Cáncer puede prevenirse desde la alimentación – Cuarto Poder
Fabiola Narváez Martínez, médica encargada de la Clínica de la Mujer, lado oriente, destacó la importancia de prevenir el cáncer a partir de una buena alimentación.
En el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Cancer de Mama, enumeró los alimentos y los hábitos que ayudan a que se desarrolle este padecimiento, ya sea de mama o de algún otro tipo; pero también aquellos que ayudan a prevenir el cáncer y nutrirse adecuadamente.
Alimentos cancerígenos
Entre los alimentos cancerígenos, las cuales deben evitarse o no consumirse en exceso son, por ejemplo, las carnes rojas.
Detalló que estas deben evitarse por los nitritos, aminas, hidrocarburos y otros químicos que pueden provocar cáncer; los embutidos como la salchicha, que contienen nitritos y nitratos que provocan cáncer.
“Por este tipo de alimentos hemos recibido pacientes con quistes, fibroadenomas en mama, patología benigna que se puede convertir en cáncer en un futuro si te sigues alimentando con estos productos”, dijo la médica.
Otros alimentos que ayudan a la generación de esta enfermedad son aquellos que son ahumados o cocinados al carbón. “Cocinar a la plancha está bien, pero asarla, pasarla por carbón es lo que se debe evitar”, dijo.
Los enlatados, indicó, contienen mercurio, un elemento propio del mismo material con que se envasa para su conservación, y el cual está relacionada con el cáncer.
Otros productos que ayudan a la generación de cáncer en el cuerpo, son las bebidas alcohólicas y el tabaco; el primero contiene etanol y acetaleído; mientras que el segundo contiene 70 ingredientes altamente cancerígenos, los cuales provocan diversos tipos de cáncer, entre ellos el de mama.
Alimentos anticancerígenos
En cuanto a alimentos que previenen el cáncer son aquellos que podemos encontrar fácilmente en el puesto de verduras más cercano, en el mercado o supermercado. Fabiola Narváez, señaló que la hoja verde, el té verde, la cúrcuma, el tomate, el brócoli, arándanos, frutos rojos, pescado y leguminosas son los más recomendados.
El tomate contiene licopeno; los arándanos, antocianinas y ácido elágico; té verde, polifenol; brócoli, sulforafano; frutos rojos, polifenoles; y todos aquellos que contengan omega 3, 6, DHA y EPA.