Presupuesto en Salud 2024/11/17 – Excélsior
Si bien hay muchas cosas que celebrar respecto a los planes en salud de este nuevo sexenio, debemos fijarnos también en el tema de los dineros. Comienzo por lo primero que es de señalarse, que consiste en la intención de conseguir la integración del sector salud para lograr una sola gran institución sanitaria. Es de todos conocido que la fragmentación del sistema es una de las debilidades más importantes que conduce a la desigualdad y el rezago de muchos planes e indicadores, así como a la falta de eficiencia. Hace poco se publicaron cifras respecto a la mortalidad prevenible y, tristemente, México ocupa uno de los primeros puestos, hecho que será capaz de cambiar la presente administración con dicha integración. El foco puesto en la prevención de enfermedades es un siguiente objetivo que, sin duda, representa un reto sustantivo que no podría conseguirse sin un gobierno fuerte, y éste es el caso. Ya estamos viendo como se pone en evidencia, por ejemplo, a las cadenas de tiendas de conveniencia, que si bien es cierto todos sospechábamos de la enorme magnitud en cantidad de productos malsanos que ahí se expenden, no sabíamos que era prácticamente el total de los productos alimenticios o bebidas. Eso no puede seguir así si deseamos un México sin obesidad y con menos enfermedades proporcionalmente derivadas del sobrepeso. Efectivamente, es un verdadero atentado a la salud de las niñas y niños que, a mi juicio, debería conducir a sanciones tan severas que no le queden ganas a quien las comete de repetir la conducta. Hasta el día de hoy, en México no le pasa nada a quienes les venden esos venenos a los menores. Cito como ejemplo que también están comprobados los efectos deletéreos graves a la salud humana de una azúcar sintética llamada “alta fructuosa”, contenida en casi todos esos alimentos y bebidas, y en México se vende libremente. Hoy sabemos que el endulzante provoca adicción y se asocia con insuficiencia renal, incluso antes de que la persona manifieste diabetes; es decir, efectivamente es veneno. Quizá se podría emplear como raticida, pero no ser un edulcorante de refrescos y alimentos humanos en bolsitas.
Por supuesto, todas y todos debemos manifestarnos clara y rotundamente a favor de la Secretaría de Salud, que pretende no sólo alejar esos alimentos y bebidas de las escuelas, sino incluso de prohibir que se sigan vendiendo masivamente. Los fabricantes tendrán el reto de rediseñar sus botanas para emplear elementos nutritivos y atractivos a todas las personas, pero, por supuesto, sin provocar adicción.
Sin embargo, hablando del tema presupuestario, no me parece sensato, de entrada, estar proponiendo recortes frente a un ejercicio de la medicina que si bien es cierto costará menos en el futuro, cuando ya se puedan notar los efectos de la prevención, eso no ocurrirá de forma inmediata. A mi juicio, lo deseable sería dejar el presupuesto por lo menos en el mismo nivel. Cito como ejemplo la operación de las instituciones que el doctor Kershenobich conoce profundamente, los institutos nacionales de salud, que dependen en gran medida del presupuesto público para desarrollar su actividad, que resulta fundamental en la definición de los problemas sanitarios del país.
Ojalá también recapaciten.