El gran proveedor de jamón de Mercadona que apunta a los 1.500 millones
Los cuatro hermanos Loriente Piqueras pusieron en marcha en Tarancón (Cuenca), a finales de los años 70 un negocio cárnico que, casi 50 años después, se ha convertido en un gigante que ingresa más de 1.000 millones de euros. Industrias Cárnicas Loriente Piqueras (Incarlopsa) facturó 1.169 millones en 2023, un récord que implica haber doblado su facturación en un espacio de solo siete ejercicios. Algo que debe en buena parte a su alianza con Mercadona, de la que es proveedor desde 2001 y a la que surte de jamón, embutidos y carne fresca de cerdo.
“Nos apoyamos en el crecimiento de nuestros clientes, y seguiremos creciendo con ellos hasta que lo necesiten. Mercadona es un buen aliado y la familia está encantada de estar con ellos”, afirma en entrevista con este periódico Jesús Loriente de la Ossa, consejero delegado de Incarlopsa desde este año, tras recoger el testigo de su primo Clemente Loriente tras 10 años en el puesto.
El nuevo primer ejecutivo se propone continuar con la tendencia al alza de las ventas. Incarlopsa prevé superar este año los 1.200 millones de euros, y se pone en el horizonte cercano llegar a los 1.500, aunque sin poner plazos concretos hasta acabar de perfilar el nuevo plan estratégico. Eso sí, Loriente pone el foco en crecer de “forma sostenible”, a través de productos de mayor valor añadido. “No solo queremos carne. Queremos vender embutidos, jamón, innovaciones, facilitar al consumidor el cocinado fácil, estar atentos a las nuevas tendencias de sabores… Hacer productos que faciliten la vida al consumidor”.
El 59% de las ventas de Incarlopsa se realizan con Mercadona. Un porcentaje elevado, pero que hace unos años superaba el 75%. A juicio de Jesús Loriente, Mercadona “aporta unos márgenes muy alineados o por encima del mercado”, y no se siente incómodo con la dependencia del grupo de supermercados de Juan Roig: “Es un buen aliado”.
La compañía taranconera tiene retos pendientes. El principal, mejorar su rentabilidad. En 2023, su beneficio neto consolidado apenas representó el 1,8% de sus ventas: 21,2 millones para una empresa que facturó 1.169. Entre 2020 y 2023, el ebitda ha retrocedido casi un 37%. Para 2024, Loriente prevé un crecimiento de entre el 7% y el 8% en esta variable, superando los 50 millones. “Son cifras mejorables. Nos han afectado los grandes incrementos de costes. Nadie pensaba que la electricidad iba a llegar a los niveles a los que llegó”, explica el ejecutivo, que vincula la estrategia por los productos de mayor valor como palanca para mejorar los beneficios. También la internacionalización, que representa el 15% de las ventas, con una apuesta decidida por los mercados de EE UU y México.
Otro reto es la solidez del balance. En 2023, Incarlopsa refinanció cerca de 260 millones de euros de deuda. Como parte de la operación, vendió a las entidades financieras parte de su maquinaria, que utiliza en régimen de alquiler. “Era una herramienta de financiación más que se consideró apropiada en ese momento”, dice Loriente. “Lo más pronto que podamos intentaremos recomprarlas”, añade. Este reconoce que esos niveles de deuda con excesivos, y una de las prioridades estratégicas será reducirlos por debajo de tres veces el ebitda.
Donde no habrá movimientos, dice el ejecutivo, es en la estructura familiar de la empresa. Las cuatro ramas se reparten a partes iguales el 100% de Serlopi, la sociedad propietaria de Incarlopsa, que ha estado en el ojo de distintos inversores. “Ahora mismo, no se habla de eso en la familia. El único planteamiento es seguir como estamos ahora”.
La amenaza de los aranceles chinos
La carne de cerdo se ha converitdo en los últimos tiempos en un arma arrojadiza en las tensiones comerciales entre China y la Unión Europea, a cuenta de los aranceles a los automóviles eléctricos que se fabrican en el gigante asiático. Su gobierno investiga desde hace meses supuestas subvenciones al sector porcino europeo, donde destaca España como principal exportador. Incarlopsa comenzó a vender productos a ese país en 2020, y supone el 25% de sus exportaciones. «Estamos expectantes. Nosotros, y el conjunto del sector, hemos hecho los deberes y hemos entregado toda la documentación que se nos ha pedido. La imposición de aranceles sí que nos podría afectar mucho», dice Jesús Loriente.