Revisar la pesca – Periódico Noroeste
La pesca puede ser una actividad rentable y al mismo tiempo responsable y también protectora del entorno. Solo se necesita sumar voluntades, en serio, para legislar de la manera adecuada, establecer políticas públicas serias y comprometerse, todos, a respetar las reglas.
No hace mucho tiempo, hablar de la actividad pesquera implicaba hablar no sólo de las capturas que se hacían en sistemas lagunarios, en esteros o en el mar. Lo era también hablar de todo el impacto económico que se generaba a su alrededor en las comunidades.
Por eso la pesca resulta muy significativa para muchas comunidades costeras a lo largo del País. Una buena temporada significa también buenos tiempos para quienes viven de ella y para quienes viven en ellas.
Pero se ha dejado de hablar de la pesca, ha dejado de ser parte de la conversación en quienes esperan al camarón como esperanza de recuperarse, porque no ha habido lo suficiente.
Y claro que esto no sólo recae en la responsabilidad del Estado mexicano, o de las autoridades de Sinaloa, aunque sí es necesaria su intervención para enderezar el rumbo.
También es responsabilidad, por supuesto, de todas las personas y organizaciones que dependen de los recursos pesqueros y su disponibilidad, o no, a respetar el desarrollo de las diferentes especies para garantizar su conservación y por consecuencias, buenas temporadas de capturas.
Lo más reciente ocurre con el camarón, donde en el arranque de una nueva temporada de capturas en el Pacífico mexicano y sus costas, el recurso ha estado escaso y eso implica un desastre económico para las comunidades donde no han podido capturarlo.
Y estos escenarios podrán repetirse en los próximos años y en más comunidades mientras más se deje pasar el tiempo y no se tomen las decisiones adecuadas para que la pesca sea rentable para las comunidades que viven de ellas.
Ahí es donde se necesita la intervención del Estado, en establecer medidas efectivas para la conservación y protección de los recursos pesqueros, como el camarón, y a su vez, permitir a las comunidades que viven de su captura que cuenten con lo suficiente para seguir desarrollándose.
La pesca puede ser una actividad rentable y al mismo tiempo responsable y también protectora del entorno. Solo se necesita sumar voluntades, en serio, para legislar de la manera adecuada, establecer políticas públicas serias y comprometerse, todos, a respetar las reglas. Hay tiempo.