50 familias campesinas en el Bajo Cauca lograron descontaminar 30 hectáreas … – El Colombiano
Lo que lograron 50 familias campesinas en el Bajo Cauca es el ejemplo de que sí es posible, algún día, recuperar los suelos arrasados por la minería ilegal en esa subregión rica en biodiversidad pero secuestrada por la explotación ilegal de oro en casi todo su territorio.
La Universidad de Córdoba, que ejecuta un proyecto liderado por la Dirección de Carabineros y Protección Ambiental, entregó los resultados de la iniciativa con la cual adelantó desde 2919 la restauración ecológica de 30 hectáreas de suelos degradados por la minería ilegal en el municipio de Caucasia.
El proyecto fue posible gracias a la inversión de 300.000 dólares que recibió la región a través a través de la Sección de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley (INL), implementa plantas nativas como el piñón y el guarumo para eliminar contaminantes.
Hablar de 30 hectáreas restauradas en una región que tiene 110.000 hectáreas degradadas por la incesante actividad de la minería ilegal en el último medio siglo sonaría como un avance minúsculo si no fuera porque la restauración ecológica es uno de los hitos más difíciles de lograr y, sobre todo en suelos tan arrasados y contaminados, tarda años en arrojar resultados. Ahí la importancia de lo que acaban de anunciar.
“Con esta iniciativa, estamos marcando la restauración ambiental de suelos contaminados, al tiempo que fortalecemos la participación comunitaria”, señalaron desde la Dirección de Carabineros.
La técnica que utilizaron los investigadores de la Universidad de Córdoba con los campesinos vinculados se llama fitorremediación, que básicamente emplea plantas y microorganismos para descontaminar ambientes degradados, tanto suelos, como agua y aire. Con esta técnica tuvieron una efectividad del 80% en la remoción de mercurio, y también pudieron reducir otros metales pesados como arsénico y plomo. Tras cinco años de trabajo lograron que estos suelos pudieran ser destinados nuevamente para labores agrícolas.
Pero el camino ha sido espinoso. Los años de conflicto y el arraigo de la economía ilícita impuesta por los ilegales en el territorio hicieron necesaria una intensa tarea previa de sensibilización con las comunidades que al principio se mostraron escépticas y desconfiadas frente a los objetivos del proyecto. Solo cuando hubo confianza entre investigadores, policía y campesinos, finalmente fue posible comenzar en firme con el proyecto, el cual según la Dicar posiciona a Antioquia como un modelo para enfrentar con proyectos de fondo y largo plazo los estragos que deja la minería ilegal en Colombia.
“Con resultados tangibles y una estrategia integral Caucasia demuestra que la innovación y el trabajo conjunto son clave para alcanzar la sostenibilidad”, manifestaron.
El proyecto no solo buscaba la recuperación ambiental, sino también el fortalecimiento económico de las 50 familias participantes, quienes fueron capacitadas en el uso de nuevas tecnologías para el desarrollo de proyectos agrícolas.
Recuperación de hectáreas degradadas
Cabe recordar que desde 2021 el Estado invirtió más de $20.000 millones en el que es hasta ahora el proyecto más ambicioso de restauración en el Bajo Cauca, con el que se buscan recuperar por lo menos 10.000 hectáreas arrasadas por la minería ilegal. El Bajo Cauca tiene actualmente 500 veredas semidesérticas en el Bajo Cauca por cuenta de la minería ilegal y los cultivos ilícitos que han arrasado durante años su cobertura vegetal y riqueza hídrica.
El alma de este proyecto es un grupo de mujeres que adelantan en pequeños viveros en sus propias casas la siembra y cuidado de las plántulas de especies nativas con las que se restauran los suelos degradados.