'En este país hemos perdido 23 millones de hectáreas de ecosistemas y allí es donde el …
Este lunes 21 de octubre inicia en Cali la Cumbre de Biodiversidad (COP16), el encuentro global en el que más de 190 países definen las acciones que se realizarán en todo el planeta para proteger y restaurar la naturaleza que se ha visto afectada por la acción humana. Allí, Colombia tendrá un papel fundamental, no solo como organizadora de la cumbre sino también como presidente del espacio, un cargo que estará ocupado por la ministra de Ambiente, Susana Muhamad.
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La funcionaria, quien fue la encargada de traer el encuentro al país tras la dimisión de Turquía, que era el Estado que originalmente había sido elegido para organizar el encuentro, resalta en entrevista con este diario que más allá de las discusiones diplomáticas, el gran logro de la COP sería generar conciencia en las personas de la grave crisis ambiental que atraviesa el planeta.
En su concepto, la COP16 no solo dejará para el país un crecimiento económico y mucha visibilidad global, sino que propiciará la creación de coaliciones de personas que empiecen a pedir cada vez más que es hora hacer la “paz con la naturaleza”, que es el lema que el Gobierno ha definido para la Cumbre y que quieren convertir en un llamado global.
Las COP usualmente son eventos diplomáticos y muy burocráticos, pero ustedes quieren que la gente participe y sea ‘la COP de la gente’. ¿Cómo esperan lograrlo?
Primero hemos creado una agenda participativa, hecha por convocatoria. En donde además nos agrada mucho decir que 42 % de la agenda fue propuesta por el movimiento social de Colombia y el mundo, un 17 % por el sector privado y un 17 % por agencias internacionales, además de centros de investigación, científicos y la academia. Entonces en las dos semanas de la COP, los más de 1.000 eventos que van a pasar en Cali fueron definidos por la misma ciudadanía y por sus intereses. Así que hay una democratización de la discusión y se van a poner muchos puntos de vista y muchas perspectivas sobre la mesa. Pero esta Convención de Biodiversidad tiene algo que se llama ‘grupos mayores’. ¿Qué son los grupos mayores? Es la sociedad civil organizada que influye en la convención. Están los pueblos indígenas, las mujeres, los jóvenes y el sector privado. Lo que hemos hecho con varios de ellos es hacer alianzas para que en la Zona Verde haya unos momentos de reflexión democrática y toma decisiones de la movilización social, para que luego en los foros oficiales de Zona Azul se puedan llevar esos insumos de Zona Verde y puedan ser escuchados por los negociadores de los países. Uno de los objetivos es que en esa Zona de Acción y Participación se generen muchas coaliciones, alianzas y movilización ciudadana hacia la discusión pública. Porque no podemos pensar que esto es un ámbito cerrado de los gobiernos. Cuidar la biodiversidad es un proceso de discusión democrática y pública y eso representa la Zona Verde. Crear ese espacio democrático ya es un resultado de la COP. Yo sé que de allí van a salir muchas plataformas de acción para ese cambio que necesitamos.
Durante la cumbre se presentarán los Planes de Acción de Biodiversidad, que son las acciones que cada país realizará para proteger la naturaleza. Según expertos, Colombia como presidente debería poner el ejemplo con un Plan de Acción ambicioso. ¿Qué tan ambicioso es nuestro plan?
Las metas realmente creo que son ambiciosas. Pero no solamente en lógica de ambición, sino también de realismo de lo que podemos hacer. Por ejemplo, el Conpes de restauración ecológica, que lo dejó el gobierno anterior y nosotros lo revisamos y nos parece un Conpes bien hecho, plantea de aquí al 2030 un millón de hectáreas en restauración ecológica. La meta de nuestro Plan de Biodiversidad Nacional va a tener 5 millones de hectáreas en restauración, lo que significa también en las áreas de la producción. Por ejemplo hay un reto de la reconversión ganadera de las tierras, hay un gran reto de cierre de la frontera agrícola, hay un gran reto de restauración de ecosistemas y de rehabilitación de ecosistemas. En este país hemos perdido 23 millones de hectáreas de ecosistemas. Precisamente donde hemos perdido esa capacidad ecológica es donde el clima está generando sistemáticamente desastres: las cordilleras de los Andes y el Caribe están totalmente deforestados y después nos sorprendemos de que haya inundaciones, deslizamientos de tierra, sedimentación de ríos y huracanes. Cuando estábamos en El Niño pasábamos por ejemplo por departamentos de la costa donde uno veía esas vacas literalmente debajo del único árbol en cientos de hectáreas. Eso es precisamente lo que tenemos que revertir, porque para nosotros es fundamental. Sí, se incrementa la ambición. ¿Pero esto lo hace el gobierno, esto lo hace el Ministerio de Ambiente? No, esas 5 millones de hectáreas tienen que ser un compromiso del sector ganadero, de la agricultura, del sector ambiental y obviamente de la ciudadanía, de los pueblos indígenas, de las comunidades negras, de los campesinos. Si no hacemos una gran alianza, una gran coalición para recuperar la naturaleza, para buscar conjuntamente la financiación, avanzar y movernos, estas 5 millones de hectáreas serán imposibles. Pero yo tengo mucha confianza de que con una gran coalición de todos los sectores en este país vamos a poder hacerlo.
Colombia propondrá la creación de la Coalición de Paz con la Naturaleza. ¿De qué se trata eso?
Se trata precisamente de una movilización global. A diferencia del tema de cambio climático, que es un poco más abstracto porque tiene que ver con gases del sistema energético que llegan a la atmósfera, en este caso la naturaleza es algo que nosotros percibimos y con la que convivimos todos los días. Todo ciudadano tiene un parque, tiene un árbol, tiene un sistema natural en sus ciudades, o vive en zonas rurales y por lo tanto hace parte de un ecosistema. Todos tenemos una relación con la vida y de lo que se trata esta coalición paz con la naturaleza es movilizar a millones de personas alrededor del mundo a conservar la vida, a recuperar la capacidad de la vida, a que nuevamente los ecosistemas y la vida tomen control del planeta, a movilizar y a materializar ese principio del Convenio sobre la Diversidad Biológica. Esto solo se hace con una movilización de todo el gobierno y toda la sociedad. Por ejemplo vimos en el examen de hacer nuestro Plan de Biodiversidad que había contradicciones que el mismo gobierno estaba teniendo: por un lado queríamos frenar la deforestación en la Amazonia pero por el otro lado estábamos entregando créditos para la ganadería en la Amazonia desde los bancos públicos. Entonces la coalición paz con la naturaleza busca es esa gran movilización y sobre todo visibilizar un movimiento de cambio que ya está. Hay mucha gente que ya captó qué es hacer paz con la naturaleza y lo está haciendo. Pero no hay una visibilidad política.
¿A qué nos arriesgamos las personas si seguimos por ejemplo deforestando la Amazonia y perdiendo bosques en las ciudades?
No es difícil de ver. Por algo estamos en racionamiento de agua en Bogotá. La gente ya tiene total conciencia de que si los páramos no se cuidan no va a haber agua en este país. La gente ya sabe o ya está empezando a entender que hay una conexión entre la Amazonia colombiana, los Andes y la capacidad que yo tenga de abrir la llave del agua. La gente en esta ciudad tan compleja que es Bogotá se levantó en un movimiento social a defender los últimos relictos de humedales. En esta ciudad de millones de personas todavía emigran los patos canadienses y llegan a las 900 hectáreas que nos quedan de humedades y hacen su migración, cuando a principios del siglo XX eran 56.000 hectáreas de humedales. Hay una memoria de la naturaleza que a mí me sorprende, que es resiliente y que busca reproducir la vida. Aquí hay barrios desde el sur hasta el norte con ciudadanos que se han levantado durante 30 años para que esos relictos de humedales y esa naturaleza pueda seguir teniendo su ciclo vital en la mitad uno de esos humedales.
¿Cuál sería para usted el gran triunfo o los grandes triunfos de conservación que podría dejarle a Colombia y al mundo la COP?
A Colombia es la conciencia. A veces uno no se reconoce si no tiene un espejo. Todo el mundo sabe que Colombia es uno de los países más biodiversos, nosotros lo sabemos conceptualmente, pero yo creo que como sociedad no hemos asumido eso qué significa. Nos vamos a ver en ese espejo que el mundo nos va a poner y vamos a entender la riqueza que hay en este país. Para mí que después de la COP16 la conciencia en todos los sectores de la sociedad colombiana haya cambiado y podamos ver las oportunidades que trae estar en uno de los países más biodiversos del mundo en el siglo XXI es un triunfo enorme, porque eso va a afectar la economía, eso puede generar oportunidades en la ciencia, en las mismas comunidades, en términos de paz e inclusión territorial. Esa es la apuesta más profunda de ser anfitriones de la COP. Ahora hacia el mundo: estamos en un mundo lleno de desesperanza, estamos en un mundo en guerra, y cada vez esas guerras escalan más y hay que tener un movimiento de esperanza y movilización que ayude a cambiar esa dinámica de destrucción, porque es un ciclo ya vicioso entre conflicto, cambio climático, degradación, muerte y migraciones. Eso ya se volvió el día a día. Pero que la ciudadanía y todos los sectores nos empoderemos conjuntamente en el entendimiento que sí se puede hacer algo que debe ser ahora y que se puede hacer es lo que queremos con la Coalición Paz con la Naturaleza.
Más allá de las discusiones diplomáticas, ¿qué le deja la COP a Cali y a Colombia?
Con el alcalde Éder se ha hablado siempre de varias cosas en términos del impacto en Cali como ciudad y en el Pacífico. La vicepresidenta Francia Márquez ha sido muy estratégica en que esto tenga repercusiones para el Pacífico y se visibilice El Pacífico. Con la gobernadora del Valle también se ha acordado que uno de los puntos claves es el tema turístico. Entonces hay unas rutas ecoturísticas que se le ofrecen a los visitantes que van desde lo muy local hasta lo regional. Eso es muy bonito porque las comunidades y los movimientos sociales de Cali se han organizado para hacer unas rutas de los conflictos socioambientales de la ciudad. Eso va a tener dos días y va a ser creo que muy poderoso, porque es ver la realidad de un entorno urbano. También van a haber rutas al Pacífico y al Valle del Cauca a sectores muy interesantes. Hemos hecho un gran esfuerzo para que los Farallones de Cali podamos liberarlos de minería y podamos lograr hacer esto este año como legado de la COP. Se está trabajando en un Instituto de Investigación de Biodiversidad para los Farallones de Cali. Estamos definiendo un legado de esta COP para la región a partir de varias herramientas. El tema económico de la conferencia es tener todos estos visitantes. Ya hay casi 96 % de ocupación hotelera durante dos semanas. Eso va a dejar unas ganancias, pero creo que el saldo es un saldo pedagógico: que Cali, la región y Colombia entren en contacto con el mundo. Eso es un intangible importante. Lo segundo es que gente de todo el mundo, sobre todo gente de este nivel diplomático, ojalá nos vaya muy bien y se enamoren de Colombia, de Cali y El Pacífico y que ese voz a voz posicione a Colombia como un destino de turismo de naturaleza.
EDWIN CAICEDO
Periodista de Medioambiente y Salud
@CaicedoUcros