y sin ningún avance entre las partes, pero semanas después Israel dejó claro que aún con un acuerdo y una pausa en los combates no estaba dispuesto a acordar un alto el fuego permanente. No había indicios de un cambio en la posición de Israel.
Israel presentó una propuesta sobre el corredor Philadelphi –una franja de 14 kilómetros (8,7 millas) de tierra en el sur de Gaza, a lo largo de la frontera con Egipto, que las FDI controlan actualmente– que incluía una reducción en el número de soldados y puestos militares.
Un funcionario del gobierno estadounidense dijo a inicios de septiembre que Israel y Hamas habían completado en un 90% un posible acuerdo sobre rehenes y alto el fuego, pero persistían las disputas sobre el intercambio de prisioneros por rehenes y el redespliegue de las fuerzas israelíes en Gaza.
Para entonces, la urgencia para alcanzar un acuerdo aumentaba tras el asesinato de seis rehenes en poder de Hamas en Gaza el 31 de agosto y a la luz de una escalada regional del conflicto, pero hasta la fecha no hay un panorama claro que involucre un acuerdo.
Los ataques israelíes en Gaza han arrasado con todo a su paso. En el enclave han muerto civiles, incluidos miles de niños y mujeres, así como trabajadores humanitarios y periodistas, mientras que miles más han resultado heridos.
Desde el 7 de octubre hasta inicios de septiembre, el Ministerio de Salud palestino, controlado por Hamas, reportó más de 41.000 muertos y 95.000 heridos. CNN no puede verificar las cifras de víctimas.
Los registros médicos del enclave devastado por la guerra no diferencian entre civiles y militantes asesinados. Israel dijo en julio que había matado a más de 14.000 combatientes en Gaza desde el comienzo de la guerra. CNN no puede verificar de forma independiente las cifras.
La sombría cifra deja en evidencia 12 meses de sufrimiento, desnutrición y desesperación en el enclave.
Además, se cree que más de 100 rehenes permanecen en Gaza mientras sus familias imploran un acuerdo para asegurar que regresen vivos a casa. No está claro cuántos de los rehenes siguen vivos.
Cerca de 2,2 millones de palestinos que han estado viviendo en condiciones de pesadilla en Gaza.
Casi todos los que viven en el asediado enclave han sido desplazados en el conflicto, y muchas personas se han visto obligadas a huir repetidamente a medida que la operación militar israelí se expandía, a menudo a lugares que, según se dijo anteriormente, habían sido limpiados de combatientes de Hamas.
La situación en Medio Oriente no ha hecho más que complicarse, con Israel bombardeando vario países y enfrentándose a más de un grupo armado en la zona.
Si bien las tensiones en la región comenzaron desde meses antes por los ataques de Hezbollah, respaldado por Irán, la situación escaló el 17 de septiembre, cuando cientos de buscapersonas de miembros del grupo extremista explotaron casi simultáneamente en el Líbano.
Al menos nueve personas murieron y al menos 2.800 resultaron heridas en el ataque, según autoridades.
CNN supo que Israel estaba detrás del ataque, que fue una operación conjunta entre el servicio de inteligencia israelí, el Mossad y el Ejército israelí. El gobierno libanés condenó el ataque como una “agresión israelí criminal”.
Un día después se reportaron nuevas explosiones de walkie-talkie en el Líbano que mataron a al menos 20 personas e hirieron a más de 450. El acto fue calificado por el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, como “una violación al derecho humanitario”.
El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, dijo que estaba comenzando una “nueva era” de guerra, reconociendo tácitamente su papel en una operación sorpresa que ha llevado a la región al borde de un conflicto más amplio.
Israel continuó atacando el Líbano y a finales de septiembre inició una guerra en el territorio para perseguir a Hezbollah y de la muerte de su líder, Hassan Nasrallah, en un ataque israelí contra Beirut.
En medio de los ataques, Irán lanzó el 1 de octubre una ráfaga de unos 200 misiles balísticos contra objetivos militares israelíes, el mayor ataque de su historia, haciendo sonar las sirenas y activando los sofisticados sistemas de defensa del país.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dijo tras el ataque: “Irán cometió un grave error esta noche y pagará por ello”.
El ataque del martes cambió aún más la dinámica del conflicto, que ha pasado de ser una guerra en la que participaban representantes de Irán a un enfrentamiento directo entre dos potencias militares regionales. Mientras el conflicto sigue escalando, los esfuerzos por alcanzar acuerdos que pongan fin a los enfrentamientos se ven cada vez más lejanos.