China anuncia un millonario endeudamiento público para estimular su economía
PEKÍN.- China se comprometió este sábado a “aumentar significativamente” la deuda para reactivar su desacelerada economía, pero dejó a los inversores con la incógnita del monto global del paquete de estímulo, un detalle vital para calibrar la extensión de su reciente repunte bursátil.
El ministro de Finanzas, Lan Foan, dijo en una conferencia de prensa que Pekín ayudará a los gobiernos locales a resolver sus problemas de deuda, ofrecerá subsidios a las personas con rentas bajas, apoyará al mercado inmobiliario y repondrá el capital de los bancos estatales, entre otras medidas.
“Hay otras herramientas políticas que se están discutiendo y que todavía están en proyecto”, señaló Lan, que añadió que hay “amplio margen” en el presupuesto del gobierno para elevar la deuda y aumentar el déficit.
Se trata de anuncios que los inversores le reclamaban a China a medida que la segunda economía del mundo pierde impulso y lucha por superar las presiones deflacionarias y levantar la confianza de los consumidores, en medio de una fuerte caída del mercado inmobiliario.
Pero es probable que la omisión por parte de Lan de una cifra en yuanes (o su equivalente en dólares) para el paquete prolongue la nerviosa espera de los inversores de una hoja de ruta política más clara hasta la próxima reunión de la legislatura china, que aprueba la emisión de deuda adicional. Aún no se ha anunciado la fecha de la reunión, pero se espera que se celebre en las próximas semanas.
Además, el régimen chino del presidente Xi Jinping también planea “emitir bonos gubernamentales especiales” para “mejorar la resistencia al riesgo y las capacidades de préstamo” de los bancos comerciales estatales, con el objetivo de “servir mejor al desarrollo de la economía real”.
“El mensaje clave es que el gobierno central tiene capacidad para emitir más bonos y aumentar el déficit fiscal y el gobierno central planea emitir más bonos para ayudar a los gobiernos locales a pagar su deuda”, estimó Zhiwei Zhang, economista jefe de Pinpoint Asset Management.
Según la agencia Bloomberg, economistas y estrategas estiman que el paquete de estímulo será de uno a tres billones de yuanes, es decir entre 142.000 y 425.000 millones de dólares. Algunos sumaron todas las áreas claves en las que la economía necesitaba estímulos y la cifra ascendió a diez billones de yuanes (1,42 billones de dólares), es decir el 8% del PBI chino del año pasado.
En los últimos meses, una serie de datos económicos no cumplieron las previsiones, lo que hace temer a economistas e inversores que el objetivo de crecimiento del gobierno, en torno al 5% para este año, esté en peligro y que se esté produciendo una desaceleración estructural a largo plazo.
Los mercados financieros mundiales especulaban intensamente con la posibilidad de nuevos estímulos fiscales, después de que la reunión de septiembre de los máximos dirigentes del Partido Comunista Chino (PCCh), el Politburó, diera muestras de un mayor sentido de urgencia respecto a la economía.
Las acciones chinas tocaron máximos de dos años, con un alza del 25% en los días posteriores a la reunión, antes de retroceder por el nerviosismo debido a la ausencia de más detalles por parte de los funcionarios. Los mercados mundiales de materias primas, desde el mineral de hierro hasta los metales industriales y el petróleo, también se vienen mostrando volátiles ante la esperanza de que los estímulos impulsen la lenta demanda china.
A finales de septiembre pasado, el Banco Central chino anunció las medidas de apoyo monetario más agresivas desde la pandemia del Covid-19, incluidos recortes de tasas de interés, una inyección de liquidez de un billón de yuanes (142.000 millones de dólares) y otros pasos para apoyar los mercados inmobiliario y bursátil.
Aunque las medidas levantaron el ánimo de los mercados, los analistas afirman que Pekín también necesita abordar con firmeza problemas estructurales más arraigados, como impulsar el consumo y reducir su dependencia de la inversión en infraestructuras impulsada por la deuda.
Los bajos salarios, el elevado desempleo juvenil y una débil red de seguridad social hacen que el gasto de los hogares chinos represente menos del 40% de la producción económica anual, un 20% por debajo de la media mundial. La inversión, en comparación, está 20% por encima.
Las autoridades chinas prometieron en repetidas ocasiones durante la última década redoblar sus esfuerzos para impulsar la demanda interna, pero apenas avanzaron en este frente, que exigiría un replanteamiento estructural fundamental de muchas políticas e instituciones.
Agencias Reuters, AP y AFP
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